Las radiaciones cósmicas deterioran la salud cardiovascular
Las radiaciones cósmicas deterioran la salud cardiovascular - WIKIPEDIA
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Viajar al espacio aumenta, y mucho, el riesgo de mortalidad cardiovascular

El 43% de los astronautas de las misiones Apolo que ya han fallecido lo hicieron como consecuencia de una complicación cardiovascular

MADRID Actualizado: Guardar
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Mucho ha llovido desde que el hombre pisó por última vez la Luna. Y es que desde el alunizaje de la misión Apolo 17 en diciembre de 1972, ningún ser humano ha vuelto a correr por el satélite. Sin embargo, parece que la Luna recibirá la visita de nuevos astronautas en la próxima década. La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) ya ha anunciado misiones orbitales a la Luna en 2020-203 como preparación para la conquista de Marte, y las agencias espaciales chinas y rusas, así como la Agencia Espacial Europea (ESA), están ultimando sus primeros viajes al satélite. Y a ello se aúna que la empresa privada SpaceX ha comunicado su intención de poner a un humano en la superficie de Marte en el año 2026.

Pero de cara a la organización de estos viajes, debe tenerse muy presente, tal y como concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee (EE.UU.), que viajar al espacio profundo –esto es, fuera de la órbita de la Tierra– conlleva riesgos más allá de los que puedan ocasionar los posibles problemas técnicos. O dicho de otra manera, riesgos muy ‘mundanos’, como es la probabilidad, mucho mayor, de morir por una enfermedad cardiovascular.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista « Scientific Reports», muestra que los astronautas participantes en el programa Apolo han experimentado problemas cardiovasculares, hasta el punto de que el 43% de los ya fallecidos lo hicieron por una enfermedad cardiovascular. Una situación que, según los autores, se explica por su exposición a la radiación en el espacio profundo.

Como explica Michael Delp, director de la investigación, «la verdad es que sabemos muy poco sobre los efectos de la radiación del espacio profundo sobre la salud humana, y particularmente sobre el sistema cardiovascular. En este sentido, nuestros resultados nos ofrecen una primera visión sobre este efecto adverso para los seres humanos».

Espacio poco cardiosaludable

El programa Apolo de la NASA se desarrolló entre los años 1961-1972. Un programa que en sus últimos cuatro años contempló el envío de 11 naves tripuladas al espacio, nueve de las cuales –desde el Apolo 7 al Apolo 17, con un total de 24 astronautas– abandonaron la órbita de la Tierra para adentrarse en el espacio profundo camino de la Luna.

Lógicamente, los astronautas participantes en las misiones Apolo gozaban de un estado de salud óptimo o, cuando menos, muy superior a la media. Por tanto, no debería esperarse que padecieran ningún problema de salud cardiovascular a largo plazo. O por lo menos, que su tasa de problemas cardiovasculares fuera muy inferior a la del resto de los mortales. Sin embargo, no ha sido así.

Sabemos muy poco sobre los efectos de la radiación del espacio profundo sobre la salud humana
Michael Delp

Los resultados del nuevo estudio constatan que el 43% de los astronautas de las misiones Apolo que ya han fallecido –ocho de los 24 totales– lo hicieron a consecuencia de una complicación cardiovascular. Una tasa que supera en hasta 4-5 veces la registrada en el caso de los astronautas que no abandonan la órbita terrestre.

Pero, ¿no se supone que para ser astronauta hay que tener una salud de hierro? Pues sí, pero los participantes en las misiones Apolo tuvieron que someterse a unas condiciones ambientales que no ha experimentado ningún otro ser humano: la exposición a la radiación del espacio profundo.

Tome precauciones

Y esta mayor tasa de mortalidad cardiovascular, ¿es realmente consecuencia de esta radiación cósmica? Pues para comprobarlo, los autores utilizaron un modelo animal –ratones– al que expusieron a la radiación que sufrieron los viajeros a la Luna. Y transcurridos seis meses de exposición –lo que equivaldría a 20 años para los seres humanos–, los animales mostraron signos de la aterosclerosis típica que padecemos los humanos.

Como concluye Michael Delp, «los que nos muestra nuestro estudio con ratones es que la radiación del espacio profundo es perniciosa para la salud cardiovascular».

En definitiva, si tiene pensado viajar a la Luna, tome precauciones.

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