La Virgen de la Soledad en su procesión por las calles de Cabra
La Virgen de la Soledad en su procesión por las calles de Cabra - FELIPE OSUNA

La Soledad se hace llanto callado en Cabra

La talla recorrió las calles del municipio sin su manto, que está en restauración

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Cristo yace en el Sepulcro. La pesada losa fue cerrada tras el duelo y el traslado de su bendito cuerpo acompañado por la presencia de dieciocho personas tal y como ha quedado reflejado en la tradición, entre las que se encontraba su madre. Y así María con llanto contenido permaneció ayer al pie de la Cruz en la que el hijo Redentor fue desclavado, «pálida y triste» como diría una plegaria, en su soledad.

Un año más, la Virgen de la Soledad de Cabra, dolorosa atribuida al insigne Pedro de Mena ha lucido radiante por las calles egabrenses del Sábado Gloria, en el que sus fieles y devotos volvían a reencontrarse con una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa de Cabra, que en esta ocasion tuvo una ligera variación ya que la Señora no lució su característico manto de salida al encontrarse inmerso en el proceso de restauración y conservación en el taller del ecijano Jesús Rosado.

Por ello, la multitud que se agolpó en las céntricas calles de la ciudad pudieron contemplar una estampa distinta ya que la dolorosa lució el manto de aplicación que confeccionó Antonio Villar y que para la ocasión fue completado en su parte trasera con bordados también en aplicación por el artista local Javier Moreno Medina.

A las once de la mañana el cortejo partía de la parroquia de los Remedios recorriendo una recién remodelada calle Santa Ana en primer lugar, para proseguir por las calles de su feligrersía hacia la Carrera Oficial que se encontraba repleta de público al igual que la plaza de España, donde volvía a repetirse una imagen peculiar en la que buena parte del gentío procedía de distintos puntos de la comarca.

Estandarte de picos

En la estación de penitencia no faltaron las características insignias como el estandarte de picos, el pendón real o la cruz de guía de estilo rococó en madera tallada y dorada. También un nutrido grupo de mantillas acompañaron a la Señora delante del paso a lo largo de un recorrido en el que no cesaron de sonar los abejorros cada vez que se entonaba alguna saeta o se alzaban los zancos del paimento a golpe de llamador. Al igual que el año pasado el acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda Sinfónica Municipal de Ogíjares, que interpretó un selecto repertorio de marchas procesionales.

Asimismo también se contó con la presencia de la Banda de Cornetas y Tambores «Nuestro Padre Jesús del Rescate» de Torredonjimeno (Jaén) abriendo paso antes de la cruz de guía. Como novedad cabe destacar el acompañamiento que hicieron cuatro agentes de la Guardia Civil con sus respectivos trajes de gala escoltando el paso de la Señora, ofreciendo una estampa que llevaba décadas sin repetirse.

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