Vicente Amigo, en la Posada del Potro
Vicente Amigo, en la Posada del Potro - EFE
ENTREVISTA

Vicente Amigo: «No hay un punto de encuentro más transparente que la música»

El guitarrista cordobés acoge la Medalla de las Bellas Artes inmerso en la preparación de su octavo disco

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Vicente Amigo, medalla al mérito de las Bellas Artes 2016, pasea por la Posada del Potro en Córdoba observando las guitarras del museo de flamenco Fosforito y, disertando sobre el arte, declara que «no hay punto de encuentro más transparente para la humanidad que la música». A pesar de su confesa timidez, Vicente Amigo (Guadalcanal, Sevilla, 1967) se muestra cómodo y hablador, quizá porque en el escenario de esa posada cervantina el guitarrista ofreció al público sus primeros acordes con 13 años.

«Estoy muy agradecido por el premio y ahora debo de apechugar y seguir trabajando duro», explicó el guitarrista, que desde que en 1988 ganase el concurso de Las Minas en La Unión cuenta en su palmarés, entre otros, con un Grammy por «Ciudad de las ideas», y ha tocado con artistas de la talla de Paco de Lucía, Camarón de la Isla y Bob Dylan. No resulta sorprendente que el músico diga que donde realmente se siente cómodo es en el salón de su casa, tocando para sí mismo: «Porque en un escenario puedes soñar, volar, pero en mi casa me siento seguro».

Un estado de plenitud que no lograría sin su guitarra: «para los guitarristas, la guitarra es como una droga, llegas a tener una relación tan tormentosa como maravillosa con ella».

«El flamenco es una forma de vida pero es solo un hijo de la música, que es la madre del arte», sostiene Amigo, quien asegura que no entiende «eso de la visión purista de la música»: «yo compongo respetando siempre la tradición, ofreciendo mi forma de entenderla lo más acorde posible a la belleza, al arte, a las bellas artes».

«Hasta cuando estoy de vacaciones me llevo la guitarra, por si me aburro»

«La música es el por qué de mi vida, hasta cuando estoy de vacaciones me llevo la guitarra por si me aburro», repite el artista que reconoce que en su rutina no le «falta disciplina» pues aunque no tiene jefe lleva uno dentro que lo encierra en su estudio a trabajar, a componer, a estudiar porque «el camino no se hace desde el sofá de tu casa». En su reto por «hacer la música lo más de acuerdo a la verdad que encierra uno mismo» Amigo ha aprovechado el parón de la gira mundial en su casa de Córdoba para meterse en su estudio y trabajar en su octavo disco, cuyo lanzamiento se prevé en primavera.

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