Junio, un mes con temperaturas por debajo de la media en Córdoba

El mes de junio terminó y, pese a que ya ha llegado oficialmente el verano, las temperaturas han sido relativamente suaves. La ola de calor de la semana pasada se notó con mucha más fuerza en el norte de España; en Córdoba tan sólo se rozaron los 40 grados, algo más que habitual para esta época. En general, junio ha sido un mes bastante fresco, sobre todo si se compara con el mismo mes de 2017 , cuando se vivió una de las mayores y más tempranas olas de calor de la historia.

En la primera semana de junio, sin embargo, las temperaturas apuntaban a un verano muy caluroso . Cuando el termómetro debía situarse en los 30-32 grados de máxima, según las medias de los últimos 10 años facilitadas por la Agencia Española de Meteorología ( Aemet ), en Córdoba se alcanzaron ya los 37 grados. Resultó ser un espejismo, ya que durante el resto del mes no se volvieron a alcanzar valores semejantes salvo en la ola de calor, cuando en la estación del Aeropuerto se registraron 40,4 grados .

Durante el resto de junio, solo en dos días se superó la barrera de la temperatura media correspondiente (en las semanas segunda y cuarta). Todos los demás días se alcanzaron valores inferiores a la media. Lo mismo ocurrió con las mínimas, que estuvieron casi siempre por debajo de lo habitual. Incluso se llegaron a marcar 11 grados, un frío más propio del final de invierno que del principio del verano.

El verano fresco se ha notado también en los consumos de electricidad , que no han experimentado subidas ni siquiera durante la ola de calor. De acuerdo con la información facilitada por Endesa , el día con mayor pico de demanda en Córdoba fue el viernes 28 de junio a las 15.57 horas, cuando se necesitaron 565 megavatios . Nada que ver con el récord de demanda: los 1.017 megavatios de pico que se registraron el 8 de julio de 2015. En otros meses de junio, la demanda de electricidad ha rondado los 660 megavatios.

Si las temperaturas han sido frescas, las lluvias han sido claramente anómalas por su ausencia. No ha caído ni una sola gota en toda la provincia desde mediados de abril. Una primavera sin lluvias ha dejado los pantanos bastante tocados. A fecha de ayer, los embalses de la provincia almacenaban 1.443 hectómetros cúbicos de agua sobre una capacidad total de 3.411, lo que supone el 42.30%. En estas mismas fechas pero el año pasado, los pantanos se encontraban al 59,72% de su capacidad, mientras que la media de los 10 últimos años ha sido del 70,76 por ciento.

Ante esta situación de sequía, los agricultores están muy preocupados por el futuro inmediato. Los cereales de invierno, que ya han sido cosechados, han registrado caídas en la producción del 45 por ciento, según el técnico de Asaja Antonio Montalvo . Pero lo peor podría estar por llegar. El girasol , cuya recogida empezará en unos 20 días, no tuvo agua en primavera, por lo que Asaja espera una pérdida del 40 por ciento de la producción. Al maíz plantado en marzo le ocurrió lo mismo, por lo que los agricultores tuvieron que empezar a regar antes de tiempo. Con los pantanos con poca agua, podría darse el caso de que los cultivos de regadío se queden sin dotación antes de que acabe el año agrícola. En la vendimia , que comienza en agosto, se espera también una caída de la producción por la escasez de lluvia, que podría compensarse en parte con una elevada calidad del fruto. Y la ganadería , asegura Montalvo, «tiene muchos problemas en el norte, porque allí ha llovido menos aún. El ganado tiene que beber todos los días y hay acuíferos agotados».