Las nietas de Enrique Simonet junto a «La anatomía del corazón» de su abuelo
Las nietas de Enrique Simonet junto a «La anatomía del corazón» de su abuelo - FRANCIS SILVA
CULTURA

¿Qué se puede ver en el nuevo Museo de la Aduana de Málaga?

El Palacio de la Aduana repasa la historia de la ciudad en todo su espectro, desde los yacimientos prehistóricos a los pintores actuales

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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El Museo de Málaga es un recorrido gratuito por la historia de los malagueños. En total son 15.000 metros cuadrados de superficie, de los cuales 3.000 metros son exposiciones permanentes, 1.500 para las temporales y una amplia superficie de almacén. Un espacio dispuesto para unas 15.000 piezas y más de 2.000 registros de Bellas Artes abierto, como es preceptivo en este tipo de instalaciones, de martes a domingo. Una senda que comienza en la prehistoria. En aquellos pobladores de las cuevas, cuyos restos surgen de los yacimientos de la provincia. Un repaso al megalítico y a la llegada de los fenicios o los griegos, cuyos restos dejaron el enigma de un gran guerrero de Malaka descubierto en 2012, datado en el siglo IV a.

Cristo y que podría ser «el señor de esta área» en aquella época.

El recorrido pasa por los vestigios romanos al lado del Teatro Romano. Una época que recibe a los visitantes con el hombre tocado en la entrada y que apareció bajo el mismo Palacio de la Aduana. Al-Ándalus aparece junto a la Alcazaba, donde los restos árabes dibujan un pasado glorioso antes de la conquista de losReyes Católicos. Es un extenso paseo por la historia, que pasa a través de los siglos y llega al paisajismo del siglo XIX. Aparecen Bernardo Ferrándiz, Denis Belgrano, Martínez de la Vega, Muñoz Degráin o Moreno Carbonero, donde emerge entre las turbulentas aguas «La destrucción de la Armada Invencible» de José Gartner.

El visitante discurre por las estancias. Descubre en cada rincón las tradiciones y costumbres de Málaga. Cada átomo de su ADN histórico. Imponente surge «La bendición de los campos» de Salvador Viniegra, donde Enrique Simonet deja una de las obras emblemáticas de este museo. «La anatomía del corazón» muestra al visitante unas pinceladas que se enfrenta con «El juicio de Paris». «Esa obra nunca estuvo expuesta. Estaba en un salón de la casa de mi abuela. Paris es mi abuelo y las tres Venus son mi abuela. Es una pintura con la que hemos convivido y que ahora está abierta el público en Málaga, la tierra de mi abuelo», recordaba las nietas de Enrique Simonet.

El siglo XX se descubre con las vanguardias. Pablo Picasso es el principal baluarte entre los Sorolla, Benlliure, Jiménez Aranda o Pedro Sáenz. A escasos metros del Museo Picasso el pintor malagueño también tiene parte de su obra. «Lo que hay de Picasso es una cesión de su secretario personal, Jaime Sabartés, y complementa la exposición del Museo Picasso. No es más que la muestra de la relación de amor que tenía Picasso con la ciudad», añadió Bernard Ruiz Picasso, nieto del pintor, que visitó también la exposición de arte contemporáneo, donde los nuevos nombres del arte malagueño emergen en el mismo edificio que Chicano o Such.

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