Marta García, en el restaurante Puerta Sevilla
Marta García, en el restaurante Puerta Sevilla - VALERIO MERINO
HOSTELERÍA

«El cliente es muy agradecido cuando le hablas en su idioma»

Cuatro profesionales de Córdoba explican cómo afrontan la atención a los turistas extranjeros

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Cómo actúan los profesionales cordobeses de la hostelería ante el crecimiento del turista extranjero? Cuatro personas explican a ABC qué hacen para la atención a las personas llegadas de otros países y que tienen que salvar los obstáculos del idioma. Marta García Morales es jefa de sala y personal del restaurante Puerta Sevilla y, evidentemente, sabe idiomas. Empezó con el inglés básico que se daba en el instituto durante su época sevillana, pero no lo dejó ahí y ahondó en su aprendizaje en academias.

«El cliente es muy agradecido cuando le hablas en su idioma o en alguno que ya conoce y que no suele ser el español», afirma, mientras alerta de que todavía falta tiempo para estar a la altura y anuncia que seguirá formándose. Víctor Morales, por el contrario, lleva unos 35 años en la hostelería trabajando como camarero, pero se trata de una profesión en la que, según él dice, no le ha dado tiempo material para formarse en materia de idiomas.

También es verdad que en el Casco Histórico, donde él trabaja, no hay un sólo local de hostelería que no tenga la carta en varios idiomas y con fotos. «De ese modo, nos entendemos bastante bien».

A Andrés Real su experiencia en el mundo de la hostelería de la costa y del trato directo con el turista en lugares como Jaca le ha llevado a saber inglés básico, algo más de nivel en francés y defenderse en materia relacionada con la comida en sueco y en alemán. Tras 30 años en el negocio (ahora es recepcionista en el Hotel Los Patios) el instinto le llevó a formarse yendo a academias para afianzar lo que venía aprendido de pequeño. El futuro inmediato es el chino, pero «ese idioma es realmente complicado y me podría meter en camisa de once varas», aunque ha aprendido palabras.

Inglés, francés y alemán son básicos, pero hay quien se atreve con sueco y chino

En las tiendas de recuerdos del entorno de la Mezquita-Catedral ya todo el mundo sabe algo de idiomas. «De tanto escuchar a los extranjeros, acabas aprendiendo y en varias lenguas», explica María Amo, que lleva una veintena de años trabajando en la tienda de souvenirs más antigua de la zona, San Rafael. En su caso, «me he formado en plan autodidacta por la necesidad del trato diario». Pero se siente algo frustrada cuando quiere ampliar la conversación hacia otros campos al margen del negocio. Por eso, tiene en mente ir a una academia a perfeccionar los conocimientos que ya tiene que abarcan el inglés, el francés y el alemán, así al menos no tiene que recurrir siempre a los gestos.

Ver los comentarios