Fernando Gómez, con un ejemplar de ABC
Fernando Gómez, con un ejemplar de ABC - MIKEL PONCE
ENTREVISTAFernando Gómezexcapitán del Valencia

«El deporte de la Comunidad ha sido y es sinónimo de grandes éxitos»

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El valencianismo cuenta entre sus leyendas con un futbolista elegante, que siempre vio el juego a otra velocidad mental que los demás. Fernando Gómez Colomer, uno de los grandes capitanes, vistió más que nadie la camiseta –552 partidos oficiales y 143 goles– que se aplaude en Mestalla. Esencial en los 90 en el césped. También fue director deportivo. Y fue candidato a ser presidente de su Valencia. Bucea en los recuerdos y reflexiona sobre aquella época y el deporte valenciano para ABC.

—El último cuarto de siglo ha dado para muchos cambios en los principales clubes de la Comunidad.

—Muchísimos cambios y además muy llamativos. En el Valencia, pasamos de un club de fútbol a una Sociedad Anónima Deportiva con diferentes dueños, formas de gestión, objetivos y siempre con la misma exigencia deportiva, hasta que ha llegado el punto de que está en manos de un inversor extranjero.

El Villarreal, cuando subí al primer equipo del Valencia (1984), estaba en Tercera, pero lo importante es el progreso que ha tenido, el asentamiento en Primera y el ser un habitual en Europa. El Levante, una institución bien dirigida ahora, se ha ido asentando y lucha por permanecer en Primera. En eso mismo anda el Elche, contra el que jugué en Segunda. Otra suerte ha corrido un club histórico como el Hércules.

—¿Cómo ha evolucionado en sí?

—Principalmente en lo físico gracias al control de la salud de los jugadores, la prevención, la recuperación a nivel fisioterapéutico, los especialistas en medicina deportiva... En mi época también corríamos mucho y acabábamos los partidos vaciados, perdiendo de dos kilos y medio a tres. Sin estar ahora dentro de un campo tampoco puedo compararlo. Veo que se trabaja muy bien tácticamente. En mi época, también había muy buenos futbolistas y técnicamente se jugaba muy bien. Antes existían los marcajes individuales; tenías a uno encima todo el partido. No seré de los exfutbolistas que dirá que nuestro fútbol era mejor. El fútbol de ahora está muy bien, es difícil de jugar y me gusta mucho.

—Se destacó como el «catedrático del fútbol español». Veía el fútbol de otra manera.

—Era un futbolista que destacaba mucho por la técnica. Era centrocampista y ahí es muy complicado parar de correr a lo largo de un partido y recorríamos muchos kilómetros. Pero ciertamente destacaba en el control, el pase, en la concepción de la jugada. Solía tenerlo bastante claro y seguramente si se me recuerda por algo es por jugadas, pases, controles o goles.

—¿A aquel Valencia se le ha valorado justamente? Se le reclama un título.

—Con Espárrago quedamos segundos. Coincidimos con el Madrid de los ré’cords de Toshack. Éramos un equipo ascendido de Segunda dos años antes. Un equipo excepcional. El primer año de subir cogimos la Uefa. El segundo otra vez. Pero no existía la Champions. Fuimos ese Valencia de los 80 y hasta que me fui en el 97-98, que mereció ganar algún título, pero que no lo conseguimos. Aún sin merecerlo, si hubiese habido Champions, hubiésemos participado seis o siete veces. Quizá se hubiese visto de diferente manera. Con Aragonés, fuimos segundos con 84 puntos tras el Atlético del doblete. Cerca estuvo la Copa del 95. Un equipo que estuvo a punto de, pero no pudo conseguirlo. En Europa, a las primeras de cambio te tocaba en eliminatorias el Bayern de Munich, el Oporto, la Roma, el Nantes... pero hay destacar el Valencia de las finales de Champions o la etapa dorada de Benítez.

—¿Qué entrenador le caló más?

—A excepción de las dos últimas temporadas, siempre jugué con todos. No me olvidaré nunca, aunque también lo tuve en el primer equipo, de la figura de Óscar Rubén Valdez. Llegué al Valencia con 15 años y con 17 ya estaba en el primer equipo. Esos dos años fueron decisivos. Él me pulió, me perfeccionó, me hizo valorar mi capacidad ofensiva. Luego ya Paquito, que me subió al primer equipo; Roberto Gil; Di Stéfano; Espárrago, quien quizá no iba con un estilo que me venía bien, pero siempre contó conmigo; Hiddink, con quien ya entrenábamos entonces como la gran mayoría de clubes hoy: todo con balón; Parreira; y Luis Aragonés, que me trató durante y después del Valencia muy bien. En periodos cortos, tuve a Héctor Núñez y Paco Real.

—Futbolista valenciano. Director general de Deportes de la Generalitat. ¿A quién destaca fuera del fútbol?

—Víctor Luengo y Álvaro. No hablamos a menudo, de vez en cuando, pero tenemos una admiración mutua, un respeto importante y existe un gran aprecio. También David Casinos me parece una persona estupenda.

—El deporte valenciano ha dado muchos éxitos.

—Ha habido y hay muchos deportistas luchadores no sólo en su disciplina para alcanzar logros, sino en cuanto al hecho de haberse mantenido pese a las complejidades económicas. La Comunidad ha tenido grandes figuras con peso olímpico y paralímpico; clubes potentes como el Valencia Basket, el Valencia Terra i Mar o el Playas de Castellón; tuvo a un histórico Ciudad Ros Casares y grandes equipos referentes en el balonmano femenino. Pero es que podemos hablar de atletas, pilotaris, motociclistas, regatistas... o grandes citas que elevaron a Valencia y a la región.

—¿Quién diría que es el personaje de este último cuarto de siglo?

—Existen muchos ámbitos que se me escapan. Vinculado al deporte, aunque su rama es empresarial, no nos podemos olvidar de la figura de Juan Roig. Años detrás del deporte, detrás de la sociedad, de ser una persona tan influyente, de que su empresa haya crecido como lo ha hecho.

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