El joven vivía en el barrio de Santa Isabel en un piso sin ascensor
El joven vivía en el barrio de Santa Isabel en un piso sin ascensor - ABC
Obesidad

La dura y solitaria vida del joven sevillano que pesaba 300 kilos

Hijo único de una familia sin recursos, vivía en un tercero sin ascensor que se convirtió en una «cárcel» para él

San Juan de Aznalfarache Actualizado: Guardar
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La muerte de José María, el chico de 25 años de San Juan de Aznalfarache que falleció el pasado martes por las complicaciones médicas derivadas de sus 300 kilos de peso, ha conmocionado al barrio de Santa Isabel, uno de los más humildes de la localidad aljarafeña.

Hacía más de cinco años que el joven no salía de casa debido a su obesidad mórbida: vivía con sus padres en un tercero sin ascensor y la estrechez de las escaleras hacía imposible que pudiese llegar hasta la calle. La última vez que intentaron ayudarle a que bajase, relatan los vecinos, se desmayó.

Padecía una enfermedad coronaria derivada de su sobrepeso cuyo seguimiento llevaba a cabo el centro de salud de su zona, pero su estado se había agravado considerablemente en los últimos tiempos.

Durante la última semana, los bomberos intentaron sacarle de la vivienda hasta en cuatro ocasiones. El piso familiar de la calle Panamá se había convertido en lo más parecido a una «celda» para José María que, explican sus amigos, llevaba muchos meses sin poder siquiera salir de la cama.

El desenlace fatal llegó el martes por la mañana cuando, durante una visita médica en el domicilio, los servicios sanitarios comunicaron al parque de Bomberos de la Mancomunidad del Aljarafe que el chico había empeorado y debían trasladarlo a un centro sanitario.

Situación económica grave

Dos horas después, y cuando ya vecinos y curiosos se agolpaban en las calles adyancentes para contemplar el amplio dispositivo que se había instalado en la calle, y que incluía una UVI móvil, José María sufrió una parada cardiorrespiratoria que resultó mortal debido a su estado.

La operación posterior, para sacar el cadáver del piso, fue muy compleja. Se utilizó una grúa especial, con brazo articulado, que soporta 400 kilos, para acceder a la vivienda a través del balcón de la vivienda. Una maniobra complicada que duró varias horas y que mantenía en vilo a numerosos sanjuaneros, que se negaban a creer que el final del joven hubiese llegado de una manera tan desdichada.

Entre corrillos y pésames, ayer los vecinos de Santa Isabel lamentaban lo dura que había sido la vida de José María, que era hijo único. Sus amigos, incluso, acusaban a sus progenitores de haber «pasado» de su hijo. «No era normal que con 25 años estuviese así, tirado en una cama años y años», afirmaban. Algunos, incluso, llegaron a acusar a los padres, que padecen graves problemas económicos, de «haberle dado de comer de la basura».

Fuentes de su entorno coinciden en que el núcleo familiar estaba bastante desestructurado, lo que provocó que, cuando era menor, el chico pasase una temporada en un centro de acogida donde también trataron sus problemas de salud. De allí, insisten sus amigos, «volvió muy bien». Una mejoría que se tornó en pesadilla cuando, de vuelta a su domicilio, el joven comenzó a subir de peso hasta alcanzar los 300 kilos.

El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache, que explica que los servicios sociales hacían un seguimiento tanto de la situación de José María como de la de sus padres, sufragó los gastos del entierro.

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