Visto en redes
Una obra de arte efímera para realzar la belleza de la playa de Matalascañas
El artista Quirze Codina Estevadeordal realizó durante el día de Reyes una curiosa decoración en la orilla de la playa almonteña
La popular playa de Matalascañas ha estrenado el año 2022 de una forma muy particular. El día de Reyes la orilla de este rincón de la costa onubense lució una decoración tan hermosa como fugaz obra del artista Quirze Codina Estevadeordal . Los usuarios de Internet no se han quedado callados al respecto, de tal forma que las fotos de este dibujo junto a la torre almenara han inundado las redes sociales.
La creación de motivos florales, como un mandala, tardó unas cuatro o cinco horas en terminarse con la ayuda de un rastrillo, todo ello antes de que la marea se la llevase por delante sin piedad. Queda de esta manera como una obra de arte efímera que nos recuerda lo fugaces y pasajeras que son las cosas y nos invita a disfrutar de todo lo que el mundo tiene que ofrecernos más allá de lo material, como el propio autor comenta a este periódico en una conversación telefónica.
Quirze Codina Estevadeordal es un artista por vocación que se dedica a recorrer playas a lo largo y ancho del globo terráqueo como hobby para realizar estas grandes obras decorativas que apenas duran unas horas. La mayoría de los dibujos que realiza son improvisados, y los hace en el lugar que considera óptimo una vez está ya en la playa en cuestión.
Sus inicios en esta singular labor tuvieron lugar hace unos cinco años en la isla de Zanzíbar (Tanzania) , y se produjeron, como tantas otras cosas de la vida, por un mal de amores muy profundo, como cuenta a ABC de Sevilla : «Pasó con como casi todo el arte, que nace del amor o el desamor. Encontré un rastrillo y escribí su nombre con unos 50 metros de largo en la playa. Así que sí, mi primer dibujo fue una dedicatoria de reconquista ». Y lo mejor de todo es que funcionó.
«Estoy disfrutando mucho de la crisis de los cuarenta»
Lejos de quedarse en un hecho aislado fruto del impulso amoroso, dibujar a gran escala en las playas se convirtió en una pasión: «Después me di cuenta de que aquello había sido más un autorregalo que un regalo para un tercero, y empecé a dibujar». Dada la singularidad de la afición, no le quedó otra que ser autodidacta en el proceso: «Esto no te lo enseñan en los libros» . Dado que en Barcelona, de donde es Codina, no hay mareas, se vio obligado a desplazarse y estudiar cuáles son las condiciones favorables para el dibujo. «Cada dibujo ha sido un reto distinto», señala convencido de que lo más maravilloso de esta afición ha sido conocer infinidad de playas y entrar en contacto con la naturaleza. Algo muy diferente a su vida anterior, ya que se dedica a la dirección de hoteles de lujo en Barcelona: «Me considero víctima de esa sociedad consumista, y esto supone una válvula de escape de esa jaula dorada. Puedo decir que estoy disfrutando mucho de la crisis de los cuarenta».
Al estar condicionado por las mareas, los dibujos de Codina se llevan a cabo de mes en mes, entre los cuales se dedica a pensar cuál será su siguiente destino y qué podría dibujar allí. De esta forma, y siguiendo las recomendaciones de un buen amigo, llegó hasta la Costa de la Luz. Aún no la conocía, pero este catalán cuyos padres vivían en Málaga cuando él nació asegura haberse quedado prendado por la belleza de las playas onubenses y de lo indicado de Matalascañas para su última obra: «Cuando vi la torre supe que tenía que ser ahí, más todavía tratándose de un emblema de Matalascañas». Además, al ocurrir todo esto en la mañana del 6 de enero, su dibujo contó con la presencia de los mismísimos Reyes Magos , ya de vuelta tras una larga noche de entrega de regalos a todos los niños andaluces y del mundo, así como con la de otros transeúntes con los que se formó un ambiente muy agradable.
Unos dibujos con conciencia ecologista
Estos proyectos fugaces quedan documentados en las redes sociales de su artífice acompañados del lema #noplasticintheocean para defender unos océanos limpios y libres de plásticos y contaminación. Todo empezó cuando Codina encontraba la ingente cantidad de microplásticos que había en las playas que visitaba, algo que agriaba la felicidad del momento creativo. «Me di cuenta de la gravedad de la situación hasta el punto de no poder dibujar en alguna playa del norte de España por todos los microplásticos que había . Es una causa que defiendo porque me impacta y porque me lo encuentro más a menudo de lo que me gustaría». Ha llegado a involucrarse tanto al respecto que asegura estar preparando un documental sobre el tema.
De hecho, las imágenes de la playa de Matalascañas que ilustran estas líneas proceden de una publicación del propio artífice en Facebook , que acompaña del siguiente dato para tratar de concienciar a los usuarios que disfrutan de su obra: «@theoceancleanup ya ha puesto en marcha su nuevo operativo “interceptor” para evitar que los ríos viertan plásticos en los oceanos. Se estima que el 80% del plástico que llega a los océanos proviene de sólo 1.000 ríos de todo el mundo. ¡Recuerda que todo depende de ti!».
La vida de estos dibujos en la arena es muy breve, algo que descarga presión en la mente de su creador , como él mismo reconoce: «Cuando se borran, la verdad es que siento mucho alivio. ¿Quién soy yo para que una obra de estas dimensiones, de dos o tres mil metros cuadrados, perdure?». Sin embargo, las imágenes que dejó quedan inmortalizadas para siempre en el archivo fotográfico para que todos los amantes del arte y de la belleza de las playas, en este caso, las de la Costa de la Luz, pueda disfrutar de ellos.
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