DÍA DE LOS DIFUNTOS
La tradición de los muertos mexicana desde Benalmádena
El altar de Felipe Orlando, fundador del Museo Precolombino, atrae cada año a más visitantes a la ciudad
Es una de las tradiciones más ancestrales y arraigadas en la sociedad mexicana. Los altares de los muertos son ofrendas de alimentos, velas, flores y objetos de uso cotidiano del difunto, que se le brindan para el regreso de su alma a visitar a sus seres queridos. Esta costumbre en toda su dimensión espiritual se puede conocer en Benalmádena, donde en el Museo Precolombino se monta un altar de estas características en honor a su fundador, Felipe Orlando .
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Orlando fue un pintor, poeta, escritor y antropólogo de origen mexicano de ascendencia cubana. Llegó a la ciudad con una serie de resto arqueológicos anteriores a la conquista de América por el Imperio español. Arte que propuso exponer en un espacio público. El Ayuntamiento aceptó y construyó el Museo Precolombino, completando la colección de obras mexicanas con otras piezas de Perú, Nicaragua, Colombia y Ecuador . En la parte superior del edificio construyó su vivienda, donde residió mientras fue director del centro de arte con carácter vitalicio.
Tras su muerte en 2001, sus tradiciones más ancestrales tomaron fuerza en la sociedad de Benalmádena. Primero se comenzó a hacer un altar en la que fuera su vivienda, hasta que esta se remodeló para incluirla dentro del museo. Después de la reapertura en 2005, es cuando el altar que sus familiares de México mandaban construir con las ofrendas que ellos enviaban cada año se abrió al público. Desde entonces, este altar es un lugar de visita obligada para los que conocen la historia de Felipe Orlando. Ya no sólo aportan sus seres queridos, el altar se hace con ofrendas también de una comunidad mexicana que vive en Benalmádena y de vecinos.
El altar está hecho siguiendo la tradición mexicana de la manera más ortodoxa. Está compuesto por siete niveles. Cada uno representa a los siete pecados capitales y, según la cultura azteca, los diferentes tipos de muerte, una tradición en la que el alma del difunto también debía pasar por diferentes lugares hasta llegar al descanso eterno. En el altar de Benalmádena se pueden encontrar los elementos tradicionales de este tipo de construcciones religiosas, como son las pertenencias más representativas del difunto recordado.
Es un lugar que se siente con todos los sentidos. Los altares como el de Felipe Orlando tiene aromas agradables para simbolizar la purificación del alma, está el arco que rememora la puerta de entrada al mundo de los muertos y los diferentes elementos. El aire está representado con el papel picado, que es algo que la familia manda cada año desde México y que el museo coloca en colaboración con su compañera de vida, Marina Lara. También hay fuego para iluminar el camino del difunto hacia sus seres queridos. El agua para calmar la sed del espíritu y la tierra, que se representada con semillas.
Hay flores, comida, bebidas alcohólicas, elementos religiosos y calaveras. Por un lado, estan las dulces de azúcar, que se identifican por su vistoso colorido. Estas «calaveritas» son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona viva. En el altar están acompañadas por La Catrina o La Calavera Garbancera, creada por José Guadalupe Posada, es una representación de una «dandizette» de la época del presidente Porfirio Díaz que representa a una mujer de clase social alta. Una sátira que representa que hasta esas señoras sucumbían a la parca.
Las Catrinas también salen en desfile en Benalmádena . Es el día en el que el Museo Precolombino modifica horarios ante la afluencia de personal. Se celebró el día 25 de octubre para no hacerlo coincidir con el Día de los Difuntos, que cada uno celebra en su intimidad. El desfile en Benalmádena lleva haciéndose tres años con cada vez una mayor afluencia de personas, como explica la coordinadora de comunicación del centro expositivo, Victoria Sabino.
