El PP se encomienda al tirón de sus siglas para retener Alicante

A menos de 100 días para las elecciones municipales, sigue sin conocerse quién encabezará la lista del Partido Popular en Alicante. Una decisión que tampoco llegará esta semana, dado que la dirección del partido no despejará la incógnita de sus aspirantes al gobierno autonómico en regiones clave como la Comunidad Valenciana –en Madrid ocurrirá lo mismo– hasta el próxima día 27 de febrero. Será entonces cuando se ponga en marcha la maquinaria para designar a los alcaldables de las ciudades que, como la capital de la Costa Blanca, aún no cuentan con un candidato claro.

Mientras tanto, continua el baile de nombres para optar a sustituir a Miguel Valor, aunque el actual alcalde también manifestaba en la entrevista concedida a este diario el pasado domingo su disponibilidad para continuar al frente del partido local en caso de que la dirección lo crea conveniente.

La información también publicada por ABC durante el fin de semana, en la que se desvelaban las intenciones de Génova para que ningún edil durante los gobiernos de Díaz Alperi y Sonia Castedo opten a la alcaldía, no ha hecho sino añadir más incertidumbre acerca de cuál puede ser el designado. Los nombres incluidos hasta ahora en las quinielas marcados por ese rasgo parecen ahora descartados, siempre y cuando el planteamiento no cambie radicalmente por la fuerza o poder de convicción que, una vez ratificado, el aspirante a presidente de la Comunidad pueda ejercer.

Mientras tanto, en el seno de la formación se empiezan a apreciar ciertos signos de intranquilidad acerca de las consecuencias que la demora puede tener en los resultados electorales. Entre los concejales hay quien piensa que se está perdiendo una oportunidad única para, si finalmente no es Miguel Valor el elegido, hacer calar entre la ciudadanía la imagen del candidato gracias al alcance que están teniendo las medidas y proyectos aprobados en las últimas semanas por la junta local. Decisiones que, si bien impulsadas por el alcoyano, cuentan con el consenso de todo su equipo.

Precisamente es este último el argumento que hacen valer los elementos con más peso en el partido para defender que no importa quién sea finalmente el cabeza de lista, sino la marca. La gestión realizada en este último mes y la solución de algunos de los problemas que parecían enquistados durante la época de Castedo será, según ellos, suficiente para retener un Ayuntamiento que lleva dos décadas siendo popular, aunque hubiera que recurrir a una alianza con UPyD que ya estaría pactada verbalmente.