El futuro de la acuicultura se cuece en Cádiz

Es como la avanzadilla que se envía en una conquista, la punta de flecha con la que asegurarse la victoria. Y esa filosofía está bien clara en las modernas instalaciones de la Fundación Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía, CTAQUA, ubicadas en El Puerto y desde el que lideran la investigación en el sector de la acuicultura. Unos avances que realizan siempre con una premisa que resume su gerente Juan Manuel García de Lomas: «Trabajamos al albur de las necesidades de las empresas. No tenemos líneas previas, adaptamos nuestra línea de trabajo a sus intereses».

Y es así como se configura el día a día de la investigación en la fundación, como reconoce también la investigadoraRocío Torres, directora técnica del centro.

En diferentes salas, las instalaciones albergan tanques.

En ellos, los animales están expuestos «a las mismas condiciones físico-quimícas», aunque alterando la variable que se desea investigar. De esta forma, en las distintas réplicas de los tanques se puede estudiar qué experimento obtiene los mejores resultados. 

Este tipo de investigaciones, suelen durar semanas o meses y alcanzan resultados que ya directamente aplican las empresas, en función de sus intereses. «Hay empresas que están muy interesadas en la nutrición y estamos trabajando ahí para obtener la máxima calidad del producto.

Otras, se enfocan en ofrecer al cliente una diversificación del producto y estamos trabajando en el tratamiento y envasado. Otras, en niveles más básicos y les asesoramos en su proceso productivo. La base es lo que las empresas nos demandan», recalca García de Lomas.

De hecho, campos como la alimentación de los peces, la ingeniería y desarrollo de equipos adoptados al entorno, el medio ambiente, la sanidad animal, la salubridad pública o la comercialización son algunas de las líneas habituales. De ellas, Torres explica investigaciones en curso o recientes de especial calado.

Es el caso del interés de las empresas por mejorar la alimentación en las piscifactorías eliminando la harina de pescado de los piensos. «Se hace por los costes o por responsabilidad ecológica», matiza la directora técnica. Y gracias a las averiguaciones, «comparando los piensos de hoy con los de hace 10 años, ya tienen un 50% menos de harinas de pescado». Pero la idea es seguir avanzando hasta conseguir que «el porcentaje sea cero». 

Y otra de las líneas fundamentales que interesan a las empresas de acuicultura es la relacionada con la salubridad animal. De hecho, en la actualidad en el CTQUA estudian en lenguados la efectividad de una vacuna.

Este tipo de ensayos pasa también por una sala totalmente aislada en la que se expone a los peces a infecciones experimentales. Así, una vez inoculadas dichas infecciones, se estudia la efectividad de vacunas que hagan frente a dichas afecciones. 

En las instalaciones, también se estudian otras líneas ya relacionadas con el envasado y comercialización, un punto que resulta interesante a las empresas de conservas que quieren alargar el periodo de vida útil del producto.

Precisamente, esa es una de las investigaciones concluidas recientemente, dentro del proyecto ‘Mar de Cádiz’. Este estudio, tal y como explican desde CTQUA, tuvo como objetivo la creación de un producto innovador mediante diferentes técnicas de ahumados. El proceso se llevó a cabo con doradas, lubinas y lisas de estero y con varios formatos de presentación (entero eviscerado, filetes y rodajas). 

«Hemos trabajado en el desarrollo de dos productos de ahumado diferentes, por un lado la valorización del pescado de estero mediante un proceso deahumado convencional en horno ahumador, y por otro, un producto consistente en pescado ahumado en horno convencional usando sal especiada con aromas de humo», detalla Myriam Retamero, responsable de proyectos en CTAQUA. 

Y como ésta investigación, muchas más se realizaron en el pasado y otro tanto vendrá en el futuro. Todo sea porque un sector tan tradicional como el de la acuicultura sea también capaz de estar a la vanguardia.