Francisco Poyato - Pretérito Imperfecto

Paro, negocio y partido

Aprendimos tanto en tan poco tiempo sobre el negocio del paro en Andalucía que es obvio pensar en su necesaria existencia

Francisco Poyato
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El paro llega a ser un negocio en Andalucía. Al principio suena a hiriente frivolidad. Después a hipérbole propia de la tierra. Discurrido el tiempo y los hechos, cobra cariz de tesis. Un doctorado en la materia para quien quiera ser salmón en la universidad que siempre acaba mirando de reojo a los señores feudales del sistema. Lo cierto es que la vocación estructural del paro, ésa que le hace no bajar nunca de los dos dígitos en la Encuesta de Población Activa o las oficinas de Empleo, puede hallar cierta comprensión en su propia existencia y los intereses colaterales que ésta mantiene. Los ERE fraudulentos nos han mostrado el camino. El «modus operandi». La extensión de la mancha de aceite que inunda para poder saciar las ansias de tirios y troyanos de la Administración.

Y así, todos a la chita callando. El dinero de los parados en Andalucía es un maná con innumerables migajas. Una letanía de canje político y un agujero negro por donde aparece lo mejor de cada casa en busca de la gota de vino que pende de la jarra mientras el fulano traga por el engaño. Los cursos de formación arrojaron la luz suficiente para adivinar los vericuetos en la inmensidad de la trampa. Millones y millones de euros surcando las cloacas pestilentes.

El intruso del expediente de regulación de empleo, el curso sin alumnos, el material de púrpura y oro, la gastronomía ceremoniosa y complaciente, el conseguidor, la comisión, el profesor y su familia en nómina, el ramillete de empresas receptoras de un mismo tronco, los fallos administrativos; la falta de justificantes; la llamada telefónica a tiempo; el hombre de paja; la cadena de favores, el partido...

Hemos aprendido tanto en tan poco tiempo sobre el negocio del paro que es lógico que a estas alturas nos preguntemos de manera ingenua por qué iba a ser necesario terminar con el desempleo latente y artificial en Andalucía, como ocurre con el colesterol bueno y el malo. ¿Qué haría el uno sin el otro?

Hay dos entidades en el barrio del Guadalquivir de Córdoba, en el distrito sur, que nos han revelado nuevos métodos en esta escuela de negocios. El «donativo» voluntario para la causa. Pagar por trabajar, herencia milenaria por otro lado. Uno puede llevar años apuntado al paro, esperando a que una mañana suene el teléfono y pueda justificar las decenas de cursillos hechos, pero no puede omitir que todo tiene un precio. La Junta de Andalucía llenó de euros a la Fundación Guadalquivir (liderada por un peón de brega de los Durán&Durán en el fango político) y Jóvenes hacia el Futuro (menuda paradoja) para que contrataran a desempleados a los que luego se les hacía firmar un documento para que «donasen» dos de las ocho horas diarias que todos pagábamos en las ayudas de la Junta. «Es como apadrinar un niño», les argumentaba el otro cabecilla de la historia, que a sus veintitantos años es ya un versado cachorrillo en las Juventudes Socialistas de Córdoba y que ya ha ido en la lista de las municipales de Doña María Isabel Ambrosio y «sus personas». Dinero para la causa a una fundación bien regada desde la Administración autonómica en todo programa que habite el BOJA: desde repartir alimentos hasta asistir en lo que diga el partido.

Desde la Delegación competente en la materia se advierte una investigación... sobre lo que ha publicado ABC, claro. Y lanzan el dardo de que ninguno de los afectados les denunció nada. Como si el miedo a perder un puesto de trabajo fuese un heroico acto de sensiblería en un juego sin reglas. Menos mal que algunos de estos parados chantajeados se asomó a la linde del riesgo para denunciar en la Inspección de Trabajo semejante barbaridad. Aunque ya se sabe que los tiempos de la Administración son los que son si tienes la mala suerte, además, de tocar en la tecla equivocada. Esperamos pues que tanto la Junta como la Inspección de Trabajo aclaren esta nueva especialidad surgida en la escuela de negocios del paro.

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