Una granja de aves en Barneveld, Holanda, hoy, 10 de noviembre de 2016. Los avicultores holandeses han recibido la orden de encerrar a sus animales después de que países europeos como Hungría, Alemania, Suiza o Austria informaran sobre casos de gripe aviar en cadáveres de aves silvestres
Una granja de aves en Barneveld, Holanda, hoy, 10 de noviembre de 2016. Los avicultores holandeses han recibido la orden de encerrar a sus animales después de que países europeos como Hungría, Alemania, Suiza o Austria informaran sobre casos de gripe aviar en cadáveres de aves silvestres - EFE
Epidemia

Orden de recluir a las aves de granjas británicas por la gripe aviar

Durante 30 días los granjeros no podrán sacarlas de los corrales para evitar el contagio de la cepa que recorre Europa

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Las autoridades veterinarias de Inglaterra, Gales y Escocia han ordenado a los granjeros que durante 30 días guarden a sus aves en corrales, o que las mantengan en zonas separadas de otros pájaros. La medida preventiva trata de evitar que llegue a Gran Bretaña la H5N8, una cepa virulenta de la gripe aviar que recorre el Norte de Europa y afecta a catorce países. En Francia, se han tomado medidas similares y en los Países Bajos hubo que sacrificar el mes pasado a 190.000 patos infectados.

El temor en Gran Bretaña radica en el paso de aves migratorias, que podrían contagiar a los animales de granja. Según los científicos, el riesgo de que el virus pase a la cadena alimentaria y contagie a seres humanos es muy bajo.

Los dueños de pollos, pavos y patos deberán mantenerlos a cubierto 30 días. La media alcanza incluso a los particulares del rural que crían unas pocas gallinas en el patio de sus casas.

A todos se les piden que extremen las medidas desinfectantes e inspeccionen a las aves por si aparecen síntomas de la enfermedad. También se ha hecho un llamamiento a los ciudadanos por si hallan muertos cisnes, patos, gansos o gaviotas salvajes.

A pesar de que estamos ya en diciembre, los granjeros afirman que los suministros de aves para las cenas de Navidad no peligran. Los pavos, que son la estrella en la mesa británica, ya habían sido sacrificados y almacenados en frigoríficos en días pasados. Los productores explican que en realidad todo habría sido peor si las medidas se hubiesen tenido que tomar hace unos días.

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