ANTITERRORISMO

Un plan para poner cerco y atrapar a los terroristas

Las autoridades quieren actualizar la «operación jaula» para localizar y detener a los posibles autores antes de que escapen

Agentes de la Policía Nacional en el entorno de la Mezquita-Catedral ÁLVARO CARMONA

F. J. P. / R. R.

Una de las líneas de trabajo que se han puesto sobre la mesa estos días en Córdoba, aunque más a medio plazo, para reforzar los protocolos de actuación de seguridad frente a actuaciones terroristas apunta a los llamados «dispositivos de cierre» . Estos planes están incardinados en lo que se llama la Circular 50/2005, un programa de actuación antiterrorista fijado a nivel nacional meses después de los sucesos del 11-M en Madrid para mejorar el modo de operar de la Policía Nacional y, por extensión, el de los otros cuerpos y entes de seguridad y emergencias.

Desde el segundo uno en que se produce un atentado (explosivos, a pie e incluso con sustancias químicas...), la Circular 50 organiza al milímetro la actuación policial para atender a los afectados, localizar y detener a los autores materiales de los hechos. Cada Comisaría Provincial tiene mano para fijar singularidades atendiendo al territorio. A ello se suman los dispositivos de cierre, que trazan las posibles rutas de huida (carretera, estaciones,...) y la distribución de dotaciones y unidades para tapar todas esas posibles salidas de los malhechores.

Es más, se contemplan dos tipos de planes de cierre : uno próximo, en la ciudad donde se produzcan los hechos; y otro lejano, en sus alrededores (municipios aledaños) y hasta en las provincias limítrofes, dondes las respectivas Comisarías Provinciales activan sus propios perímetros para cooperar en la búsqueda de los asesinos. No es más que lo que se da en llamar «operación Jaula» , cerrar una ciudad para intentar atrapar a los terroristas mientras que en el lugar del suceso operan ya los diferentes cinturones concéntricos de protección según el tipo de atentado para obtener pruebas. Hay contemplados dos cinturones policiales (el primero para los Tedax) y un tercero hasta de la Policía Local (propiciar desvíos de tráfico del área de influencia del atentado) en el caso de explosivos o sustancias químicas, o uno solo si se trata de la actuación a pie de una persona. Fuera de estos círculos , la posibilidad de instalar hospitales de campaña y de que operen los medios de comunicación.

Es por ello que en la mesa técnica policial creada por la Junta Local de Seguridad de Córdoba hace unas semanas no se quiera pasar por alto este asunto. La nueva manera de atentar —no prevista en los escenarios de esta Circular 50/2005, usada hasta el momento— implica, además, potenciar la colocación de barreras físicas en zonas muy concurridas que tienen que ver con enclaves turísticos y comerciales (entorno de la Mezquita-Catedral y ejes comerciales del Centro). Eso obliga a trazar nuevas estrategias y revisar las posibles rutas de escape con estas nuevas vías de comunicación que han ido surgiendo en Córdoba en los últimos años: Ronda de Poniente, Variante Oeste (tramo sur), Variante de Pocerlanosa (A-4)... Una tarea que está sobre la mesa para los próximos meses.

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