JOSÉ LUQUE VELASCO - DESDE MI RINCÓN

Bangassou, algo nuestro

Parece que al Ayuntamiento de Córdoba le molesta la felicidad que genera la fiesta por el nacimiento del Niño Jesús

JOSÉ LUQUE VELASCO
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando la Navidad nos trae alegría, el Ayuntamiento de Córdoba toma decisiones que nos entristecen. Parece como si les molestara la felicidad que genera la fiesta por el nacimiento del Niño Jesús. El equipo de gobierno que preside la señora Ambrosio elimina de nuestros presupuestos la ayuda que se venía dando de manera permanente a la Fundación Bangassou. Cierto que también han cerrado el grifo a otras asociaciones y fundaciones. Pero hoy quiero comentar el desaire que aquellos que representan a Córdoba han tenido para con los más necesitados y pobres del planeta.

La Fundación Bangassou fue creada por familiares y amigos de Monseñor Juan José Aguirre Muñoz, cordobés, misionero comboniano y Obispo de la Diócesis de Bangassou en la República Centroafricana.

Hablamos de un paisano nuestro que por amor a los demás se ha hecho pobre entre los más pobres. Todos conocemos a él y a su familia. No hay engaño posible. Hablamos de una fundación en la que los gastos de gestión son nulos. Toda ayuda es para beneficio de los más pobres, sin discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. ¡Ejemplo a tener en cuenta! Hablamos de un país, República Centroafricana, que como dice el propio obispo Aguirre, es tierra roja en un país pobre y ensangrentado por la sangre, también roja, de tanta pobre gente. Por último, hablamos de un Ayuntamiento, el de Córdoba, cuyos responsables políticos afirman actuar como demócratas y solidarios. Por todo ello no es comprensible semejante decisión.

Se dice, y me cuesta creerlo, que se han excluido de las subvenciones y de manera significativa aquellas fundaciones, asociaciones u organizaciones relacionadas con la iglesia católica. No quiero creer que las cosas sean así, porque la intolerancia, la discriminación o el odio a personas o instituciones por pertenecer a grupos sociales, políticos o religiosos, es lo que llamamos sectarismo. Y ser sectario es incompatible con ser demócrata. De igual manera, excluir de las ayudas públicas del municipio a una causa con tanta fuerza humanitaria, tan transparente y tan cordobesa, demostraría absoluta insolidaridad. Y yo no quiero pensar que la señora Ambrosio, máxima autoridad política de nuestra administración municipal, va a permitir actuaciones tan poco demócratas e insolidarias en su equipo de gobierno. O sí. Por ello y desde esta columna, pido que se aclare cuanto antes este asunto. Córdoba no se merece la imagen que estamos dando. Queremos entrar en el nuevo año, alardeando, con todo derecho y razón, de pertenecer a una ciudad, Córdoba, demócrata y solidaria como la que más. ¡Feliz año nuevo!

Ver los comentarios