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Bieito Rubido, director de ABC, recoge el premio en los «First Amendment Awards» - Enrique Shore
15 años del Grupo Vocento

Vocento, premiado en los «First Amendments Awards»

El director de ABC, Bieito Rubido, recogió el galardón en nombre del grupo

Nueva York Actualizado: Guardar
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Nueva York fue ayer el escenario de la celebración de la importancia que el periodismo libre y riguroso tiene en la salud democrática de nuestras sociedades y del homenaje de los profesionales, medios y compañías editoras que mantienen viva esa llama. La Asociación Española Eisenhower Fellows entregó sus premios «First Amendment Awards», que reconocen la defensa y la promoción de la libertad de expresión y prensa, a media docena de profesionales y compañías periodísticas. Entre ellos destacó Vocento, la editora de ABC y líder de la prensa regional en España, con doce cabeceras repartidas por el país.

Con la expansión del populismo por los cuatro rincones del mundo, los ataques a la prensa por parte de Gobiernos, la difícil reconversión hacia la digitalización de los medios o el fenómeno de la «posverdad», el periodismo vive en una encrucijada.

Nueva York, gran capital mundial de la prensa libre, lo sabe bien. La sede neoyorquina del Instituto Cervantes está a pocas manzanas de la Torre Trump, el cuartel general de Donald Trump durante su campaña presidencial. Tanto antes como después de su triunfo electoral, el actual presidente de EE.UU. ha puesto a la prensa en el disparadero: no ha dudado en calificarla como «el partido de la oposición», ha insultado con regularidad a los principales medios estadounidenses y su estratega jefe en la Casa Blanca, Stephen Bannon, recomendó que lo mejor que podían hacer los periodistas era «callarse».

Pero los premiados ayer destacan por tratar de hacer exactamente lo contrario. «Los periódicos somos columnas de la democracia», defendió Bieito Rubido, director de ABC, que recogió el premio en nombre de Vocento. «Nuestra debilidad debilitará a las democracias, porque la información que ofrecemos, cada uno desde su legítima ideología, permite a los lectores tomar decisiones electorales bien informadas y no sucumbir al demagogo más efectista del momento que en cada país hay».

También habló del compromiso cívico de los medios Benjamín Lana, director de Medios Regionales y Revistas de Vocento, para quien «el futuro del periodismo no depende de la tecnología, sino de su altura moral». Lo hizo en un momento en el que recordó la presión que sufrían los medios en el País Vasco de Vocento -«El Correo» y «El Diario Vasco»- durante las décadas de terrorismo de ETA y tras el final de la violencia etarra: «Terminado el tiempo de las bombas y las balas, seguimos al servicio de la comunidad, ejerciendo nuestro derecho y nuestro deber de informar con rigurosidad para ayudar a nuestras sociedades con nuevas tecnologías, formatos y dispositivos, pero con la misma determinación y vocación de siempre», destacó Lana.

Rubido y Lana recogieron el premio de manos de Pedro Morenés, embajador de España en EE.UU. y que llegó al cargo hace pocas semanas. El diplomático calificó a Vocento de «grupo líder de comunicación español y grupo líder de comunicación en español» y destacó «la larga historia, más que centenaria, de buena parte de las cabeceras que lo conforman» imprimen en el grupo editorial, que este año celebra su quince aniversario con «solvencia, prestigio, credibilidad, influencia y liderazgo».

Morenés reconoció que los periódicos de Vocento «estuvieron en casa de mis abuelos, de mis padres y ahora en la mía» y que el grupo editorial «es la suma de muchas historias de éxito, multiplicadas por sus lectores, espectadores e internautas» y basada «en su observancia del rigor, independencia, honestidad, prudencia y valentía».

Esa historia de éxito es, también, la historia de la constancia, como explicó Lana, con un grupo cuyos periódicos han contado cada días las historias que merecían un hueco en el papel -y ahora en la inmensidad de la web- en tres siglos diferentes. Cuando «El Norte de Castilla» empezó a publicarse en 1854, todavía no había estallado la guerra civil estadounidense, ni Abraham Lincoln había sido elegido presidente. «Pero su asesinato fue noticia de amplia cobertura en el diario de Valladolid, con dos crónicas», apuntó Lana.

Los primeros lectores de «Las Provincias de Valencia» se enteraron desde 1866 de la creación del «Reino de Italia» o de la publicación de «De la tierra a la luna», de Julio Verne. El diario «La Rioja» recogía desde 1899 la plaga de la filoxera o el desastre militar en Cuba. Ellos y el resto de las cabeceras han mantenido el pulso de España y sus regiones sin salirse de un código deontológico «que se parece a la Constitución de EE.UU. en una cosa: su brevedad. Pocos principios, pero muy sólidos».

La importancia democrática y la vitalidad de las cabeceras regionales y de ABC -al que Morenés calificó como «abrigo del mejor arte de escribir y tesorero de las esencias periodísticas»- no esconde la realidad de los problemas que, como al resto del sector, las atenazan. Rubido explicó la complicada migración a las plataformas tecnológicas a través de una comparación con Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, al que no se parece en nada, excepto en una cosa: «ambos vivimos de publicar contenidos». La diferencia, sin embargo, es que ABC y sus editores «asumimos la responsabilidad de lo que publicamos» y «aspiramos a buscar, elaborar y ofrecer la mejor información posible», mientras que asegura que Zuckerberg «simplemente se considera el dueño de un soporte» y que «no asume que es uno de los mayores editores del mundo, se desentiende de la calidad, verdad y honorabilidad de lo que publica». Para el director del periódico decano de la prensa nacional española, la prensa escrita aporta «el grueso del caudal de la información que circula por esos agregadores informáticos de contenidos, pero el dinero se lo están quedando los dueños del soporte y en una proporción casi monopolística».

Rubido reconoció que no hay una solución clara ante esta situación, pero abogó por mejorar la apuesta por la calidad en los periódicos, por plantar batalla legal a los gigantes informáticos, por encontrar fórmulas para monetizar el acceso a los contenidos y por que «los periódicos debemos dejar de hablar mal de nosotros mismos y empezar a hacerlo en positivo». Al fin y al cabo, «en un remolino epidérmico de sensaciones hace falta un flotador de cordura y eso hoy, todavía y por muchos años, es lo que hace el diario ABC todos los días».

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