Un grupo de trabajdores chinos revisan la fabricación de vacunas
Un grupo de trabajdores chinos revisan la fabricación de vacunas - ABC

Escándalo en China por la venta de millones de vacunas defectuosas desde 2011

La Policía ha detenido a 37 personas, pero la trama se extiende por casi todo el país y afecta a numerosas empresas médicas y funcionarios corruptos

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Un nuevo escándalo sanitario sacude a China, donde han sido detenidas 37 personas por almacenar vacunas en lugares mal acondicionados y luego venderlas a compañías médicas y hospitales. Las autoridades temen que, desde 2011, se hayan inyectado millones de vacunas defectuosas porque su valor alcanzó los 570 millones de yuanes (78 millones de euros), según informa la agencia estatal de noticias Xinhua.

El Gobierno chino está investigando el fraude, que se extiende por 20 provincias e implica a más de un centenar de personas. Aunque la Policía conocía la existencia de esta trama, no la desveló hasta la semana pasada, lo que ha indignado la opinión pública china por la proliferación de escándalos sanitarios y alimentarios durante los últimos años.

A tenor de la primeras informaciones, este caso afecta 25 tipos de vacunas y productos médicos que fueron vendidos por una madre y su hija, quienes fueron arrestadas la semana pasada en la provincia costera de Shandong junto a otros integrantes de la trama. Una de estas mujeres, una médica de 47 años apellidada Pang, llegó a vender hasta dos millones de vacunas defectuosas, que fueron inyectadas para prevenir la hepatits B, la rabia, las paperas y la encefalitis. Al parecer, más de cien representantes de compañías farmacéuticas, algunos con licencia y otros sin ella, suministraban las vacunas a los vendedores, que las comercializaban luego entre hospitales y clínicas a precios muy superiores a los oficiales. Para colmo de males, la mayoría de dichas vacunas no habían sido transportadas ni almacenadas debidamente y muchas incluso habían expirado, a tenor de la investigación policial.

El escándalo ha causado tal conmoción que el propio primer ministro, Li Keqiang, ha ordenado un investigación a fondo para elaborar, antes del sábado, una lista con todas las compañías médicas implicadas. Debido a la corrupción reinante en China, la trama afecta además a numerosos funcionarios de la administración de salud. «El incidente en la seguridad de las vacunas ha generado una profunda preocupación y dejado al descubierto numerosas lagunas regulatorias», lamentó Li Keqiang.

Aunque limitado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado del peligro que entrañan estas vacunas. «El almacenamiento inapropiado de vacunas o que estén caducadas raramente causa algo más que una reacción tóxica. Por consiguiente, es probable que el riesgo para la salud sea mínimo en esta situación particular», advierte la OMS en un comunicado.

Según las cifras del Centro Nacional de Control y Prevención de Enfermedades, cada año se inyectan en China más de un billón de vacunas. De ellas, un millar causan daños, en ocasiones irreparables, a los pacientes, la mayoría niños. Durante los tres últimos años, el diario «Metrópolis del Sur» ha seguido el drama de 50 familias afectadas por vacunas defectuosas, que en algunos casos han llegado incluso a matar a los niños que las habían recibido. Tras el escándalo de la leche adulterada para bebés en 2008 y otros fraudes alimentarios, este nuevo caso vuelve a airar a la opinión pública china.

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