Daniel López Vega
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LIBRO

Daniel López Vega: «Se puede y se debe informar de los suicidios»

El psicólogo advierte en «¿Todo por la patria?» de un repunte de los suicidios entre los guardias civiles españoles

SEVILLA Actualizado: Guardar
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A Daniel J. López Vega se le ocurrió hace cuatro años, cuando maduraba una idea para su tesis doctoral en Psicología, adentrarse en las causas que expliquen la elevada tasa de suicidios que hay en la Guardia Civil. Esas indagaciones han dado lugar a un libro que se está presentando estos días en distintos puntos del país y que lleva como título «¿Todo por la patria?»

Su interés científico por la conducta suicida va más allá de esta experiencia con el Cuerpo Benemérito. No en vano es socio fundador de la Asociación Nacional de Suicidología, que nació el año pasado en Sevilla. Su presidente es  Andoni Anseán, director del Máster de Gestión Clínica y Sanitaria en Salud Mental de la Universidad Pablo de Olavide.

Hablar de suicidios en España, ¿sigue siendo un tema tabú?

En España y en muchas otras sociedades. Siguen existiendo barreras importantes, aunque estamos ante un problema de salud pública y como tal debería tratarse y abordarse. Desde 2008 el número de víctimas de suicidios en España supera a los muertos en accidente de tráfico. Hay mucho trabajo de concienciación para reducir esa cifra de mortalidad en las carreteras. Con los suicidios debería pasar lo mismo, pero aún estamos lejos de otros países donde ya hay una cultura asentada de estudio y prevención.

En su libro advierte que con la crisis, la tasa de suicidio ha crecido.

Sí aunque estamos muy lejos de los países con una mayor mortalidad por este motivo. La tasa española se sitúa en 11,78 muertes por cada 100.000 personas frente a otras como el caso groenlandés, que es la región con más suicidios del mundo que asume tasas de más de 80 por 100.000. Por eso, cuando en una media tan contenida como la española, repuntan situaciones como la de la Guardia Civil, que se sitúa cinco puntos por encima de la media, se hace obligatorio buscar respuestas.

Existe una ley no escrita que advierte de que informar de los suicidios puede promover un efecto contagio, ¿tiene base científica esa norma?

No hay ninguna explicación científica si bien el problema no está en informar sino en cómo se informa. Existen muchos estudios sobre las posibles causas de ese efecto contagio, es lo que se ha venido a denominar como el efecto Werther, que viene del nombre del protagonista de la obra de Goethe, «Las penas del joven Werther». Su lectura se vinculó a una serie de suicidios por amor copiando la conducta del protagonista. Sin embargo, frente a este efecto, está el llamado Papageno, cuyo nombre viene de un personaje de la ópera alemana «La flauta mágica» y que se enfrenta a un dilema parecido al de Werther pero que es convencido de lo contrario porque le ofrecen otras alternativas. Este efecto nos habla de que hay una forma adecuada y preventiva de informar de los suicidios y es más, los medios son una herramienta importante en esa cultura preventiva tan necesaria.

¿Cuáles son los errores más habituales que se cometen en las noticias que informan sobre estas muertes?

Existen recomendaciones preventivas de la Organización Mundial de la Salud que se incumplen como por ejemplo ofrecer una descripción detallada del método utilizado por la víctima para suicidarse sin tener en cuenta los antecedentes de salud mental o los recursos que existen para ayudar a estas personas. Adoptar una perspectiva de prevención no es alarmar, pero para eso hay que huir de detalles sensacionalistas o de fuentes poco fiables cuando se abordan estas noticias. Por eso se puede y se debe informar sobre estas conductas.

¿Es por tanto la ley del silencio un mal compañero de viaje para mitigar las cifras de suicidios?

Lo que sí hace es dificultar un tratamiento adecuado a la cuestión. Durante mi investigación para el libro me encontré esa postura en la Administración y creo que la negación del problema es un mecanismo de defensa pero nunca va a ser una solución. La realidad está ahí, el titular no lo doy yo: casi quinientos guardias civiles muertos en 35 años.

¿Se está llevando muchas críticas con su libro sobre los suicidios en la Guardia Civil?

El libro se presentó por primera vez en el congreso nacional de la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) celebrado a finales de octubre y desde entonces sólo he recibido dos quejas. Ambas denotaban que no se habían leído mi libro y eso me tranquiliza. Una, procedía de otra asociación profesional del Cuerpo que me acusaba de estar a sueldo de la AUGC y la otra criticaba que ganara dinero con las tragedias de las familias que han perdido a alguien. Quien ha leído mi libro sabe que no cito, con nombres y apellidos, a ninguna víctima. En las páginas no hay ni un relato morboso de los casos. Sólo me acerqué a ellos desde una perspectiva científica, buscando explicaciones que sirvan para futuras soluciones.

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