Un momento del pase inaugural del «mapping»
Un momento del pase inaugural del «mapping» - valerio merino
espectáculo de luz

Un millar de personas en el pase inaugural del «mapping» de la Corredera

Habrá 22 proyecciones del «mapping», que realiza un recorrido de doce minutos por la historia local

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¿Merece la pena verlo? Evidentemente, sí. Supone todo un alarde de desarrollo tecnológico, buen gusto y arte; todo ello bien combinado para recrear en algo más de doce minutos -que no se antojan largos- la historia de esta particular ciudad.

El «mapping» de La Corredera se puso ayer de largo ante un millar de curiosos que fueron llenando las inmediaciones del Mercado Sánchez Peña, cuya fachada sirvió de nada improvisado lienzo para proyectar el espectáculo. Y es que todo estaba medido al milímetro. Nada se salió de su lugar y los creadores de Acciona, Producciones y Diseño respiraron aliviados y satisfechos al comprobar que todo había salido a pedir de boca.

El propio alcalde, José Antonio Nieto, que se acercó con abundante representación municipal al lugar, reconoció que era la primera vez que veía todo el espectáculo completo y que, al menos, a él le había gustado mucho.

«Cubre todas nuestras expectativas sobre lo que buscábamos con este espectáculo: es muy serio y ha sabido sintetizar perfectamente la idea de Córdoba y su pluralidad que exige verla con ojos tolerantes y nos lleva a ser acogedores», señaló el regidor tras la sesión inaugural.

Pero no es sólo para los turistas. Los cordobeses tienen también su lugar para intentar mirarse en un espejo que refleja su pasado desde un presente cada vez más próximo al futuro. Por ello, en este «mapping» se han usado las últimas tecnologías a fin de mostrar el nacimiento de un ciudad mágica a partir de una temblorosa célula espacial que estalla a modo de supernova. A partir de ahí es toda una sucesión de imágenes que llevan de la mano a la Corduba romana, tras derribar el reloj los muros del tiempo, a la Qurtuba islámica mecida mansamente por las aguas del Guadalquivir y recreándose en los jardines de naranjos, pasando por la cristiandad a través de sus iglesias fernandinas hasta llegar a esa íntima Córdoba sefardí que asoma sus menorás por iluminadas ventanas que se asoman a la historia.

No se olvida el repaso de elementos básicos de la cultura y tradición cordobesa: los Patios y sus macetas de geranios, las inmortales y célebres obras de Julio Romero de Torres y una sonora aparición de su principal califa del toreo, Manolete, entre clarines y ovaciones. Ayer se mostraron tres pases, habrá 22 más hasta el día 22.

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