La ventilación facilita una mayor diversidad de microorganismos en nuestros hogares
La ventilación facilita una mayor diversidad de microorganismos en nuestros hogares - YALE UNIVERSITY
ALERGIAS

Los nuevos edificios no deberían dejar en la calle a los microorganismos beneficiosos

La exposición a una mayor diversidad de microorganismos en nuestros hogares mejoraría el desarrollo de nuestro sistema inmune, sobre todo de los niños

MADRID Actualizado: Guardar
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Los edificios de nueva construcción son cada vez más inteligentes. Y es que además de buscar el buen gusto estético –o cuando menos, el ‘buen gusto’ del arquitecto–, son, o deberían, ser energéticamente más eficientes. Pero aún hay otro factor que podría hacer que estos edificios fueran incluso más ‘listos’. Y para ello, solo tendrían que dejar pasar a algunos microorganismos para que, cual inquilinos, convivieran con nosotros. De hecho, un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Yale en New Haven (EE.UU.) expone las razones por las que los arquitectos deberían diseñar las nuevas construcciones para que dejan pasar las bacterias y hongos ‘buenos’ –a la vez que evitan que se cuelen los ‘malos’.

Como explica Jordan Peccia, director de este artículo publicado en la revista « Trends in Microbiology», «existe una creencia errónea generalizada de que todos los microbios que se encuentran en el hogar son nocivos para la salud.

Sin embargo, la mayoría no tienen ningún impacto sobre nuestra salud, mientras que algunos son incluso beneficiosos».

Cuestión de exposición

A día de hoy son numerosos los estudios que constatan que los niños que han crecido en un entorno rural –por ejemplo, en una granja– y que, por tanto, han estado expuestos a los microorganismos ‘beneficiosos’ tienen una menor probabilidad de desarrollar alergias y otras enfermedades. Por ejemplo, hay un estudio en el que se muestra que los niños criados en las granjas de la región alemana de Baviera y que, por tanto, han estado en contacto con animales y se han alimentado con leche no pasteurizada, tienen casi cuatro veces menos incidencia de asma –un 5,2% frente a un 19,1%– que los menores que habitan las áreas urbanas europeas.

Es más; el beneficio de la exposición infantil a los microorganismos ‘buenos’ se mantiene también durante la edad adulta. Pero, este efecto positivo, ¿cómo se explica? Pues simplemente, porque los microorganismos mandan señales a unas células inmunes, los linfocitos T, para que formen linfocitos T regulatorios, que previenen respuestas inmunes innecesarias –caso de las que tienen lugar, por ejemplo, en el asma y las alergias.

Según identificando más microorganismos beneficiosos, debemos pensar en cómo facilitar nuestra exposición a estos pequeños seres
Jordan Peccia

Como indica Jordan Peccia, «una de las grandes preguntas que deben hacerse es cómo el diseño de un edificio, caso de su disposición geográfica, los materiales de construcción y la ventilación, pueden modular la exposición a los microbios y, por tanto, nuestro microbioma».

En consecuencia, refiere el investigador, «según vamos identificando más y más microorganismos beneficiosos, tanto los ingenieros y arquitectos como el público general debe pensar en cómo facilitar nuestra exposición a estos pequeños seres».

Además, las cosas no se están haciendo bien. Y es que en 2012, si bien la cifra de personas que murieron por respirar la contaminación al aire libre fue de 3,7 millones de personas, el número de decesos ocasionados por la inhalación de la contaminación dentro de los espacios cerrados, sobre todo casas y oficinas, fue incluso mayor: 4,3 millones.

Como apunta Jordan Peccia, «el aire de los interiores suele ser de peor calidad que el del exterior, por lo que la ventilación de los edificios con aire del exterior tiene mucho sentido. Sin embargo, también es cierto que este aumento de la ventilación puede resultar en una exposición a un aire viciado en las ciudades altamente contaminadas».

Perros y gatos

Sin embargo, no se trata solo de una cuestión de edificios más o menos inteligentes. También podemos aumentar nuestra exposición a los microorganismos beneficiosos a través de las mascotas, caso de los gatos y los perros. Y es que las mascotas, además de portar sus propias familias de microorganismos, pueden traer a los hogares aquellas bacterias y hongos que cogen en el exterior, contribuyendo así a una mayor ‘diversidad indoor’ de microbios beneficiosos y, por tanto, a mejorar nuestra exposición.

Sea como fuere, no todo vale. Como concluye Jordan Peccia, «no todo el mundo debe salir corriendo y comprar un perro, pero es cierto que podemos desarrollar nuevas estrategias para resolver este problema mejor que como los hacemos con nuestros actuales filtros portátiles e inhaladores».

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