ANÁLISIS

La integración laboral, el gran obstáculo para los invidentes de Córdoba

Las personas ciegas o con deficiencias visuales y la ONCE (1.400 afiliados) piden que las empresas se abran a contratarlos

María Cerrado, en su puesto de vendedora de la ONCE, en la calle Osario Valerio Merino

Luis Miranda

Algo preocupaba a María Cerrato, vecina de Córdoba, casi tanto como ir perdiendo la vista . Era el pensar que conforme su enfermedad ocular avanzase, no serviría para nada , no podría trabajar, no sería útil. Tenía algo más de cuarenta años y sabía que iría reduciéndose su visión conforme pasara el tiempo. Ahora tiene 47, ha perdido la visión en el ojo derecho y en el izquierdo tiene solamente el cincuenta por ciento. Y en cada revisión se encuentra algo peor, pero el entusiasmo por su trabajo le ayuda a afrontarlo.

Cuando supo lo que sucedía cayó en una depresión , pero le ayudó la Organización Nacional de Ciegos ( ONCE ) y aunque no se podía hacer nada por remediar la enfermedad, sí al menos le podía ayudar a seguir activa. «Pensaba que ya no servía para nada y empecé a trabajar gracias a ellos », cuenta mientras habla en su puesto en la calle Osario junto a Ronda de los Tejares, una zona muy transitada.

Su caso ilustra una parte muy importante del trabajo que realiza la ONCE en Córdoba para ayudar a las personas con deficiencias visuales o con ceguera total. Son muchos los campos en los que tienen que trabajar, pero uno de ellos tiene que ver con la autonomía y la independencia , con conseguir que además de tener una calidad de vida aceptable, sean personas integradas en la sociedad al nivel de los demás. Es lo que asegura la directora de la organización en Córdoba , Carmen Aguilera , al hablar de los retos para el futuro.

«Nuestros dos pilares son la educación y el empleo y tenemos que conseguir que los empleadores sean sensibles», afirma la directora, que cuenta cómo no hay una cifra de inserción laboral, aunque insiste en que todavía queda por hacer y sólo la Administración, con un pequeño porcentaje, reserva una cuota a personas con discapacidades. Y eso no depende sólo de ellos, sino también y sobre todo de que tomen conciencia las empresas privadas y las administraciones públicas de que las personas con esta discapacidad pueden hacer el trabajo de la misma manera que las demás.

Según datos de la ONCE, en Córdoba y provincia hay casi 1.400 personas con ceguera o deficiencia visual , que constan como afiliados. El 30 por ciento no conservan nada de visión.

Cada año, lo más normal es que se reciba a unas 60 personas nuevas , que han perdido la vista del todo o han comenzando a perderla. La ayuda a cada uno es distinta, como también lo son las historias de quienes afrontan su discapacidad y se sobreponen.

Ana Olmedo, con su perra Hannah, saliendo de su oficina de trabajo V. Merino

De eso puede contar mucho Ana Olmedo , que nació con una deficiencia pero disfrutó de un amplio resto de visión hasta que estaba en la Universidad. Hasta entonces podía leer, estudiar y sólo tenía que sentarse en la primera fila de las clases para tener una visión aceptable. Estudió «en tinta», como ella misma dice, es decir, en libros impresos de forma tradicional.

Había terminado primero de Derecho y en ese verano sufrió un desprendimiento de retina que le precipitó la ceguera total . ¿Se acabó el mundo para ella? Ni mucho menos. Con la ayuda de su familia y de sus compañeras fue capaz de sobreponerse a la adversidad. «Mi padre tuvo qu e escanear todos los libros para que estuvieran en formato digital y un programa en el ordenador los convertía en voz», cuenta. Recurriendo a la mecanografía y también con la ayuda de la ONCE para los programas, consiguió acabar la carrera .

Después de terminar sus estudios, con varios premios de la ONCE al mejor expediente académico, siguió afrontando exámenes, esta vez para acceder a la función pública. Aprobó las oposiciones de Administradores Generales de la Junta de Andalucía y ahora es asesora técnica en Acogimiento Familiar y Adopción en Córdoba. Trabaja con ordenadores, pero ordenadores con un software especializado que le permite escuchar lo que dicen los textos que tiene que recibir.

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