MUERTE EN BURGUILLOS

«Es duro admitir que donas los órganos de tu hijo y luego no te dan ayuda psicológica»

Los padres del joven Azat, que murió tras un golpe en la pista de cemento del pabellón de Burguillos, critican que las familias no reciben apoyo psicológico posterior: «Están más preocupados de captar»

El padre de Azat, Juan Carlos, durante una visita junto a su hijo al municipio de Carmona ABC

MARTÍN LAÍNEZ

La triste historia de Azat y el desenlace final ya se ha contado hace unos días en este mismo medio. Su familia está desolada desde que perdieron a Azat a principios de año. Se trata de una pérdida dolorosa como la que sufren muchas personas a lo largo de su vida.

La familia de Azat, su madre Dilara y su padre adoptivo Juan Carlos, se hallan desolados desde el triste desenlace sufrido por este joven de 27 años y que «tenía un coeficiente intelectual de 180», recuerda su madre, pero este sufrimiento es mayor porque «entendemos que estamos desasistido desde un punto de vista psicológico ».

«Todos los manuales de atención a las familias de los donantes están destinados a captar. No dicen nada de ayuda psicológica después de la donación. En España el sistema de donación es modélico, pero manifiestamente mejorable al menos desde el punto de vista ético. Da la sensación de que todo gira en torno a la captación. El SAS abandona a su suerte a la familia del donante», critica la madre de Azat.

Dilara va más allá al explicar que «nuestra experiencia nos dice que el sistema actual ve en personas que han sufrido un accidente n o a quien hay que salvar, sino a un posible donante , y eso es muy peligroso».

Azat, en el centro, junto con sus hermanos en Rusia, su país de origen ABC

« Nos han abandonado en los momentos más duros de nuestras vidas a pesar de que la consejera de Salud ha agradecido nuestra infinita generosidad en un momento especialmente duro y delicado», comenta la madre del joven ruso fallecido tras golpearse su cabeza en la pista de cemento del pabellón de Burguillos .

«He entregado a mi hijo a un sistema que lo ha atendido muy mal en urgencias pero que sin embargo cuida enormemente el trasplante». Por ello, dicen sus padres que «es muy duro admitir que le extrajeron todos los órganos y tejidos (piel, huesos...) y al final no recibes ayuda psicológica cuando más lo necesitas ».

No obstante, sus padres recuerdan que volverían a donar los órganos. « No estamos arrepentidos de lo que hemos hecho , ni en contra de la donación pero sí estamos muy afectados mental y psicológicamente por todas las circunstancias que han rodeado la ya dolorosa pérdida de nuestro hijo, especialmente por la falta de asistencia que hemos tenido y tenemos».

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