Las empresas sevillanas que barrió la crisis

Promotoras, inmobiliarias, ingenierías, hoteles o librerías sucumbieron a la debacle económica que se inició en 2008

Casa Luca de Tena, donde tuvo su sede el grupo Zent, del empresario sevillano Luis Portillo JUAN JOSÉ ÚBEDA

M. J. PEREIRA

Los datos macroeconónicos apuntan a que ya hemos salido de la crisis. Sin embargo, l os juzgados mercantiles de Sevilla aún lidian con los concursos de acreedores y expedientes de liquidación de empresas que perecieron entre 2008 y 2017. Fueron cientos las empresas que desaparecieron del mapa sevillano y con ellas miles de puestos de trabajo se esfumaron. Algunas de esas compañías tenían más de 40 años de antigüedad y cifras de facturación que superaban los tres dígitos. La crisis las barrió y hoy apenas quedan sus esqueletos. Entre las grandes empresas que la crisis se llevó por delante hay constructoras e inmobiliarias, compañías de restauración, hoteles de cinco estrellas , firmas de lujo o concesionarios.

Edificarte

En 2011, solicitó también el concurso de acreedores Promoción Inmobiliaria Edificarte, sociedad propiedad de Cajasol en un 65% y en un 35% de la familia Del Río a través del grupo Lather. Declaró su insolvencia con una deuda de 160 millones de euros, de los que 41 millones eran créditos con la propia Cajasol, 25 con BSCH y 17 con Unicaja. En 2015, la empresa aún estaba en fase de liquidación.

Manilva Costa

En 2009 cayó esta inmobiliaria, que acumulada una deuda de casi 100 millones de euros, de los que 77 millones eran créditos pendientes de pago con bancos. Manilva Costa desapareció después de haber levantando en los últimos años mil viviendas en esa localidad malagueña.

Grupo Zent

En cuanto al grupo Zent —del empresario Luis Portillo y su mujer María Jesús Valero— aún está en fase de liquidación, ya que todavía no se han adjudicado los últimos bienes de la compañía, entre ellos la Casa Luca de Tena en la avenida de la Palmera y el pabellón de Hungría en la Cartuja. Zent fue a concurso de acreedores con un agujero de 4.390 millones de euros y su caída supuso la destrucción de decenas de puestos de trabajo.

Novaindes

En lo que respecta a Novaindes Desarrollo Inmobiliario, una de las grandes firmas del boom de la construcción, fue a concurso en 2011 con una deuda de 238 millones de euros, de los cuales 215 los debía a bancos y cajas de ahorros. Novaindes promovió el centro comercial Metromar, que vendió por 100 millones a UBS en 2007. También fue a liquidación Estudios Taer Corporación, que llegó a formar parte del grupo empresarial de Novaindes, cuya facturación superó en los años previos a la crisis los 37 millones de euros.

Asur Hoteles

Otra inmobiliaria sevillana que ha ido a liquidación es Ámbito Sur Hoteles, propietaria de dos hoteles en La Línea de la Concepción e Islantilla. Sucumbió a la crisis tras acumular una deuda de 90 millones de euros con bancos e instituciones.

Azagra y Resipark

También Azagra, una de las grandes constructoras sevillanas, fue a liquidación en 2012 cuando su deuda alcanzaba los 300 millones de euros. De igual forma, la crisis barrió Resipark, participada por Azagra, a la que el Ayuntamiento de Sevilla adjudicó la construcción de más de una docena de aparcamientos, entre ellos el de Bami. En fase de liquidación, un juez ha sentenciado que el Ayuntamiento de Sevilla deberá abonar a Resipark casi 8 millones de euros por el parking de Bami, construido en un 85%.

Vimac

Esta empresa especializada en la construcción de infraestructuras eléctricas, hidráulicas, ferroviarias y de telecomunicaciones no pudo resistir la embestida de la crisis. En 2016, a punto de cumplir 50 años de vida, esta empresa —participada mayoritariamente por Guillermo Contreras Ramos, uno de sus fundadores— inició su fase de liquidación al no poder refinanciar una deuda de 40 millones de euros y eso a pesar de que tenía una cartera de pedidos de 115 millones de euros.

Dolmen Consulting

En 2012, Dolmen Consulting Inmobiliario y diez de sus empresas participadas pidieron el concurso de acreedores en los juzgados mercantiles de Sevilla y un año después iniciaron su liquidación. La empresa, que en 2007 tenía una plantilla de 350 trabajadores y facturó 320 millones, había realizado miles de viviendas sociales en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Cataluña.

Jardín de la Merced

En 2008 la cooperativa Jardín de la Merced también paralizó las obras del macrogeriátrico que construía en Carmona y que actualmente está ejecutado en un 85%. En 2013 el Juzgado Mercantil 1 de Sevilla sacó a subasta el geriátrico por 40 millones de euros. Se adjudicó por 10 millones de euros a una empresa de NovaCaixaGalicia que había concedido a la cooperativa Jardín de la Merced un crédito de 24 millones de euros, el 48% de los 50 millones en que se presupuestó el proyecto.

Contsa Corporación Empresarial

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria también afecto a Contsa, una empresa cuyo propietario fue condenado por estafa piramidal. Antes de ir a liquidación declaró el concurso de acreedores en 2008 con una deuda de más de 119 millones de euros. Los afectados por la estafa superaron los 1.500.

Mondisa

En 2016, la empresa de ingeniería y construcción Mondisa Montajes Diversos fue a liquidación al no poder cumplir el convenio de acreedores firmado en 2013, cuando su deuda ascendía a 11,5 millones. El cierre afectó a una plantilla de cien trabajadores.

Horno San Buenaventura

Los vientos de la crisis arrasaron también el sector de la hostelería. En 2014 Horno San Buenaventura entró en concurso de acreedores con una deuda de 11 millones. Una a una fueron cerrando sus tiendas hasta que este año el Juzgado Mercantil ha aprobado el plan de liquidación de este grupo, que tenía más de cien trabajadores y un obrador.

Hacienda Benazuza

Importantes empresas hoteleras también se vieron afectadas por la crisis y las tarifas low cost, entre ellas el hotel de cinco estrellas Hacienda Benazuza, que en 2011 cerró sus puertas tras haber alojado personalidades del mundo de la política, la empresa, la música, la aristocracia y el cine. La propiedad del hotel, Depaltrex Ibérica, espera la llegada de otro gestor o comprador del inmueble. 

Hotel La Boticaria

Ubicado en una parcela de 16 hectáreas, este hotel de cinco estrellas y 133 habitaciones cerró en 2013. Desde entonces ha habido dos intentos de subastar este inmueble, que tiene una carga hipotecaria de 82 millones, de los que 71 millones de euros corresponden a un crédito de CaixaBank que ha comprado el fondo Apollo. Ahora ha vuelto a salir a subasta tras rechazar el juez su venta por un euro.

Viajes Távora

A pesar del boom turístico, Viajes Távora fue a liquidación tras dos décadas de existencia. Una de las primeras agencias de viajes de Sevilla, que llegó a tener 18 oficinas y gestionar 600 congresos, terminó cerrando en 2014 sus puertas. Ese año también sucumbió a la caída del consumo Jamones Badía, que llegó a facturar más de 30 millones de euros.

Motorluxe

Algunos concesionarios terminaron cerrando, como Saldauto y Motorluxe. Este último, concesionario de BMW en la avenida de Montesierra, solicitó el concurso en 2013 cuando sus deudas superaban los 40 millones.

Victorio & Lucchino

Los famosos diseñadores sevillanos fuero a concurso de acreedores en 2012, acosados por deudas que sumaban 9,5 millones. En 2015, la empresa toledana Six Valves se quedó con sus marcas, existencias, dominios de internet y algunos activos de sus empresas. Ese mismo año se adjudicó a la empresa Fontepazo, de la familia Zapata, su inmueble de la Plaza Nueva por 2,2 millones.

Librerías Beta

Tras su compra por ZZJ, las librerías Beta cerraron en Sevilla y el resto de provincias andaluzas. En ellas, el grupo ZZJ había invertido 6 millones de euros.

Lejías Tres Siete

En mayo de este año se demolió esta fábrica, propiedad de Merlimsa, fundada en 1940. La empresa, que tenía marcas tan conocidas como Neoclor o Los Tres Sietes, tenía deudas por más de 9 millones.

Jamones Badía

El mayor almacenista de España de jamón y cerdo ibérico de España sucumbió en 2014 a la caída del consumo y solicitó el concurso de acreedores para la principal de las sociedades que conformaban el holding sevillano: Central de Compras Badía. La compañía, que llegó a facturar más de 30 millones de euros, mantenía a principios de 2012 una deuda de casi 15 millones de euros con las entidades financieras.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación