Coronavirus Córdoba

Las autoridades dan por controlado el brote de la residencia de Pedroche tras 10 muertes

Las visitas siguen paralizadas hasta que se recobre la normalidad en el geriátrico con más plazas de Los Pedroches

Entrada de la residencia de Pedroche, la más grande de la comarca Quercus

Julia López

«Vivo en Barcelona, pero todos los veranos vengo a mi pueblo, a Pedroche, y nunca antes lo había visto así , tan vacío». Son las palabras de uno de tantos emigrantes de la comarca de Los Pedroches que se fueron en busca de nuevas oportunidades pero que tienen sus raíces bien amarradas a la tierra que los vio nacer. El Covid-19 ha golpeado este verano duramente a Pedroche , una localidad que no llega a los 1.500 habitantes, pero que atesora una importante actividad a través de las tradiciones y de nuevas apuestas que van «colándose» en la agenda estival. En la incidencia del Covid, el municipio ha llegado a tener más de 7.000 casos por cada cien mil habitantes .

Es en la Residencia El Salvador de la localidad donde parece que se ha detenido el tiempo y donde hay diferentes ritmos, el que se vive en el salón covid y otro en la zona limpia. El virus se ha cebado con la residencia más grande de la comarca de Los Pedroches . Más allá de los casos diagnosticados, 84 entre residentes, el personal y las familias han tenido que lidiar con las pérdidas porque ya son diez los fallecimientos por coronavirus ; el último ha tenido lugar en las últimas horas.

Desde la Consejería de Salud se precisó que los residentes fallecidos tenían patologías previa s, lo cierto es que la presencia de la enfermedad provoca que pasen a engrosar la triste lista de personas fallecidas por coronavirus. Es la parte más compleja del proceso , aceptar esas pérdidas, aunque el personal humano de la Residencia lleva trabajando a destajo desde hace semanas para combatir el virus y proteger a los más vulnerables . Porque, de nuevo, los más vulnerables son ellos, los mayores y ahora más que nunca la pancarta que se puede leer a las puertas de la residencia alcanza sentido, «No nos hagan invisibles».

Dos ancianos en una calle de Pedroche Quercus

«Lo más duro ha estado en la residencia porque en el municipio se han dado algunos casos, pero como en otras localidades », explica el alcalde de la localidad, Santiago Ruiz. El primer edil tiene claro que lo ocurrido en Pedroche ha sido una cadena originada en la residencia porque «todo surge cuando el virus entra en la residencia, en un sitio vulnerable, porque ha habido trabajadores que se han infectado y ellos pues han contagiado a sus familias».

«Ha sido una cadena que ha provocado que los casos se vayan incrementando, pero principalmente la cuestión se centra en las instalaciones », explica. Ruiz apunta que, según la información que maneja, el brote «se podría dar por controlado, pero es algo que nunca se controla al cien por cien, aunque ahora la situación está estable porque muchos de ellos ya lo han pasado». El alcalde resalta el hecho de que todos los residentes estuvieran vacunados porque «si esto nos pasa en otra ola estaríamos hablando y lamentándonos de muchas muertes».

Respecto a eso, a los decesos, Santiago Ruiz reconoce que «es lo más difícil de asimilar», pero puntualiza que «hay que decir que, aunque todas las personas eran positivas , es discutible que el fallecimiento sea causa directa del coronavirus porque tenían otras patologías . Entiendo el criterio, pero hay que puntualizar esa cuestión».

A pesar de que la residencia es de gestión privada , el Ayuntamiento de Pedroche no ha escatimado en atender las necesidades que pudieran surgir ante un brote de semejantes dimensiones. Por eso, el contacto entre la dirección del centro y el Consistorio llegó desde el inicio y « hemos ido colaborando al igual que durante toda la pandemia en cuestiones de material».

Una calle semidesierta en Pedroche durante la jornada de ayer Quercus

Santiago Ruiz también ha sufrido este brote en la parte más personal ya que un familiar, su padre, es uno de los residentes del centro de mayores El Salvador y uno de los primeros que dio positivo en los análisis. «La preocupación era latente, llamando casi a diario para conocer su evolución , a veces te podían coger el teléfono y otras no, pero comprendo la situación de los trabajadores que estaban saturados», explica. Esa preocupación se acrecentaba los días en los que la comunicación no era posible y, principalmente, porque llegó una visita a Urgencias que quedó ahí ante un leve empeoramiento. «Luego la cosa fue peor porque mi hermana, que trabaja en la residencia, también dio positiva y, posteriormente, mi cuñado y mi sobrina».

Precisamente es eso, la falta de información en las horas iniciales , lo que destacan algunos familiares como lo más inquietante de la situación porque la noticia corrió como la pólvora por el municipio en cuanto se tuvo constancia de los primeros casos. En ese grupo, entre quienes tienen a sus familiares entre los primeros positivos, se encuentra Juan Vázquez que relata que « visitamos a mi madre, siguiendo todos los protocolos, y nos la llevamos al bar que hay al lado de la residencia. Vimos que no estaba bien». Un comportamiento extraño, alejado de la jovialidad que le caracteriza a pesar de sus 89 años de edad , y una voz fatigosa puso en alerta a Juan Vázquez y a su hermana durante esa visita. Después de dar la alarma a la trabajadora social del centro se confirmó la peor de las noticias porque «nos llamaron y nuestra sorpresa fue que nos dijeron que mi madre tenía el Covid-19, pero no sólo ella, sino que había cuatro personas más contagiadas. Fue un jarro de agua fría».

Plaza de Pedroche Quercus

En ese punto tocó gestionar las noticias que llegaban porque los casos no paraban de crecer y «nos comunicaron que habían habilitado una zona Covid-19 y que mi madre estaba allí, que estaba controlada». A pesar de ello, la preocupación sigue porque «nos decían que no tenía ganas de hablar, que dormía mucho y tenía frío . Afortunadamente, habilitaron un número para poder hacer videoconferencias y así que no te quedara ninguna duda respecto a su estado». La madre de Juan fue trasladada hace dos días a la zona limpia de la residencia , pero las malas noticias quedan y la inquietud no desaparece.

Mientras la situación vuelve a su cauce de forma definitiva, el salón habilitado para trasladar a los positivos cierra y la actividad de la Residencia El Salvador recupera la normalidad muchas familias también esperan el momento en el que esa rutina les permita volver a ver a sus familiares, pero «para eso queda porque ya nos han dicho que hasta que las autoridades sanitarias no lo autoricen las visitas no se van a restablecer ». Cuando llegue ese momento tocará, igualmente, evaluar cómo ha influido la enfermedad en quienes la han padecido porque «sabemos que mi madre lo ha pasado mal y si a las personas jóvenes le quedan secuelas, a una persona con 89 años y patologías pue seguro que algo le quedará, imaginamos».

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