HISTORIA

El día en que Córdoba botó por Andalucía

Miles de personas acudieron a la manifestación del 4 de diciembre de 1977 en favor de la autonomía que acabó en Las Tendillas

Cabecera de la manifestación en La Victoria LADIS / DEL LIBRO «CRÓNICA DE UN SUEÑO»

RAFAEL A. AGUILAR

A José Miguel Salinas, entonces miembro de la Ejecutiva provincial del PSOE y que en poco más de un mes se convertiría en el máximo responsable del partido en Córdoba, le hizo gracia ver al senador Cecilio Valverde botando en la tribuna instalada en la plaza de Las Tendillas, a la que la manifestación del 4 de diciembre de 1977 había llegado después de recorrer el centro de la ciudad. «Pero, hombre, cómo un abogado tan serio e importante como tú haciendo estas cosas», le dijo socarrón el futuro vicepresidente de la Junta de Andalucía a Valverde, que no había hecho otra cosa que atender a la petición de las miles de personas concentradas para exigir que Andalucía no se quedara atrás en la configuración del Estado de las autonomías. Los participantes estaban eufóricos por el éxito de la convocatoria, y eso a pesar de que había habido momentos de tensión importante hacía unos minutos, justo cuando la cabecera de la marcha pasaba por la calle Gondomar, donde se encontraba la sede de Fuerza Nueva.

Recorte de la noticia de la manifestación que dio ABC en 6 de diciembre de 1977-ABC

Rafael Vallejo, a quien la Junta Preautonómica le habían encargado la organización del acto, tiene en su memoria lo que sucedió: «Salieron a la calle cuando íbamos por allí, uno de ellos con una escopeta de aire comprimido, y dispararon, así que hubo un par de heridos, uno de ellos con daños graves en un ojo», recuerda quien con el tiempo llegó a ser presidente de la Diputación. «Cuando acabó la manifestación me fui a la oficina del Gobierno Civil a protestar por lo que había sucedido, porque Policía había la justa, si es que la había: tuvimos que montar un servicio de orden propio para que controlara la concentración», explica.

Salinas apostilla que ese cuerpo de voluntarios salidos de las filas de los incipientes partidos políticos —algunos ya desaparecidos— y los sindicatos convocantes estaba formado por unas mil quinientas personas, todas convencidas, añade, «de que había llegado la hora de que el sentimiento en favor de Andalucía podía reivindicarse con libertad para que fuera una palanca de cambio».

Rafael Vallejo: «Gente de Fuerza Nueva salió a la calle con armas de aire comprimido e hicieron heridos»

Con las previsiones de asistencia desbordadas —el exvicepresidente del Gobierno regional recuerda que cuando la cabecera de la manifestación llegó a Las Tendillas había aún gente en La Victoria—, Córdoba se sumó a una cita que, en palabras de Carmelo Casaño, en ese momento recién elegido diputado por UCD, «devolvió España a los españoles, por citar una frase de Julián Marías».

Carmelo Casaño: «Era el momento en que se devolvió España a los españoles»

Él, que también portó la bandera verde y blanca que abría paso a la comitiva, tuvo y tiene el convencimiento de que «había un gran entusiasmo por la autonomía, aunque el tiempo ha demostrado algo que entonces ya fue evidente: que ese sentimiento no era nacionalista, como sí ocurrió en otras partes de España como en Cataluña o en el País Vasco, sino más bien reivindicativo, porque lo que lo queríamos todos los que estábamos allí es que nuestra región no fuera relegada en la estructura estatal que se estaba configurando».

José Miguel Salinas: «El sentimiento en favor de Andalucía podía reivindicarse para el cambio»

Coincide Francisco Martín, que en junio de 1976 había formado parte de la constitución en Málaga del Partido Socialista de Andalucía y que cuando se puso en la primera fila de la marcha del 4 de diciembre de 1977 en el antiguo Meliá era además catedrático de Educación de la Universidad de Córdoba. «Lo que no queríamos era que el Título Octavo de la Constitución que se estaba redactando en las Cortes nos dejara en una situación de inferioridad respecto a las denominadas nacionalidades históricas: ese día, en Córdoba como en toda Andalucía, hubo una afirmación de los andaluces y de la capacidad de un futuro estatuto para resolver los problemas económicos y sociales que veníamos arrastrando», completa Martín.

Francisco Martín: «Hubo una afirmación de los andaluces y del futuro estatuto par dar soluciones»

Pero más que una posición política clara, lo que reinaba en el centro de la ciudad en esa mañana de comienzos del último mes del año fue «una conciencia colectiva de que algo nuevo estaba naciendo, una ilusión y un deseo de que el espíritu de lo que estábamos creando, y que no sabíamos qué era exactamente, permaneciera como algo constructivo», resalta Rafael Vallejo, que también botó en la tribuna de Las Tendillas. Casaño estaba a su lado y lo recuerda bien. «Qué íbamos a hacer: nos lo pedía la gente a gritos. Era por Andalucía».

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