Material y joyas incautadas a los delincuentes
Material y joyas incautadas a los delincuentes - luna revenga

Cae una banda de ladrones que robaba a ancianos con abrazos y besos maliciosos

Si las víctimas se resistían, los 16 mujeres y los 13 hombres detenidos llegaban a emplear la violencia

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«Nos hemos volcado en este caso porque todos tenemos abuelos», admitía este jueves uno de los agentes que ha participado en la operación Sarut, en la que la Guardia Civil de Toledo ha detenido a 21 personas e imputado a otras ocho, todas de nacionalidad rumana. Formaban un grupo criminal especializado en el robo y hurtos de joyas a ancianos mediante abrazos o besos maliciosos, si bien no dudaban en usar la violencia si era necesario. Siete de los arrestados, con antecedentes policiales y penales por hechos similares, han ingresado en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Illescas.

Con la operación Sarut (beso en rumano), de la que dio ayer cuenta el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, la Guardia Civil ha esclarecido 39 robos y hurtos, la mayoría (32) cometidos en la provincia de Toledo, uno en Ciudad Real (Villarta de San Juan) y seis en la Comunidad de Madrid.

Se han recuperado joyas, la mayoría de oro, por un valor cercano a los 40.000 euros, así como varios relojes de marca, entre ellos dos de la firma Rolex y uno de Cartier, este último valorado en 4.500 euros.

Sin embargo, es posible que algunos hombres víctimas de esta organización criminal no denunciaran los robos o hurtos por vergüenza, ya que las mujeres de la red llegaban a insinuar favores sexuales para engatusar a los hombres antes de robarles.

La grabación de un vídeo

Los implicados en esta trama son 16 mujeres y 13 hombres, con edades comprendidas entre los 19 y 41 años, que comenzaron a asaltar a personas de entre 60 y 90 años en una fecha que no se ha especificado.

En cualquier caso, a finales de 2014 la Guardia Civil de Toledo detectó un incremento de los delitos de robos con violencia e intimidación y hurtos en víctimas de edad avanzada, a las que los ladrones sustraían joyas en la calle utilizando técnicas de distracción para ganar su confianza.

En otros casos, los delincuentes usaban la violencia para lograr su objetivo, como se puede ver en un vídeo grabado en febrero por el sistema de seguridad de un bar de Yeles, cuando una señora de avanzada edad es asaltada con violencia en plena calle. En las imágenes se aprecia cómo una mujer que sale del bar acompañada de otras personas para auxiliar a la víctima logra sujetar a la ladrona en la calle. Sin embargo, esta logra zafarse y huye en el vehículo que le sirve de apoyo.

Cientos de kilómetros

Los agentes encargados del caso averiguaron que los delincuentes, profesionales del engaño, residían en varias viviendas ubicadas en una urbanización de Chozas de Canales (Toledo), concretamente en la calle Sevilla, y en Getafe (Madrid), donde se encontraba el taller que compraba las joyas de oro robadas para fundirlas y convertirlas en pequeños lingotes.

Los seguimientos de los investigadores les permitieron saber que a primera hora de cada mañana los ladrones ya tenían trazada una ruta, se distribuían en grupos mixtos de tres personas (al menos una mujer) y emprendían viaje en alguno de los 14 vehículos de la variada flota de la red. Recorrían cientos de kilómetros por la provincia de Toledo y la Comunidad de Madrid en la búsqueda de víctimas, aunque la banda realizaba días antes reconocimientos donde tenía pensando delinquir. De esta manera, lograban que los testigos no pudieran relacionar los vehículos.

En todos los robos denunciados actuaron una o dos mujeres, apoyadas por uno o dos hombres, dependiendo del caso, que se encargaban de conducir el vehículo y de proteger a sus compinches en el caso de necesitarlo. Generalmente, una de las mujeres que viajaba en el coche se acercaba con cualquier pretexto a algún anciano que caminaba solo por la calle y le hacía una pregunta baladí, o incluso le proponía algún tipo de acto sexual.

Para agradecerle su afable respuesta, la delincuente se abalanzaba sobre la víctima con el fin de abrazarla o besarla, momento en el que aprovechaba para robarle los objetos de valor que llevara, tales como pendientes, anillos, pulseras, relojes o cadenas de oro.

No obstante, a veces ofrecían una pieza dorada de bisutería como agradecimiento a la amabilidad de sus víctimas, lo que las habilidosas ladronas aprovechaban para hacer el cambio por una joya que llevase la persona sin que esta se percatara de ello.

Una visita rápida

Durante la operación, en manos del Grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Toledo, los investigadores comprobaron que tanto los residentes de Chozas de Canales como los de Getafe se dirigían a un domicilio de la localidad madrileña después de un asalto. Del vehículo se bajaba una mujer y permanecía en el interior de la casa pocos minutos. Esta actitud hizo sospechar a los agentes que en el interior de la vivienda pudiera encontrarse el receptador de las joyas sustraídas. En efecto, los investigadores descubrieron que en esa casa se encargaban de comprar y fundir el oro robado a los ancianos.

En la provincia de Toledo, la Guardia Civil ha esclarecido delitos cometidos en Sonseca, Yunclillos, Pantoja, Valmojado (3), Arcicóllar, Corral de Almaguer, Yuncos, Villaluenga de la Sagra, Consuegra, Santa Olalla, Yeles (6), Magán, Bargas (2), Almorox, Cabañas de la Sagra, Orgaz, Gerindote, Yepes, Lillo, Esquivias (2), Velada, Illescas y Chozas de Canales, localidad donde residían parte del grupo criminal.

Además del robo ocurrido en Villarta de San Juan (Ciudad Real), también se han esclarecidos delitos cometidos en las localidades madrileñas de Pinto, San Fernando de Henares, Valdemorillo, Algete y dos en Getafe, donde se encontraba el taller de recepción y fundición que trabajaba para la organización.

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