El Papa con las mujeres liberadas de la explotación sexual en la Comunidad Papa Juan XIII
El Papa con las mujeres liberadas de la explotación sexual en la Comunidad Papa Juan XIII - AFP

El Papa visitó a 20 mujeres salvadas de la prostitución

Viven en un centro de Roma gestionado por una organización católica italiana

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El Papa Francisco está empeñado en predicar con el ejemplo. En esta ocasión, lo ha hecho con una visita a 20 mujeres heridas en lo más íntimo demostrando una vez más que el de la misericordia no es un discurso abstracto. Ha sido en el marco de los llamados «viernes de la misericordia», es decir, gestos fuertes que el Papa Francisco tiene un viernes de cada mes durante este Jubileo de la Misericordia.

Se ha presentado a las cinco de la tarde en la Comunidad Papa Juan XIII, un centro que hospeda a mujeres liberadas de la explotación sexual, especialmente, víctimas extranjeras. Eran seis de Rumania, 4 de Albania, 7 de Nigeria y las otras tres de Túnez, Italia y Ucrania.

Ninguna podría creerse que el mismo Papa estuviera llamando a la puerta, pero así ha sido.

Han estado charlando durante una hora en la que han relatado a Francisco las terribles experiencias por las que han pasado: Desde constantes violaciones a amenazas de muerte, a ellas o a sus familias. Por eso, en este lugar preservan sus identidades.

Lucha por la dignidad

De nuevo el Santo Padre ha querido poner el dedo en la llaga, pero, en esta ocasión, para llamar la atención sobre otra llaga: «La del cuerpo de la humanidad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo». Así se expresó en abril de 2014 cuando puso en marcha el llamado Grupo Santa Marta, una asociación internacional en la que participan desde jefes de policía hasta obispos, víctimas del tráfico humano u organizaciones sociales con un único objetivo: La lucha común por la dignidad de todos los seres humanos.

Es uno de los dramas en los que más hincapié ha hecho el Papa Francisco desde el inicio de su pontificado. De hecho, ha movilizado casi en exclusiva a la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y a su canciller, el también argentino monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, para aunar a los expertos mundiales en el asunto y combatirlo de forma coordinada.

El tráfico de personas es un negocio tan lucrativo como el narcotráfico y solo por detrás del tráfico de armas. Según la ONU, unas 21 millones de personas son víctimas de la trata en el mundo. Mueve unos 35 mil billones de euros al año.

El comercio de seres humanos adopta diferentes formas, desde la esclavitud sexual hasta el tráfico de órganos o la explotación laboral. Por eso el Papa lo ha definido como un «crimen contra la Humanidad». Por eso, de nuevo ha demostrado que el movimiento se demuestra andando o, al menos, mostrando ternura a quienes una vez fueron tratadas como un mero pedazo de carne.

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