Vacaciones en un orfanato de Nairobi

«Es increíble ver una película de Jackie Chan doblada al ‘swahili’ y cómo los niños disfrutan y se meten en el papel de un auténtico héroe». Precisamente eso es lo que reza en el mural de la plaza principal del «slam» (barrio de chabolas), en Nairobi (Kenia): «Sisi ni mashujaa». Significa «Somos Héroes». Así relata su experiencia solidaria el cordobés Braulio Pareja, uno de los componentes de la oenegé española de cooperación internacional al desarrollo «Kubuka Más Por Ellos», en la que trabaja por la educación y la infancia con presencia en Kenia y Zambia, principalmente.

Y es que en este «slam» de Nairobi cada uno de sus niños es un auténtico héroe. Sobrevive sin apenas nada ni nadie. Braulio Pareja, investigador de la Universidad Pontificia Comillas-Icade de Madrid, es de los voluntarios de larga estancia que trabaja durante los meses de verano en el país.

En su caso, realiza un proyecto de consultoría a la ONG. En concreto, este investigador cordobés elabora un informe de medición del impacto social que servirá para que la entidad sepa cómo se están utilizando los recursos económicos para generar transformación social de manera eficiente y con resultados tangibles.

Pobres entre los pobres

A sus 28 años, el joven cordobés lleva dos meses en Nairobi viviendo junto a un orfanato de niños huérfanos o sin atención situado a unas dos horas de la capital de Kenia. Allí, junto a un grupo de voluntarios españoles de la misma ONG que trabajan cada verano durante quince días, organiza una escuela de verano con los niños. Estos jóvenes, procedentes de diversas ciudades españolas, usan sus vacaciones de una manera especial. Ayudando a los más pobres de los pobres.

«La labor de los voluntarios es fundamental. Se trata de un refuerzo importante en clases de matemáticas, inglés, ciencias o arte», comenta Braulio Pareja. A su vez, los voluntarios de esta organización fundada por Álvaro Pérez-Pla, experimentan lo valioso que es ayudar a los demás. Muchos de ellos vuelven con la idea de «me han ayudado más ellos a mí que yo a ellos». Mientras a otros compañeros de la ONG les llama enormemente la atención la sonrisa de los niños a pesar de la pobreza y la necesidad de sus durísimas vidas.