Tribunales

El acusado del crimen de la Plaza Nueva dice que no se acuerda, que toma diez pastillas al día y que oye voces

El procesado, para el que fiscal pide 18 años por asestar varias puñaladas a su víctima, alega que lleva en psiquiátricos «desde chico»

Los sanitarios tratan de reanimar a la víctima sin éxito Raúl Doblado

MERCEDES BENITEZ

«Tomo diez pastillas al día desde que era chico, oigo voces, yo me acuerdo de cuando era pequeño pero no de lo que he comido hoy». Ese ha sido el testimonio de Manuel Cazorla, quien desde hoy lunes está siendo juzgado en Sevilla acusado de asesinar a un hombre en la Plaza Nueva en septiembre de 2016. El procesado, para el que la Fiscalía pide 18 años de prisión por un delito de asesinato, se ha sentado hoy en el banquillo ante un jurado popular en la Audiencia de Sevilla.

Los hechos se produjeron en la Plaza Nueva de Sevilla , donde según el fiscal, el acusado coincidió con la víctima que estaba acompañado por dos amigos,todos conocidos por haber coincidido en los servicios sociales y en un centro de acogida. Allí, tras una discusión y tras abandonar el lugar, el acusado volvió con un cuchillo de grandes dimensiones de la cocina con el que asestó varias puñaladas a la víctima.

La declaración de esta mañana de Cazorla apenas ha durado unos minutos , durante los cuales se ha limitado a insistir en que no recuerda nada de lo ocurrido y ha intentado demostrar su incapacidad psíquica. De hecho, tras insistir en que no conocía a la víctima de nada ni tampoco a la mujer que lo acompañaba la noche que tuvo lugar el crimen, el acusado ha insistido en que no sabe ni porqué fue detenido. «Yo sé que me encuentro en prisión, que acabo de venir del psiquiátrico y que me meten inyecciones y me dan muchas pastillas que me dejan tonto», ha declarado balbuceando.

En esa misma línea, Cazorla, que ha dicho que vivía en la calle y que no tiene familia ha insistido en que a veces oye voces. «Veo a mi madre que me dice que porte bien. Yo recuerdo que de chico volaba y me llevaron a Miraflores y a muchos psiquiátricos» , ha relatado en el mismo tono de balbuceo después de que su defensa haya presentado un informe médico para acreditar una supuesta discapacidad del 65 por ciento y cuestionar si su cliente «sabia lo que hacia» . Se trata de un documento según el cual su cliente presentaba «trastorno mental de esquizofrenia paranoide, alteración de la conducta y trastorno sociopático de la personalidad».

Sin embargo es un documento que ha sido rebatido por el fiscal encargado del caso que ha asegurado que ese informe, de enero de 2018, no acredita la incapacidad del procesado en el momento en el que ocurrieron los hechos que se produjeron en septiembre de 2016, cuando Cazorla asestó varias puñaladas con un cuchillo de cocina a su víctima tras una discusión en la céntrica Plaza Nueva de Sevilla.

De hecho, el representante del Ministerio Público ha dicho que en este caso no se cuestiona la autoría del crimen ya que el procesado lo confesó pero ha insistido en que es «más grave porque, durante el ataque el agresor se aseguró causar la muerte e impidió cualquier tipo de defensa». El juicio continúa hoy en la Audiencia de Sevilla con las declaraciones de los testigos.

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