Fabra y Barberá preparan el «examen» de senador

El PP designará senadores al expresidente y la exalcaldesa de Valencia, que deberán pasar una «prueba» de valencianía en el parlamento autonómico

Estaba cantado prácticamente desde la misma noche electoral, pero ayer se hizo oficial. El expresidente de la Generalitat valenciana Alberto Fabra y la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá serán en unos días senadores. Los dos entrarán en la Cámara Alta por la cuota que le corresponde al PP valenciano de entre los senadores territoriales –aquellos que designa directamente la Cámara autonómica, y de la cual se viene sirviendo desde hace lustros otro expresidente, el socialista Joan Lerma, para ser senador–.

El comité electoral del PP valenciano debatirá mañana por la tarde la propuesta, y de ser aprobada –y todo indica que será así–, se remitirá al comité electoral nacional para que le dé el visto bueno.

Así, solo quedará que las Cortes valencianas convoquen el pleno de elección de senadores territoriales: dos para el PP y uno para cada uno de los otros cuatro grupos (PSOE, Compromís, Ciudadanos y Podemos).

No obstante, Fabra y Barberá podrían tener que enfrentarse a otro «trago» antes de sentarse en la Cámara Alta. Una suerte de «examen de valencianía» que inventó precisamente el PP cuando disfrutaba de la mayoría absoluta y al que debían someterse aquellos aspirantes a senador territorial antes de que se aprobase su propuesta. La idea surgió en 2009, cuando el PSOE pretendía nombrar a Leire Pajín –su por entonces secretaria de Organización– senadora territorial por Valencia. El objetivo del «examen» era que el aspirante demostrase a las Cortes Valencianas que pensaba defender los intereses y las señas de identidad valencianas en el Senado.

Finalmente, Pajín burló el paso previo, y el único en someterse al «examen» fue, precisamente, Joan Lerma (quien, obviamente, lo superó). Desde entonces este requisito no ha vuelto a aplicarse, y en 2011 los senadores territoriales fueron nombrados sin examen previo. No obstante, el control de las Cortes Valencianas por parte de Compromís hace prever que Fabra y Barberá sí tendrán que superarlo. El resultado no es vinculante, pero les puede hacer pasar un mal rato. Especialmente, por su escaso dominio del valenciano.