Mercado de Triana
Mercado de Triana - ROCÍO RUZ
Comercio tradicional

Los mercados de abastos de Sevilla se reinventan con nuevas fórmulas

Unos tienen bares y teatro, en otros hay puestos vacíos e infraestructuras desfasadas;Triana y Feria son la cara, el Arenal y la Puerta la Carme, la cruz

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Diez de la mañana en día laborable. El mercado de Triana está en ebullición. Puestos de frutas, carnes, pescados y mariscos y todo tipo de delicatessen tienen cola mientras otros clientes desayunan en alguno de los once bares que hay por este emblemático local, junto al castillo de San Jorge y la joya de la corona de las plazas de abastos de Sevilla. Pese a que cuenta con instalaciones modernas, conserva su esencia y ese ambiente auténtico de cuando fue inaugurado a primeros del siglo XIX. Abre por las noches y ofrece hasta teatro. Por eso tiene, según su presidenta, Teresa Ojeda, lista de espera para poner un negocio. «Viene gente a solicitar puestos», dice.

Sólo hay que cruzar el puente y adentrarse en el centro para encontrarse la otra cara de la moneda: el mercado del Arenal.

La vieja plaza está vacía y ofrece un aspecto muy distinto. Apenas unas pocas personas tomando café y la mayoría de los puestos están vacíos o cerrados. Ni siquiera la tienda de alquiler de bicicletas tiene público. Y eso que se trata de una plaza, en la que además de los tradicionales puestos, hay tiendas de gourmet, de vinos y hasta comida vegana. Será por la falta de ventilación o por su ubicación en una zona en la que residentes muchos mayores. Pero, con excepción del restaurante que se llena, el mercado apenas sobrevive.

Lo corrobora el presidente, Vicente Torres. «La situación es desoladora», dice asegurando que la causa de que no genere más negocio pese a su privilegiado enclave, a unos pasos de la plaza de Toros y el centro, es «una mala gestión». «Es una gestión antigua, deficiente, arcaica y mal hecha», afirma Torres que ha visitado otras ciudades y que, cuando llegó a Barcelona a La Boquería, vio como se interesaron por este mercado. «Tenemos un gran paso de turistas como no lo hay en ningún otro», dice. Sin embargo, las cifras son desoladoras. En el emblemático mercado de Barcelona entran al día 5.000 personas y en verano llegan a 50.000. En el Arenal entre 120 y 150 cada día. Afirma que «da pena» y se queja de que uno de los principales problemas es la mala climatización con un calor asfixiante en verano. Hay días que llegan a 50 grados y a los placeros les resulta imposible mantener los productos en los mostradores.

Esa no es la única queja. Torres hace extensivas sus protestas para otros mercados y explica que, el asunto de las licencias «es muy lento» para nuevos puestos. Son dos realidades distintas de un panorama muy variado. En Sevilla existen dieciocho mercados que dependen del área de Consumo del Ayuntamiento de Sevilla que durante 2016 tiene un presupuesto de 550.000 euros para arreglos y mantenimiento. A primeros de agosto el gobierno anunció proyectos de reformas y mejoras en cinco de ellos por valor de 172.000 euros. Según el equipo que preside Juan Espadas, este dinero será para mejorar instalaciones e impulsar el comercio en San Gonzalo, Alcosa, Pino Montano, Cerro del Águila y el Porvenir. Son obras variadas de pavimento y rejillas del suelo y mejora del aire en el del Cerro del Águila, aislamiento y mejoras en la cubierta de El Porvenir y Alcosa y puertas automáticas en Pino Montano y San Gonzalo.

Sin embargo, lo que se invierte es poco según el concejal del PP, Gregorio Serrano. «Necesitan muchos arreglos e inversiones», afirma el popular que recuerda que estas plazas forman parte de una tradición ya que surgieron al finalizar la Guerra Civil para garantizar el suministro a la ciudad. El más antiguo es el de la Calle Feria. Otro ejemplo de los que se han adaptado a los nuevos tiempos. Mezcla puestos tradicionales con bares en el nuevo espacio «Lonja de Feria» , un «gastronomic market» que, según su dueño, Gonzalo Luna, es «todo un éxito».

El problema que se encuentran la mayoría de los mercados es que tienen que reinventarse pues, como dice el que ha sido presidente del de Los Remedios muchos años, Manolo Mula, que asegura que en el suyo «no se pueden quejar», el secreto es renovarse al no poder competir con las grandes superficies. «Debemos especializarnos. Que el que venga encuentre algo que no hay en otro sitio: pescado fresco u otra cosa». Eso y adaptarse a los nuevos horarios y «abrir por las tardes».

Algo parecido opina Serrano que tiene claro que los nuevos mercados no pueden competir con grandes superficies ni en horarios, ni en aparcamiento ni en aire acondicionado». O incluso con otros detalles. Ofrecer reparto a domicilio ya que, si no, el ciudadano no hará una gran compra. Para el PP, los tres ejemplos más emblemáticos son Triana, El Arenal y Feria, que han conjugado mercado tradicional y hostelería. Pero admite que, en el Arenal haría falta invertir 20 millones. «Y este año solo hay gastos autorizados 132.000 euros», denuncia Serrano.

También funciona el de San Gonzalo en el Tardón. No solo en lo comercial sino que es prácticamente «autosuficiente» ya que no es de los que cuando se cae un azulejo llama al Ayuntamiento. Lo arreglan ellos. O el del Tiro de Línea, siempre lleno. Tienen problemas de mal olor y accesibilidad en Las Setas como denunciaban los placeros. Susana Serrano, portavoz de Participa Sevilla, apuesta porque el Ayuntamiento los escuche y que se potencien estos pequeños negocios. Uno de los que, recuerda, tiene problemas es la Puerta la Carne que sigue esperando las obras. El pavimento está roto y no es accesible para sillas de ruedas. Las palomas entran y tuvieron que poner toldos. «Son lugares emblemáticos que podrían ser un lugar rentable y atractivo para el turismo». Pues eso.

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