Pandemia

Así es el respirador «made in Andalucía» para asistir a enfermos de coronavirus

El diseño conjunto de médicos e ingenieros malagueños emplea materiales industriales de fácil acceso y puede fabricarse en apenas dos horas

El mapa de los 4.277 casos positivos por coronavirus en Andalucía

Carlos Pérez del Pulgar, Ignacio Díaz de Tuesta y Víctor Muñoz, junto al prototipo ABC

Pablo Marinetto

Barato y sencillo. Son los dos puntos fuertes del respirador de campaña diseñado para librar la batalla frente al coronavirus. En apenas cuatro días médicos e ingenieros malagueños han creado el prototipo que podría salvar el gran obstáculo que ahora mismo representa la escasez de estos dispositivos ante una avalancha de contagios. Un respirador «made in Andalucía» que ve la luz en apenas dos horas y que tiene como punto de partida un diseño de hace 30 años del cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Málaga Ignacio Díaz de Tuesta .

Cuando hacía su especialidad le retaron a crear un modelo para pacientes que no respondían a los respiradores convencionales y ahora se ha convertido en el mejor ejemplo del talento andaluz en medio de la difícil situación a la que nos ha avocado la crisis sanitaria.

A Díaz de Tuesta se le «encendió la lucecita» tras la orden del Ministro de Sanidad, Salvador Illa , de poner en conocimiento de las autoridades los equipamientos disponibles. Se puso en contacto con el equipo de investigación del hospital y en apenas unas horas ya estaba sentado frente a una pizarra con los ingenieros de la Universidad de Málaga, Víctor Muñoz y Carlos Pérez del Pulgar para desarrollar el prototipo. En 36 horas el proyecto «Málaga Respira» era una realidad.

Un fin de semana les basto para crear el diseño, hacer pruebas con un pulmón artificial, testarlo en un modelo animal y comprobar su eficacia. «Es un respirador para una situación de guerra , para cuando se agoten los convencionales y no haya posibilidad de acceder a ellos», explica a ABC el cirujano, que apunta que la simplicidad es «su gran ventaja».

Posee el núcleo de un respirador convencional: un sistema para empujar el aire de forma controlada y que el médico pueda decidir cuántas veces respira por minuto el paciente , la presión y los tiempos de inspiración y expiración. Unos parámetros que se introducen de forma sencilla en el dispositivo. Además, tiene detectores de seguridad básicos que aseguran, entre otras cosas, que la presión es la correcta y que el paciente está conectado al respirador.

Materiales industriales

Según Díaz de Tuesta, se han empleado materiales que actualmente están disponibles fuera de la línea médica, que está colapsada. Uno de los ingenieros de la Universidad de Málaga, Víctor Muñoz, explica que han recurrido a elementos industriales de neumática, hidráulica y automatización , así como materiales que se utilizan en los sistemas de aire acondicionado.

Para simplificar su diseño original, en el que el montaje del circuito llevaría un tiempo, han usado un controlador como el que se emplea en puertas de garaje, un equipo sólido que está acostumbrado a repetir acciones millones de veces , y que permite al dispositivo asegurar la asistencia respiratoria durante más de un mes.

A diferencia de otros modelos autónomos, que cogen aire del ambiente con un 21% de oxígeno, este ha sido concebido para asistir a pacientes en situación crítica por el Covid-19, que requieren oxígeno hospitalario. «Málaga Respira» puede conectarse tanto a una botella de transporte y hospital, como a la propia conducción de oxígeno del centro.

El coste

En cualquier caso, el médico insiste en que lo han diseñado específicamente para afrontar la pandemia del coronavirus y no para otro escenario. «Ojalá que no haya que utilizarlos. Cuando acabe la crisis habrá que sustituirlos por respiradores convencionales», apunta. El coste de los materiales ronda los 600 euros , dado que requiere una serie de elementos de seguridad que elevan el precio de su modelo original, de en torno a 80.

Será la multinacional Fujitsu la que fabricará los respiradores tras las pruebas clínicas con pacientes ya autorizadas que, previsiblemente, se practicarán la próxima semana con un tercer prototipo.

«Lo importante es que es fiable. Otros proyectos con impresoras 3D no me convencieron, porque la durabilidad de los materiales puede dar problemas», insiste. Además del cirujano y los ingenieros de la UMA, en el proyecto ha participado un amplio equipo de profesionales sanitarios de los hospitales Regional y Virgen de la Victoria, así como científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) .

«Es una iniciativa altruista y científica, no comercial, y se compartirá para que cualquier equipo de España la pueda fabricar. No nos vamos a lucrar y no queremos que nadie se lucre con ello», insiste Ignacio Díaz, que alerta del uso creciente de los respiradores en los centros hospitalarios. «Es cierto que está habiendo altas, pero todavía no hemos llegado al pico y la tasa de pacientes que llegan supera con creces a los que se van» , concluye.

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