INMIGRACIÓN

Los andaluces que miran de frente el drama de las pateras

Ayudan a rescatar, atender y acoger a inmigrantes en la costa. Llevan años haciéndolo, algunos décadas. Son los testigos de la lucha por la supervivencia

Policías, personal sanitario, voluntarios, miembros de oenegés, políticos... los rostros que se enfrentan cada día a la problemática de la inmigración ABC

S.A.

Ni siquiera se puede hablar de un número concreto de andaluces. Pero son muchos los que miran cada día de frente al drama de la inmigración en la cara de los inmigrantes que se juegan la vida para cruzar el Estrecho.

A pocos les sorprendió la pasada semana la llegada a puerto del buque «Aquarius», si acaso la única sorpresa fue ver la movilización de la Administración y el protocolo exclusivo , cuando no el espectáculo visual que se generó por ese rescate. En ese fin de semana llegaron a la costa andaluza casi dos mil inmigrantes en pateras.

Guardias civiles, policías, personal de Salvamento Marítimo, miembros de Cruz Roja, concejales, médicos, trabajadores sociales, pilotos, abogados, traductores, voluntarios de organizaciones no gubernamentales, personal de centros de acogida... La lista es interminable.

Por motivos profesionales, por vocación o de forma altruista muchos andaluces llevan décadas siendo protagonistas en la vida de miles de personas que huyeron de la miseria desde la costa africana. A veces, y sobre todo en los últimos años, cuando el problema se manifiesta en oleadas , la noticia suele ser la cifra de rescate en las «avalanchas», si acaso el recuento de los desaparecidos que posiblemente nunca devuelva el mar.

Rescate en el mar

Ayer fueron rescatadas frente a la costa andaluza 640 personas que viajaban a bordo de 24 pateras. Son seres humanos con su historia, un pasado difícil y un futuro incierto. Los testimonios recabados por ABC de gente que trabaja a pie de costa conforman el relato de este fenómeno que se resume en un objetivo: la lucha por la supervivencia.

A la deriva durante horas, en una barcaza de madera que les lleva hacia un sueño irreal... La esperanza tiene el sonido de las aspas de un helicóptero. « Cuando nos ven llegar aplauden y levantan las manos» , explica el capitán jefe de servicio aéreo de Málaga.

Como otros compañeros, ha vivido en persona ese momento crítico en el que la patera localizada vuelca y sus ocupantes luchan por alcanzar la patrullera, o los flotadores que les lanzan. No saben nadar. Desde el aire se ha identificando el tipo de embarcación, cuántos son o si van embarazadas o menores.

Quizá los datos ya se conocen por una llamada anterior desde Marruecos a Emergencias 112 pero las coordenadas pueden fallar. Se busca por sectores desde el helicóptero, a la espera de Salvamento Marítimo y los barcos de altura de la Guardia Civil. Al llegar al lugar se evalúa la situación dependiendo del estado del mar. «Lo más importante es q ue mantengan la calma para no volcar» , señala el capitán del Servicio Marítimo.

Una vez realizado el rescate, que se coordina con los medios de Emergencias de la Junta de Andalucía, las ONG de ayuda, la Policía Nacional, Salvamento Marítimo o la Armada, dependiendo de las necesidades, se les lleva a puerto. «Si se identifica al patrón se le detiene como miembro de la mafia» , explica el teniente coronel jefe de operaciones de la Comandancia de Málaga.

Ya en puerto, el calor de una manta entregada por voluntarios deja atrás el frío del mar y el miedo, que se torna en ansiedad. Comenzará el protocolo en tierra. Examen médico y en su caso derivación al hospital. Todo está relativamente organizado. Son muchos años de experiencia.

Si llegan por cientos, como estas semanas, los ayuntamientos habilitarán polideportivos. Las mujeres y niños a un lado. Los más jóvenes, aunque adultos, dicen ser niños para quedar bajo la tutela de la Junta en centros de acogida de menores. El resto esperarán su traslado a los hacinados centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). En 72 horas se descidirá sobre su futuro inmediato. La mayoría buscará cómo llegar cuanto antes a Francia o Alemania cumpliendo el periplo por un cuestionado sistema de control de la inmigración.

Información realizada por Soraya Fernández, María Almagro, Juan J. Madueño, Leo Rama, Raquel Pérez y Juan J. Borrero.

1

Francisco Vicente ABC

Coordinador de Cruz Roja Almería: «Tienen unas ganas de vivir increíbles»

Comenzó a participar en las intervenciones desde que Cruz Roja atendió la primera patera en 2004. «Antes llegaban hombres mayores de origen argelino o marroquí y ahora nos encontramos con diferentes nacionalidades, familias con niños y mujeres embarazadas», asegura Francisco Vicente. «Después de tanto tiempo parece que nos hemos acostumbrado. Vienen agotados, pero te transmiten fuerza y seguridad , porque han conseguido su objetivo después de sufrir hasta pisar tierra. Me pongo en su lugar y me daría mucho miedo. Tienen unas ganas de vivir increíbles, de ilusión y de futuro. Más que un desgaste, ellos nos aportan muchísimo más que nosotros».

2

Mohamed Adamu ABC

Inmigrante regular: «Yo lo que quiero es jugar al fútbol, a ver si tengo suerte»

«Vine aquí hace 11 meses para buscar mi vida. Mis padres están en Ghana, son pobres y no pueden trabajar. Hace unos dos meses salí del centro de menores. He hecho varios cursos de español con Cáritas y Cruz Roja. Me han servido mucho. También, un curso para trabajar en supermercados », explica Mohamed Adamu. Pero su verdadera motivación es bien diferente: «Yo lo que quiero es jugar al fútbol, a ver si tengo suerte… No es fácil. Lo intenté en Ghana, pero no se paga, y en Gabón, pero allí son muy racistas. En el campo de fútbol, me reencontré con un amigo que quería subir a Europa. Tenía poco dinero y decidimos trabajar en Argelia para pasar a Marruecos y luego a España. Pero me caí de un camión, me rompí el dedo que al llegar a España me amputaron y, como no podía trabajar por el dedo, fuimos andando de Argelia a Marruecos. Cinco días sin parar. Mis padres pidieron un préstamo para pagar la patera. Lo tuve que devolver en un año para que no persiguieran a mis padres. Pude pagar casi todo al trabajar en el campo en Granada y el resto lo pagó un amigo cuando tuve que entrar en el centro de menores».

3

David Martín ABC

Secretario gral. AUGC-Granada: «Darles 50 euros no es la solución»

«Nos están desbordando y falta personal. No se está haciendo bien para impedir que vengan de forma masiva. Se paga a Marruecos para evitar los pasos de los países de origen. Cuando se inyecta dinero o se contrata en origen, se reduce la inmigración irregular», asegura David Martín . «Es complejo y difícil, cada país tiene una realidad distinta. Ahora se habla de crear centros de acogida en África, pero creo que es injusto y que solo sirve para hacinar personas: utilizan palabras demagógicas para encubrir la verdad. Es importante controlar a quienes vienen y cumplir la legislación, pero los trámites deberían ser más rápidos. Dejarlos en libertad con 50 euros en el bolsillo y sin hacer seguimiento no es la solución».

4

Silvia Koniecki ABC

Coordinadora Granada Acoge: «Se escaparon cientos de menores»

Para Silvia Koniecki la problemática está lejos de solucionarse: «Nos llama la atención el cambio de perfil de las personas que llegan últimamente, porque los flujos migratorios se empezaron a desviar hacia España cuando Italia endureció sus fronteras . Ahora hay más deficiencia en la atención, con mucho oscurantismo». En cuanto a los menores, es también categórica: «No se están detectando los casos de menores, y la Junta de Andalucía lo que ha hecho es abrir albergues donde no se cumplían las condiciones de higiene, ni se escolarizaban a los niños… Se han escapado cientos y nadie los ha buscado. Encerrarlos tampoco es la solución. Los CIE son ineficaces. En Granada hemos implementado un dispositivo de emergencia coordinado por el Ayuntamiento, asociaciones, congregaciones religiosas y ciudadanos, porque el sistema de acogida está fallando y no se puede mirar para otro lado».

5

José Encinas ABC

Portavoz AUGC: «En un fin de semana en Cádiz hemos tenido dos Aquarius»

Los medios con los que cuentan los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil que se encargan de la custodia, control, traslado y trámite de expedientes de inmigrantes siguen siendo prácticamente los mismos. Crecen las cifras de los inmigrantes que sueñan con la esperanza de la otra orilla pero la cobertura para atenderlos es exactamente igual.

Así lo denuncian los agentes que viven casi a diario de cerca este drama. Que lo ven, lo tratan e intentan hacer lo que pueden, como José Encinas. «La falta de medios es significativa», denuncia Encinas. En los rescates por mar son las salvamar las que se ocupan de forma mayoritaria pero una vez que esas patrulleras tocan tierra son los agentes los que tienen que tomar esa responsabilidad.

«Ahí está el problema. No tenemos vehículos suficientes para los traslados y los que hay no tienen apenas capacidad». El número de plazas de furgones y autobuses es mínimo para la cantidad de pateras que están llegando. «Eso obliga a que haya agentes cumpliendo con jornadas maratonianas cada día».

El foco mediático de este asunto se ha dirigido en estos días hacía Valencia. Allí llegaba el «Aquarius», el barco donde viajaban más de 600 inmigrantes y que ha sido «rescatado» por España. «Eso ha sido algo excepcional pero aquí en un fin de semana hemos llegado a tener dos barcos como el «Aquarius » y se les ha dotado de medios. Con nosotros se han comprometido a cinco conductores más y un autobús pero eso no es ni por asomo suficiente. No valen préstamos sino una dotación especializada y fija que ayude de verdad».

Encinas vaticina que se presenta un verano «terrible» donde se superarán todos los récords en cuanto a la llegada de pateras y esas carencias serán todavía un mayor problema. «Mientras que los políticos no se sienten con Marruecos que les permite el paso, esto va a seguir».

6

Adolfo Serrano ABC

Jefe Salvamento Marítimo: «Nuestra misión es llegar a ellos cuanto antes»

«La llegada de pateras a nuestras costas está siendo constante», cuenta Adolfo Serrano, jefe del centro de Salvamento Marítimo de Tarifa, uno de los que tienen más actividad de toda el litoral español. Ahora se encuentran en el epicentro de esta emergencia social. Sus rescates de embarcaciones en la que intentan cruzar subsaharianos y marroquíes son diarios. «Estos últimos meses ha habido un incremento importante si comparamos con años anteriores pero este aumento ha sido continuo en los últimos veinte años».

No hay un único motivo que empuje a los extranjeros a intentar cruzar el Estrecho en esas condiciones. Para Serrano, son varios. «Los principales son las condiciones socioeconómicas de estos países de origen y los diferentes conflictos que mantienen. La solución es difícil. Las políticas europeas tendrían que actuar en los países de origen». Pero su cometido es otro. «Nosotros tratamos de llegar en el menor tiempo posible y que sus vidas no corran peligro».

7

Francisco Ruiz ABC

Alcalde de Tarifa: «No debe pasar desapercibido aunque sea habitual»

El alcalde de Tarifa, Francisco Ruiz, asegura que las organizaciones no gubernamentales venían advirtiendo desde hacía meses al Ayuntamiento de la oleada de inmigrantes que llegó a las costas de esta localidad gaditana el pasado fin de semana: «Estábamos preparados y ofrecimos el pabellón deportivo municipal para albergar a los más de 500 inmigrantes llegados a nuestras costas en sólo unas horas. Como Ayuntamiento respondemos a lo que nuestra sociedad nos demanda. Desplegamos un dispositivo de Policía Local y Protección Civil para atender a estas personas aunque otros trabajadores municipales colaboraron en sus horas libres».

El pueblo de Tarifa, como siempre, se volcó con estas personas y dio una lección de solidaridad: «Nuestro pueblo es muy solidario, algo de lo que me siento absolutamente orgulloso. Además, convocamos un minuto de silencio por los cuatro fallecidos en el Estrecho. No estábamos dispuestos a que eso pasara desapercibido aunque sea habitual. Además, reivindicamos más cooperación internacional y más ayuda en origen para que esta circunstancia no continúe. Estas personas, no lo olvidemos, arriesgan sus vidas viniendo aquí porque no tienen otra alternativa».

8

María José Jiménez ABC

Pro Derechos Humanos: «Debe crearse una puerta y dar todos los servicios»

Esta abogada de la Plataforma Pro Derechos Humanos Andalucía tira de ironía respecto al Aquarius: «Nos encanta que el Gobierno español haya mostrado esta solidaridad con las personas del Aquarius, pero en Andalucía hemos recibido en un fin de semana a 2.000 personas y en ese barco iban 600».

María José Jiménez recuerda que estas personas pasan «un calvario después de aguardar y luchar varios años para llegar a Europa» y reconoce que la situación en el Estrecho es difícil de asumir por los colectivos sociales y por las carencias de infraestructura del Estado». Opina que los centros de internamiento CIE no son la solución. Opta por el cierre y por crear una puerta única donde se presten todos los servicios.

9

Yoro Sow ABC

Técnico fundación Cepaim: «Ayudo a estas personas. Lo llevo en el corazón»

Yoro Sow es senegalés y llegó a España en 2007 con un contrato de trabajo, por lo que su testimonio, podría pensarse, nada tiene que ver con la inmigración. Reside en Algeciras y es técnico de acogida en la Fundación Cepaim desde 2014. «Formo parte de un programa para ayudar a la gente que nos deriva el Gobierno tras llegar en pateras y pasar los trámites necesarios. Tenemos pisos de acogida y nos encargamos de hacerles un seguimiento y ayudarles en lo que necesitan, como contactar con sus familias», explica. Yoro adora su trabajo: «En la vida, si haces algo con el corazón, no es trabajo».

10

Jesús Mancilla ABC

Secretario Algeciras Acoge: «Estamos en las misma situación que hace 30 años»

Algeciras Acoge se fundó en 1991, un año que marcó un antes y un después en el Campo de Gibraltar porque comenzaron a exigirse visados a ciudadanos de países extracomunitarios para poder entrar en la Unión Europea. «Aquello lo cambió todo porque las formas que empezaron a utilizar para llegar fueron cada vez más peligrosas y se incrementó el número de fallecidos en aguas del Estrecho de Gibraltar», explica.

Jesús Mancilla no da crédito a que, transcurridos tantos años, no se haya avanzado: «Estamos en la misma situación que al principio. Este año, precisamente, se cumplen 30 años desde que se documentó, a través de la prensa, el primer fallecimiento en aguas del Estrecho. Fue en noviembre de 1988 en la playa de Los Lances, en Tarifa. Aquella noticia, de hace tres décadas, podía ser perfectamente una noticia de hoy. Hace falta una mayor sensibilización en la población porque vemos que la respuesta de la sociedad a hechos como la llegada del «Aquarius» o lo que tuvimos en la zona el pasado fin de semana, sigue siendo la de desconocimiento y falta de sensibilidad hacia estas personas. Son seres humanos que buscan una vida mejor, que huyen de guerras y miseria, y que hacen lo que haríamos nosotros y hemos hecho en el pasado los españoles».

Asegura que lo más gratificante para los miembros de Algeciras Acoge sería «cerrar las puertas porque tratamos con mucha tragedia, muchas muertes y una Ley de Extranjería muy dura para los inmigrantes. Es muy difícil conseguir los papeles y muy fácil perderlos. El trabajo que hacemos la organizaciones sociales lo debería asumir el Gobierno».

11

Rocío López ABC

Presidenta Cruz Roja Tarifa: «Convivo con esto desde que tengo uso de razón»

Esta tarifeña entró a formar parte de la Cruz Roja en 2001, cuando cursaba sus estudios de Enfermería. «Comencé con el servicio de Salvamento en Playas como voluntaria. La inmigración ya era importante en aquella época y me fui para esa rama, donde me quedé».

Rocío López recuerda el problema desde que tiene uso de razón. «Ha tenido picos, pero desde hace unos años hemos notado que las llegadas han aumentado ». Coordina el Equipo Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de la Cruz Roja en Tarifa, que se encarga de prestar la primera asistencia humanitaria a quienes llegan tras cruzar el Estrecho. Cuando se le pregunta si en España hay recursos suficientes para atender a estas personas responde con rotundidad: «Como todo en esta vida, se puede mejorar».

12

Juan Antonio Torres ABC

Hospital Carlos Haya: «No son números, son personas»

La lista de casos en la mochila de Juan Antonio Torres, trabajador social jefe del servicio de Atención Ciudadana del hospital Regional Carlos Haya de Málaga, es extensa. Recuerda la chica que llegó al centro con moratones en el brazo, después de estar siete horas agarrada a una madera, tras romperse la patera, perdió a su bebé de ocho meses en alta mar, se le cayó de los brazos.

También a otra chica marroquí que apareció con el hígado en estadio cero para trasplante urgente de forma misteriosa en la puerta del hospital –volvió a Marruecos cuando se curó– o al chico que cruzó miles de kilómetros pagando a las mafias para llegar a curarse de la leucemia. Muestra las fotos del polizón sudafricano que se partió la columna al saltar desde 11 metros para abandonar el barco en el que venía, desde hacía 15 días con dos compañeros, una botella de agua y dos latas de atún.

Son historias que ha atendido. Juan Antonio Torres y su equipo, llegaron a la puerta de su habitación, conversaron con ellos, les tendieron una mano amiga y al final les salvaron la vida. «Los más urgente que necesitan cuando llegan es cariño» , asegura el trabajador social, que explica que lo más complicado de su labor es que no se desconecta.

«Los problemas se van a casa conmigo» , añade Torres, que explica cómo les trae ropa de casa, les compra mudas o pelea por regularizarlos. «No son números, son personas que hay que salvar», apunta el también coordinador socio-sanitario, que recuerda que aquella chica que perdió a su bebé vive ahora en Suiza con su familia o al polizón que le felicitó la Navidad desde su nueva vida en Bélgica. Es el final persigue este grupo de personas.

«Durante las travesías ven morir a amigos, los maltratan o los violan. Por eso cuando llegan desconfían de nosotros y tenemos que ganarnos su confianza». Es la mayor dificultad a la hora de cumplir con su trabajo, que tiene como satisfacción la estadística que, cada año, dice que desde este departamento, en colaboración con las autoridades y las ONG del sector, se regularizan en esta área sanitaria entre 400 y 500 inmigrantes llegados de forma ilegal.

13

Pascual García-Herrera ABC

Radiólogo: «Hicimos 28 pruebas de edad a chicos que decían ser menores. Solo una fue positiva»

Si la persona que llega de una forma ilegal al país es menor de edad, la Junta de Andalucía se hará cargo de su situación hasta que cumpla la mayoría, facilitándole todos los derechos y servicios de cualquier otro ciudadano desde un lugar de acogida. Por el contrario, si es mayor de edad, hay un riesgo muy elevado de ser deportado. Por esto, en muchos casos los inmigrantes afirman al llegar que son menores. En ese momento, en Málaga, se les lleva al hospital Materno Infantil, donde se les somete a una prueba oseométrica que con un estrecho margen revela la edad de esa persona.

«Es muy efectiva entre los 14 y 18 años. Hay una horquilla por la cual se evalúa y el fiscal siempre se acoge a la posible edad más baja», explica García-Herrera, radiólogo que hace la prueba.

La evaluación consiste en hacer una radiografía de la mano y de la muñeca , que hasta los 18 años está en formación y a partir de esa edad ya no sufre cambios. En base a un patrón de crecimiento estandarizado se mira el estadio de formación ósea en el que está la mano y la muñeca. Es la forma en la que se determina cuál es la edad del sujeto.

«Esta prueba se usa también para trastornos del crecimiento , por ejemplo», apunta García-Herrera, que primero mira la formación de los huesos de la muñeca, luego los del dorso de la mano y, finalmente, comprueba la evolución de las falanges y sus conexiones, comparando con las imágenes estandarizadas.

«Hace unos días hicimos 28 pruebas y sólo una correspondió a un menor», señala el radiólogo. Los chicos llegan custodiados por la Policía Nacional, que les ha hecho una ficha identificativa con la que se les puede abrir un expediente en el hospital. Pasan una consulta médica, se le hace la prueba oseométrica. En base a la misma, se determina si el menor es protegido por la administración o, si no lo es, pasa a formar parte del protocolo establecido para cada caso.

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