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Lepanto, hacia el 450 aniversario

El complejo español por rememorar sus gestas

Cuadro de Juan de Toledo sobre la batalla de Lepanto Archivo
Juan José Primo Jurado

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EL próximo 7 de octubre faltará un año para el 450 aniversario de la batalla de Lepanto , que enfrentó en aguas del golfo de Corinto en 1571 a la flota turca contra la de la Liga Santa, integrada por España , Venecia , el Papado y la Orden de Malta y mandada por Juan de Austria . Ignoro qué celebraciones lo conmemorarán, incluso si se conmemorará, no tanto por las circunstancias de la pandemia sino por ese complejo de España para celebrar nuestras luces en la historia. Y la victoria en Lepanto fue una de ellas. Cuando el Imperio Turco dominaba los Balcanes , bloqueaba las rutas hacia oriente y hacía del Mediterráneo un mar inseguro para Europa, España oyó las súplicas del Papa Pío V y puso su capacidad diplomática y sus mejores barcos y soldados al servicio de la empresa.

La victoria cristiana fue total. Los turcos perdieron 30.000 hombres, 3.000 quedaron presos y 117 galeras y 13 barcos menores fueron capturados por los aliados que liberaron a 12.000 galeotes cristianos de los barcos otomanos. Las bajas aliadas fueron 21.000 heridos y 8.000 muertos. En ninguna de las grandes batallas navales de la Primera o Segunda Guerra Mundial hubo tantas bajas en un solo día de combate.

Las consecuencias inmediatas del combate fueron la retirada turca de la zona y la euforia en todos los países de la Cristiandad. Incluso Isabel de Inglaterra felicitó a Felipe II . Se había destruido el mito de la invencibilidad turca y las celebraciones se multiplicaron. En Córdoba se representó la batalla en la plaza de la Corredera. Hoy, merced a historiadores como Braudel, queda claro que, gracias a Lepanto, Europa pasó del miedo a la confianza en sí misma, que la flota otomana nunca se recuperó del golpe y que hacia 1580 el Imperio Turco firmaba acuerdos con Venecia y España que ponían fin a la guerra en el Mediterráneo.

La batalla fue un choque naval, pero también «terrestre» porque fueron los infantes españoles quienes decidieron el combate al asaltar las galeras enemigas. Cuatro tercios españoles combatieron en Lepanto. Uno de ellos es el Regimiento de Infantería Córdoba 10 , una de las unidades más antiguas del Ejército español, actualmente parte de la Brigada Guzmán el Bueno X . Creado en 1566, su maestre de campo Lope de Figueroa se convirtió en uno de los mejores generales de aquella infantería española que asombraba al mundo. Miguel de Cervantes sirvió en este tercio y combatió en la batalla de Lepanto, a la que definió como «la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros».

Cayetano Rosell escribía hace unos años: «Menosprecien en buena hora el envidiable suceso de nuestras armas los que no participaron de aquella gloria y cuidaron de aminorarla, poseídos de celos y sobresaltos; mas encarézcala, España como uno de sus mayores timbres y perpetúe en páginas de bronce la memoria de una empresa, que salvando a Europa del nuevo Atila dio ejemplo de ilustración a todas las demás naciones».

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