Semana Santa Cádiz 2023

Maestro del arte efímero

Pese a su juventud, José Carlos Hernández atesora ya una gran experiencia como florista y vestidor de imágenes en Cádiz

José Carlos Hernández, vestidor y florista L. V.

A. M.

Cádiz

La Esperanza del Nazareno del Amor es obra de Luis Jiménez en 1962. La Virgen de la Victoria de Expiración fue tallada en 1940 por Emilio Luis Bartús. La Virgen del Mayor Dolor de Buena Muerte es de autor y año desconocido. Orígenes muy dispares, pero estas tres dolorosas tienen algo en común, o mejor dicho alguien. Alguien que es determinante en la forma en que sus fieles y devotos las ven y las sienten.

José Carlos Hernández Ruiz (Puerto Real, 1993) es vestidor de estas tres imágenes y a pesar de su juventud es ya un nombre de referencia en el cerrado mundo de los vestidores. Este Lunes Santo hace doblete con la dolorosa del Nazareno del Amor. Tanto las flores como la vestimenta de la Esperanza han salido de su cabeza.

Con 18 años fue elegido vestidor de la mayor devoción de su Puerto Real natal, la Virgen de la Soledad, la imponente talla de Luisa Ignacia Roldán, la Roldana, que procesiona los Viernes Santo. Él define su interés por el mundo cofrade como «providencial» porque nadie en su familia está relacionado con cofradía o hermandad alguna pero «eso es algo que traemos y al final vas conociendo a gente y amigos que son los que te van haciendo y llevando».

En cuanto a cómo surge el interés por vestir a una imagen José Carlos lo tiene claro: «es algo que se lleva dentro, no se aprende, es algo en lo que coincidimos todos los vestidores». Para el puertorrealeño «tú puedes perfeccionar la técnica, o ver una foto e intentar hacer algo parecido, pero no es realmente algo académico, cada uno hace el pliegue de una forma distinta y esta solución no es la más bonita, o la más correcta. En este mundo nada es solo de una forma y todo se puede hacer de otra manera».

Hernández Ruiz explica cómo es el proceso creativo. «Tú antes de vestir a una imagen ya tienes en la cabeza qué vas a hacer, pero el resultado final siempre es distinto. La Virgen hace con nosotros lo que Ella quiera».

En cuanto a su primer trabajo lo recuerda con mucho cariño porque no fue otra que su Virgen, la Soledad de Puerto Real. Fue el 12 de septiembre de 2012. Ahí tenía 19 años. «Fue un orgullo para mi y algo muy especial. Era para un reportaje de fotos y después se quedó vestida así un tiempo».

Al otro lado del puente empezó algo más tarde: «En Cádiz empiezo con Mayor Dolor de Buena Muerte antes de la pandemia, en 2018, después fue Victoria de Expiración y luego la Esperanza del Nazareno del Amor». Con Victoria y Esperanza reconoce que dispone de más libertad al ser unas imágenes más alegres y de bulla, aunque todas tienen su estilo característico: «A Mayor Dolor he intentado dotarla de un sello más especial. Intento darle una vuelta más sin que pierda su estilo».

En cuanto al ajuar con que cuentan las vírgenes gaditanas José Carlos admite que »aunque siempre se puede ir a mejor, las tres están muy bien de sayas y de mantos. Hay carencia de trocados en Cadiz pero eso está cambiando. Se está trabajando muchísimo. Las tres tienen detrás gente que las quiere mucho y se preocupan por que tengan cosas mejores».

Sin duda, una de las fechas más señeras del año a la hora de vestir una imagen es lógicamente cuando hace su salida procesional en Semana Santa. Para ese momento la vestimenta se acuerda con los mayordomos «que dejan bastante libertad- A no ser que se estrene algo concreto que haya que ponerlo no se suelen meter», apunta.

Además de a la Soledad de Puerto Real y las tres dolorosas gaditanas, el vestidor puertorrealeño viste a Desamparados de Sevilla del parque Alcosa, Dolores de Puerto Real con quien se ha estrenado hace poco, la Virgen del Rocío de la Tercera Caída de Sanlúcar y a las Angustias de Vejer.

La otra faceta de José Carlos Hernández Ruiz es la de florista. «Es mi profesión -apunta- Trabajo en una floristería con dos compañeros». En el mundo cofrade «todo forma parte de la estética de la cofradía. Las vestimentas y las flores son las que marcan el estilo y deben ir de la mano. En Cádiz pongo las flores al Nazareno del Amor en los dos pasos, la Soledad en Puerto Real, en San Fernando, Columna y Misericordia».

Su página de Facebook José Carlos Hernández Arte Floral muestra los trabajos más recientes del vestidor y florista de Puerto Real. Ahí muestra «un estilo propio para que en las hermandades se note que tienen mi sello. El resultado le gusta a la gente e intento meter novedades y flores poco utilizadas».

Este Lunes Santo es un día especial para él: «En el caso del palio de la Esperanza del Amor me gusta ver cómo queda el conjunto de flores y ropaje porque se ve claramente que todo está pensado para Ella».

Al contrario que como vestidor, para los floristas sí hay cursos y formación específica. José Carlos indica que hay una Escuela de Arte Floral en Sevilla, donde se forma y se dan cursos de reciclaje, y aunque alguna vez se toca el tema de las flores en las cofradías, para el arreglo de las flores dentro del mundo cofrade hay poca formación específica y todo el mundo trabaja de un modo más autodidacta.

Sobre sus referentes en estos artes, en Cádiz José Carlos Hernández cita a Jesús Savona de Ecce-Homo y Juan Carlos Romero. En Sevilla, a Pepe Garduño. «En mis inicios intentaba copiar una foto de la Macarena vestida por él», reconoce José Carlos. Álvaro Abril en Granada también «suena mucho». Él es el autor del diseño del palio de la Concepción del Despojado. Y como florista destaca que »tenemos un referente para toda Andalucía en Ramón Fernández«.

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