Paz Montero

Casi de la mitad de la población mundial estará expuesta a olas de calor mortales en 2100

El cuerpo humano sólo puede funcionar dentro de un rango de temperaturas de alrededor de 37 grados. Las olas de calor suponen un riesgo considerable para la vida humana y según un estudio no dejarán de aumentar en todo el mundo

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si la ola de calor que vivió España la pasada semana batió récords (la más temprana desde 1981) y se cobró la muerte de dos personas (una en Badajoz y otra en Barcelona), las que vendrán en el futuro serán aún peor. Por poner un ejemplo, en Sevilla, para el año 2100 se sufrirán un total de 50 días en que las condiciones climáticas (temperatura y humedad) serán mortales. Los mismos días en los que correrán riesgo de muerte los neoyorquinos y que bajan solo a 30 días para Los Ángeles, a 20 para Sídney, y todo el verano para Orlando o Houston.

Son los pronósticos realizados por un estudio publicado en « Nature Climate Change», que vaticina que el 48 por ciento de la población mundial estará expuesta a olas de calor mortales en 2100.

Esta cifra podría llegar al 74 por ciento si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. Actualmente, ese porcentaje de personas en riesgo de muerte por calor es del 30 por ciento.

«Esta situación no es reversible, el impacto que el cambio climático generará en el mundo va a ser tremendo. La frustración de los científicos radica precisamente en que la gente se cree que esto se resolverá y no es así», lamenta Camilo Mora, autor principal del estudio y profesor de la Universidad de Hawaii.

Para este análisis a nivel mundial, los investigadores recopilaron informes desde 1980 hasta 2014 que asociaban la muerte con episodios de calor. En total, encontraron 1.949 casos. De todos ellos, obtuvieron información concreta de 783 repartidos en 164 ciudades y 36 países. Las zonas con más casos registrados se produjeron en países desarrollados y de latitud media. Por ciudades, destacan: Nueva York, Washington, Los Ángeles, Chicago, Toronto, Londres, Beijing, Tokio, Sidney o São Paulo.

Cuando los investigadores analizaron todas estas ciudades encontraron parámetros climáticos comunes, es decir, niveles en los que el aumento de las temperaturas y también de la humedad se vuelven fatales para el ser humano. «El cuerpo puede funcionar dentro de un rango de temperatura corporal de 37 grados. Una temperatura por encima de 37 grados es letal; el cuerpo no puede liberar calor interno si la temperatura exterior es igual o más alta, por lo que, en vez de soltarlo, lo acumula», explica Mora.

«Encontrar un umbral más allá del cual las condiciones climáticas se vuelven mortales es científicamente importante pero aterrador», señala otra de las autoras, Farrah Powell. «Este umbral ahora nos permite identificar las condiciones que son perjudiciales para las personas. Como se basa en casos documentados de personas reales en todo el mundo, lo hace más creíble y relevante. Lo que da miedo es lo comunes que ya son esas condiciones mortales».

No cambie tanto de móvil

Mora llama la atención sobre los peligros, no solo de la temperatura, sino también de la humedad: «Encontramos datos de gente que ha muerto a 22 grados. El problema en esos casos era la humedad. Cuanto más alta es esta aumenta el peligro de muerte. Y es importante recordar que el calentamiento global no solo sube los termómetros, también lo hace la humedad».

Que las olas de calor producen muertes no es ninguna novedad. De hecho, el propio estudio recuerda casos históricos como la de Europa en 2003, que se cobró la vida de 70.000 personas, la de Moscú de 2010 que mató a 10.000 o la de Chicago de 1995 en la que murieron 700. Pero sí alerta de que estas olas de calor mortales seguirán aumentando conforme pasen los años.

Los investigadores advirtieron en el estudio que las áreas tropicales corren serios riesgos para la vida de sus habitantes. Allí hay altas temperaturas y humedad durante todo el año, mientras que en las latitudes más altas el riesgo de calor mortal se limita al verano.

«El calentamiento en los polos ha sido uno de los cambios climáticos icónicos asociados con las emisiones actuales de gases de efecto invernadero, apunta otros de los investigadores, Iain Caldwell. Sin embargo, nuestro estudio muestra que es el calentamiento en los trópicos es el que representa el mayor riesgo. Con altas temperaturas y humedad, se necesita muy poco calentamiento para que las condiciones se vuelvan mortales».

Por lo pronto, Mora recomienda algunas medidas en tres niveles. A su juicio, los gobiernos tienen que invertir en energías alternativas. En segundo lugar, los gobernadores y alcaldes tienen que desarrollar planes para enverdecer las ciudades, ya que estos las "enfrían". Y por último, los ciudadanos de a pie debemos evitar usar el coche, las bolsas plásticos y no gastar en aquello que no sea necesario. «No deberíamos cambiar el móvil a menos que sea estrictamente necesario. Un nuevo móvil implica el uso de materiales raros que se obtienen de debajo de la tierra y que destrozan las zonas boscosas», concluye Mora.

Ver los comentarios