Los números de una carrera que asustan al nombrarlos
¿Hay muchas empresas en Europa que den beneficios? Las hay, de todo tipo de productos y modelos. Las que se mueven en el mundo del deporte, en algunos casos, los menos, están sufriendo, como todo el mundo, el momento económico que se vive a todos los niveles.
El ciclismo es un deporte que vive del dinero público y del privado. El público llega por medio de ayuntamientos, comunidades, diputaciones o regiones. El privado publicita sus productos en este deporte. Y dentro del ciclismo, el Tour continúa siendo un gran negocio, a diferencia de otras pruebas, que también lleva adelante ASO (Amaury Sport Organización) y que generan pérdidas.
Conocer los números que mueve la empresa que organiza esta carrera es una quimera. Nunca hacen públicas sus cuentas, sus números, que son muy importantes. Entre todas las empresas que tienen mueven en torno a los 170 millones de euros, de los que 120 corresponden al Tour de Francia.
En 2011, ASO tuvo unos beneficios de 32,5 millones de euros. Al menos eso es lo que dice Pierre Ballester, un periodista que trabajó en L' Equipe, y que cuando dejó el citado periódico se dedicó a escribir libros como 'L.A. Confidencial' (sobre Lance Armstrong) o 'Masacre en cadena' (la vida del masajista de Festina Willy Voet). En uno de sus últimos libros, 'Fin de Ciclo', da esa cifra como ganancias de ASO, que según escribe «cada año van aumentándolas entre un 7 y un 10%. El dopaje no afecta para nada a la salud del Tour», afirma. Un hecho que sí que ha podido influir en otras pruebas, pero no en el Tour, que ha soportado deforma sistemática todos los asuntos de dopaje que se han producido en sus cien años de historia.
ASO, además del Tour y el rallye París-Dakar (que lleva unos años celebrándose en Argentina), también lleva adelante pruebas como la París-Niza, París- Roubaix, la Vuelta a España, El Dauphiné, Lieja-Bastogne-Lieja, Flecha Valona, Vuelta a Qatar, Vuelta a Pekin, además de ser dueño de los periódicos L' Equipe y Le Parisien, entre otros negocios. El Tour es el mayor de ellos.
Es el tercer acontecimiento deportivo del mundo tras los Juegos Olímpicos y el Campeonato del Mundo de fútbol. Lo ven cada año una media de 3.500 millones de personas en 190 países a través de la televisión. La distribución de su presupuesto llega de un 60% de derechos de televisión, un 30% de las firmas comerciales que le patrocinan y un 10% de ayuntamientos, gobiernos regionales, aproximadamente. Hay firmas comerciales que llevan quince años como patrocinadores en la carrera.
Sin ir más lejos, Córcega ha pagado una cifra en torno a los cinco millones de euros por ser salida de la carrera. La ciudad de Lyon y la comunidad urbana que acoge toda esa aglomeración han desembolsado 160.000 euros por la llegada del 13 de julio. Alpe D´Huez ha pagado 270.000 euros, Saint-Malo, 100.000.
Cada llegada de etapa y salida, o una de las dos opciones se mueve en unas cifras entre los 200.000 y los 400.000 euros, que son amortizadas de forma rápida puesto que la carrera mueve en torno a las 4.000 personas. El caso de ASO es especial puesto que explotan un gran evento deportivo, que en muchas otras disciplinas corre a cargo de las federaciones, regionales, nacionales o internacionales, dependiendo de determinados deportes.
El único nubarrón que parece cernirse durante la prueba es que la mayoría del público que se interesa por el ciclismo tiene más de cincuenta años. A los jóvenes les interesa menos. Los siete Tours que le han quitado a Armstrong tampoco les han afectado, de momento.
