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Cristiano cabecea para lograr su tercer gol ante el Sevilla - reuters
Sevilla-Real Madrid

Cristiano quiere esta Liga

Disputada victoria madridista en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que peleó hasta el final. Estelar el crack portugués con sus goles y actitud (2-3)

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Tras la victoria del Barcelona, el partido se presentaba como una final liguera para los dos equipos. Por el Madrid, la nueva seriedad táctica de Ramos adelantado. En el Sevilla, Iborra y Vitolo al banquillo. Y el calor omeya que solemniza Sevilla para que todo fuera completo.

[Narración y estadísticas del Sevilla-Real Madrid]

La primera parte fue extraordinaria. Los dos equipos lanzados en un toma y daca. El Sevilla aglomeraba gente en el centro del campo. Banega se metía entre los medios y también bajaba Reyes, que fue el gran problema para el Madrid. Entre líneas, desnivelaba y lanzaba el juego sobre la espalda de Carvajal. Varane salvó un gol cantado y aún tuvo alguna más el Sevilla.

Salvo esto, es cierto que el juego le quedaba algo atrasado, los medios muy lejos del área y que el mayor daño lo intentó en las contras.

Pero el Madrid, dentro del inevitable sufrimiento, controlaba el partido. Con Varane, capital detrás, los cortes de Pepe y un correoso trasiego en la media. Si Pepe era el argumento en el Sevilla, Cristiano lo era en el Madrid. Su partido fue emocionante. Cada vez que criticamos a este futbolista nos deberían meter en la nevera, como a los árbitros. Buscó la ofensiva sin contemporizar con bicicleta alguna y escogió todo el frente de ataque. Racaneaban los desmarques de Chicharito e Isco y James padecían en defensa. En los partidos así, a la media del Madrid se le pone cuerpo de galgo. Delgado, con Kroos cansado por los viajes de ida y vuelta, asomaban cosas de Isco, mucho mejor, y puntuales toques de James. Pero cuando Cristiano tuvo la mínima ayuda llegó el peligro. Primero, en un desmarque a la diestra con pase de Chicharito, llegó un posible penalti de Carriço; después los goles. El primero, tras media vuelta y centro de Isco; el segundo, al minuto siguiente, tras una de James que tocó en Chicharito.

Con 0-2, el Madrid encontraba la tranquilidad y el balón, pero el Sevilla pegó un arreón de casta con las laringes del Arrebato encendidas. Primero tuvo una jugada a balón parado que salvó de nuevo Varane ante el terror rosa y quieto de Casillas. Después, un penalti, quizás innecesario, de Ramos a Vidal que transformó Bacca.

El partido, reventado de fútbol, se iba al descanso. En la reanudación, percusión del Sevilla a balón parado. Volvía Reyes a mandar en la media luna, muy bien escoltado. El problema para el Sevilla es que así sólo lanzaba a laterales lejanos. El Madrid respondió al principio con ataques impacientes que sólo buscaban a Cristiano. Al cuarto de hora comenzó a haber posesiones largas. El yoyó de Isco era como una mascarilla de oxígeno. El Madrid se hacía piramidal sobre el vértice de Varane, cada vez más importante en la salida del balón. James fue individualista en una contra y Pepe le birló dos ocasiones claras al Sevilla. El partido se abría otra vez. Si corres tú, corro yo. Con el partido así y con espacios, Ancelotti vio rápido el cambio de Chicharito por Bale.

Cristiano se iba al córner a reinventar la de Carrasco y después llegaba el tercero: acción de Bale, balón al segundo palo y hat-trick de Cristiano, que no quiere tirar la Liga e hizo en Nervión un partido memorable. Los goles son lo de menos. La actitud del jugador, esa forma suya de jugar a cara descubierta se recordará cuando no esté y vuelvan los desmarques hacia ninguna parte y el juego de cara a la grada. Emery quizás debió haber cambiado algo en ataque antes del gol. La Reyes-dependencia recordaba a esos viejos equipos que dominaba Hagi caminando y los cambios llegaron tarde. Mbia con su brega sostuvo el empeño orgulloso del equipo e Iborra, nada más entrar, marcó el 2-3. Al Madrid le quedaba poco margen de reacción. Miró al banquillo y encontró a Illarra y rozó la agonía tras parada de Casillas. El balón se paseó por la portería como un mal pensamiento

El Madrid sufrió en Sevilla como un equipo campeón. Gane o no la Liga.

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