Violencia de género

«El volumen de denuncias por violencia de género es brutal»

Una agente relata a ABC cuál es la maquinaria que se activa cuando una mujer activa una denuncia

Mujer asesinada por una explosión provocada en Vicálvaro
Érika Montañés

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A 30 de noviembre de 2017, último dato disponible, el Sistema de Seguimiento Integral de los casos de Violencia de Género (VioGén), que integra a los Cuerpos de Seguridad del Estado, tiene localizadas a 55.333 víctimas en el país. Catorce de ellas están catalogadas con «riesgo extremo». Pueden ser asesinadas de un momento a otro. Una agente de una comisaría madrileña, que trabaja desde hace años en la unidad de violencia doméstica, detalla en qué se traduce esa evaluación: «Cuando tengo un caso extremo, toda la comisaría está pendiente de esa víctima, esa mujer tendrá un coche policial las 24 horas del día frente a su casa, se la acompañará cuando salga... El grupo de protección se pone en marcha y, aunque en mi comisaría hay un grupo amplio, se necesitaría personal».

El volumen de mujeres que acuden a denunciar maltrato es «brutal», confiesa la agente –que preserva su anonimato–, aunque no ha notado un repunte este año. La mujer que quiere denunciar se sienta frente a ella con la tentación de «justificar» una a una las vejaciones. «Muchas necesitan ayuda para denunciar y vienen solo a asesorarse», dice. Los agentes tienen que encontrar el modo de que denuncie, para que se active el protocolo de protección debido. «Tienen miedo. Se excusan en qué le van a decir a los hijos, en su dependencia emocional, económica... Yo tengo que desmontar sus justificaciones. Psicológicamente, ellas están muy mal. Nosotros somos fríos. Lo primero que les digo es: “Estoy aquí para cambiarte el punto de vista”».

La policía comenta que muchas personas han hecho del maltrato un hábito. «Hay agresores reincidentes que tienen una colección de fichas en VioGén, tras una víctima saltan a otra; también se dan mujeres que caen en manos de varios agresores». «Algo estamos haciendo mal si siguen muriendo», remacha. Una de las lagunas que esta agente observa en el sistema se da cuando «cambian» las circunstancias de una mujer : cuando se detiene al agresor temporalmente y baja la valoración del riesgo que sufre. Entonces, el agresor puede aprovecharse de que carece de vigilancia 24 horas.

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