MIRANDO AL FUTURO

Una vez pasados los 100 días de gobierno, la gran mayoría de los nuevos administradores públicos han mostrado su satisfacción y autocomplacencia por cómo han transcurrido sus primeros pasos con la vara de mando en su poder. Recuerdo que en 2011 un tripartito antinatura (PSOE-Los Verdes-CLR) conseguía arrebatarle el poder municipal de Orihuela a un PP que gobernaba desde hacía varios lustros la histórica y cultural ciudad alicantina. Pasaron los cuatro años de rigor y la única conclusión que tanto vecinos como políticos pudieron sacar en claro fue que la localidad estuvo totalmente paralizada en su gestión municipal y, por ende, sus vecinos fueron los verdaderos perjudicados. Eso sí, el alcalde de Los Verdes de ese tripartito sacó algo positivo de su reinado asegurando que, al menos, la corrupción había desaparecido de la ciudad.

Perfecto. El colmo de los colmos hubiese sido que además de no hacer nada en beneficio de los oriolanos, la corrupción hubiese aflorado por el Palacio del Marqués de Arneva. Los 100 días de respeto a los nuevos gobernantes han transcurrido con más pena que gloria, con más errores que aciertos en la gran mayoría de los casos. Ejemplos los tenemos en todas y cada una de las localidades de nuestra provincia, aunque en algunas el descontrol, la inoperancia y el rencor hacia los anteriores equipos de gobierno, principalmente del Partido Popular, han sido la tónica habitual. Para levantar las alfombras son especialistas los nuevos gobernantes, sin caer en la cuenta de que quien toda la culpa la echa al pasado está arruinando el futuro. Los odios acumulados durante décadas les llevan a situaciones ridículas, surrealistas y grotescas, intentado enterrar sin tapujos las bondades que algún día tuvieron sus gobiernos anteriores. Gestionar, señores, gestionar, en favor de sus vecinos que, con sus impuestos, les sufragan unos más que suculentos salarios mensuales y esperan de ustedes que dejen atrás el pasado, se dediquen al presente más inmediato y alcen la vista a un futuro mejor para todos ellos. Y que la Orihuela 2011-15 haya sido el claro ejemplo de lo que pudo haber sido y nunca será.