Florin: del filial a la leyenda

No dejó desapercibido Florin Andone cuando daba los primeros pasos como jugador del Córdoba. El rumano no tuvo puesta de largo, ya que no tuvo presentación oficial al llegar en primera instancia para el equipo filial. Sin embargo, él sabía que lo suyo no era otra cosa que trabajar y esperar a que llegara su momento. Y, como ya quedó patente el martes, esa constancia ha tenido el premio de una ampliación de contrato situándose como uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, factor acorde con el rendimiento de juego mostrado sobre el campo.

Su historia comenzó desde el stage de Marbella, donde fue uno de los jugadores que llegaban para hacer cupo. Llamó la atención en los pocos entrenamientos que Ferrer dejó ver a puerta abierta, algo que ratificó en el partido de presentación ante el Raja Casablanca. Sin embargo, a 24 horas del comienzo de la Liga en el Santiago Bernabéu fue cortado por el técnico catalán e inició la temporada con el filial.

Y ahí mostró su tesón competitivo, al que acompañó con goles. Con todo, una lesión muscular frenó un proceso que le llevaba de manera inexorable al primer equipo, algo que hizo efectivo Djukic. El serbio se convirtió en su valedor para disparar su carrera deportiva, que le ha llevado en un abrir y cerrar de ojos en internacional con una Rumanía que volverá a estar en la fase final de una Eurocopa el próximo verano en Francia.

Granada como punto de partida

La alternativa de Florin con el Córdoba llegó en Granada en el partido correspondiente a la Copa del Rey el 3 de diciembre de 2014. Djukic le dio entrada por Xisco a los 57 minutos de juego y no le faltó valentía y esfuerzo. De hecho, entró en la estadística de la contienda al ver una tarjeta amarilla. Ése fue uno de sus grandes momentos en blanquiverde, aunque le faltaba jugar en El Arcángel. Y lo hizo en el partido de vuelta bajo una niebla que prácticamente impedía la visibilidad. Pero eso no fue obstáculo para que facturase su primer gol, que igualaba la eliminatoria, gracias a un certero cabezazo a los pocos minutos de comenzar la contienda. Finalmente, no pasó el Córdoba, pero Florin empezaba a llamar la atención.

Y, por eso, Djukic volvió a contar con él para enfrentarse de nuevo al Granada en el primer año, pero en lo que se correspondía con la decimoséptima jornada de Liga. Y volvió a marcar en un partido que pasaría a la historia del club al ser la única victoria como local en la temporada del regreso a Primera División después de 40 años.

La eclosión

Fue prácticamente a renglón seguido de los compromisos sucesivos ante el Granada. Con el 28 a la espalda, el jugador rumano confirmó su nuevo rango con goles importantes en la mejor fase del equipo del curso. Así, en Vallecas, elaboró la jugada que supuso el tanto que otorgó una nueva victoria para los blanquiverdes en la Liga y que les permitía salir de los puestos de descenso.

A la semana siguiente, culminó un gol meteórico ante el Eibar, algo que empezó a encumbrarle ante los correligionarios de El Arcángel, que ya le sacaron su particular canción, si bien ese partido no acabó en victoria para el Córdoba. Y ese grado de esplendor acabó ante el Madrid, donde se convirtió en una pesadilla para Sergio Ramos, por ejemplo. De hecho, estuvo cercano a marcar un gol que hubiera supuesto el 2-1, pero Casillas se vio salvado por el larguero.

La eclosión

Convertido en indiscutible dentro del equipo, el escaparate de la Liga española le dio pie para entrar en las convocatorias del equipo nacional rumano. Sin embargo, su estreno tuvo que esperar hasta el mes de junio. Rumanía se enfrentaba en un partido clave a la selección de Irlanda del Norte en Windsor Park, el estadio de Belfast. Florin entró en los últimos minutos de la contienda. Sin duda, para él un nuevo hito en su aún incipiente carrera.

Ese compromiso llegó con la temporada finalizada, pero ya quedó patente que era un nuevo recurso para una selección que meses después confirmaba en las Islas Feroe la clasificación para disputar la Eurocopa de Francia. Curiosamente, disputará el partido inaugural el 10 de junio ante la anfitriona en Saint Dennis. Por cierto, que en la ventana de amistosos del mes de noviembre hizo su primer gol ante Italia en una nueva lección de fe.

Escaparate

Materializar cinco goles en 20 partidos de Primera División, convertirse en alternativa seria en su equipo nacional y, sobre todo, la sensación de que juega cada partido como si no hubiera mañana le han servido para hacerse un cartel dentro del fútbol. Por eso, no es de extrañar que durante el verano estuviera en el disparadero de fichajes sobre una posible salida. Sin embargo, las ofertas que llegaron no terminaron de satisfacer en el club, que no estaba dispuesto a renunciar a un mínimo de dos millones de euros para facilitar su traspaso. Y a eso se sumó también su importancia dentro del equipo, por lo que Oltra no se mostraba partidario de desprenderse de él.

Con todo, surgieron opciones en la Liga española como las de Málaga o Espanyol, si bien el equipo que más lo tentó fue el Swansea, de la Premier League. Al final, se quedó para regocijo de la afición blanquiverde.

Líder

Sin duda, el rumano ha sido uno de los factores diferenciales del equipo durante el primer tramo de la temporada. Y sus ocho goles son buena prueba de ello, aunque curiosamente tardó en marcar, ya que no lo hizo hasta la jornada quinta con un remate de cabeza ante la Ponferradina que sirvió para sacar tres puntos.

Después, repitió en distintos compromisos como ante el Numancia, el Tenerife, Nástic, Girona, Alavés y Elche, si bien en estos dos últimos su tantos no sirvieron para que el Córdoba sacara adelante los puntos. Con todo, queda patente que es un jugador clave en el engranaje del Córdoba hasta el punto de que su promedio es de un 0,50 por ciento de gol por partido. Y eso no está al alcance de cualquiera.