COFRADÍAS

Rosario de devoción hacia Dolores

Los hermanos del Nazareno de Santa María celebran la efeméride de su titular

Ana Mendoza

En Santa María la madre de Jesús Nazareno era el centro de todas las miradas este sábado en el que se celebraba con un Rosario Vespertino el 75 aniversario de la bendición y puesta al culto de la Dolorosa de la hermandad. Setenta y cinco años de devoción se han cumplido en este 2019 . Porque exactamente fue el 2 de abril de 1944 , Domingo de Ramos, cuando la imagen del gaditano Juan Luis Vasallo Parodi fue bendecida con solemnidad por el obispo de la diócesis Monseñor Gutiérrez Díez.

Los hermanos de la corporación acompañaban este sábado a la Virgen contentos por celebrar su historia y a la vez con el fervor y recogimiento que requería el momento. Entre ellos se encontraba José Luis Suárez Villar , el único que fue testigo de la llegada de la talla de la Dolorosa al templo durante aquella primavera del año 1944. Este veterano hermano siempre ha estado desde entonces junto a la Virgen y ha vivido cada paso, cada avance que ha dado la cofradía. Emocionado se disponía para el rezo de este Rosario tan especial . En la iglesia de Santa María se guardaba silencio y se organizaba el cortejo que abría la cruz parroquial acompañada por dos faroles. Tras ellos numerosos devotos y hermanos además de la junta de Gobierno, con su hermano mayor José Manuel Verdulla, así como el máximo responsable del Ecce-Homo, Ramón Sánchez Heredia.

La camerata de la Agrupación Musical Polillas de Cádiz interpretaba dentro del templo ‘Oh Jesús’ mientras que la Virgen avanzaba hacia la puerta. Posteriormente el coro de San Martín canataba un Ave María a la vez que se mecía la Dolorosa ante Jesús Nazareno.

María Santísima de los Dolores iba portada a hombros por hermanos cargadores en una parihuela que había cedido la cofradía de los Afligidos . Además estaba espléndidamente iluminada por los cuatro faroles del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús Nazareno . El exorno floral para esta tarde de sábado era discreto, con flores de origen nacional y otras importadas desde Holanda y Ecuador y con colores pálidos muy diversos, rosa, celeste, verde...

La Virgen de los Dolores llevaba una saya azul de terciopelo con bordados de principios del siglo XIX y cubierta con un manto en terciopelo burdeos. Lucía además la una de las coronas de su ajuar que es de los años sesenta. Destacaban como estrenos una blonda de tul bordado para el tocado que ha regalado la Junta de Gobierno, además de un un rosario de filigranas en tonos dorados y azules donado por un hermano de la corporación.

El primer destino era la parroquia de la Merced donde se celebraría una misa presidida por el párroco Balbino Reguera Díaz, y concelebrada por Aquiles López con el acompañamiento musical nuevamente del coro litúrgico de San Martín. Desde allí la comitiva se dirigía a Santo Domingo, otro de los templos del barrio. En el santuario de la Patrona era el padre Pascual Saturio quien realizaba una salutación con la Virgen de los Dolores ante la Virgen del Rosario. Después de ese encuentro con la Patrona se seguía hacia la calle Montañés para pasar por el Monasterio de la Piedad y posteriormente iniciar el regreso hasta Santa María.

Durante el recorrido se rezaron los siguientes misterios gozosos : La Encarnación (calle Santa María), La Visitación (Plaza de la Merced), El Nacimiento del Hijo de Dios (calle Compás de Santo Domingo), La presentación en el templo (calle Montañés) - bajo el rezo de las Reverendas Madres Franciscanas Concepcionistas Descalzas y El niño Jesús perdido y hallado en el templo (calle Santa María).

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