Caso JUlen

Un nuevo testigo arroja más dudas sobre cómo estaba tapado el pozo donde cayó Julen en Totalán

El ayudante del pocero dijo a la Guardia Civil que su jefe tapó el pozo con una piedra de 15 kilos, pero que no vio cómo se hacía

Pozo donde cayó Julen el pasado 13 de enero ABC

J.J. Madueño

Sigue sin despejarse una de las incógnitas claves en la investigación por la muerte de Julen, el niño de dos años que cayó a un sondeo de agua en Totalán. La Guardia Civil localizó a un tercer testigo para hablar de este asunto, ya que hay que aclarar si el sondeo de agua se quedó tapado cuando se marchó la empresa de perforaciones o, sin embargo, el agujero estaba abierto. Para intentar aclarar este término los investigadores interrogaron el pasado 28 de enero al ayudante del pocero . La idea era saber cómo se quedó tapado el pozo, ante las versiones contradictorias del dueño de la finca y el empresario que hizo el sondeo.

El dueño de la finca, David Serrano, siempre ha asegurado que fue él quien tapó el agujero con dos bloques de hormigón de la obra del muro de contención para derrumbamientos en la montaña. Dijo que el pozo se había quedado abierto tras hacerlo la empresa de construcción. El pocero dijo, por su parte, que había dejado una piedra de 15 kilos sobre la boca del pozo para evitar que cayera algún animal, como hacía con todas las prospecciones de estas características. Ante esta disparidad de versiones, la Guardia Civil llamó a otro testigo, que no ha aclarado este asunto.

El ayudante del pocero, que participó en las obras de prospección de dos de los tres pozos que había en la parcela, aseguró que el sondeo donde cayó Julen lo selló su jefe, pero que «específicamente no lo vio» –como informó Diario Sur–. Ante esto, el trabajador también dijo que el camión que estaba trasportando la máquina con la que se había hecho el pozo pasó por encima del agujero sin problemas, por lo que entendía que estaba cerrado.

Otra versión más

Este trabajador dijo que se hizo un pozo de 111 metros a mediados de diciembre de 2018, pero tras encontrar el cuerpo se descubrió que solo tenía algo más de 70 metros. Según la declaración fue una broca de 22,5 centímetros , pero no encontraron agua. La tierra extraída de la perforación se dejó alrededor del pozo con una altura de unos 60 centímetros. El material, según explicó el pocero a los medios en los primeros compases de búsqueda de Julen, es que era pizarra molida.

Otra hipótesis es que, tanto el pocero como el dueño de la finca, lleven razón. La Guardia Civil aventuró, al principio de la investigación, que la piedra dejada por el pocero habría sido retirada por la máquina que hacía la zanja para el muro de contención de forma fortuita. Se dejó destapado el pozo que luego David Serrano tapó con los bloques de hormigón, como declaró ante la Guardia Civil el operario de la máquina que hacía la zanja que vio hacer al dueño de la finca arrastrándolos con el pie.

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