Muere José María Íñigo, el hombre de la TV que siempre estaba ahí

El periodista, con una dilatada experiencia en televisión, ha fallecido este sábado a los 75 años de edad

Vídeo: Repase la trayectoria de José María Íñigo, historia de la televisión en España ABC Multimedia
Rosa Belmonte

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Antes de que en casa de Paula Echevarría pasaran cosas, pasaban muchas más en los programas de José María Íñigo (Bilbao, 1942-Madrid, 2018). Hasta pasaba «Star Trek» en «Directísimo» (pero entonces la serie se llamaba «La conquista del espacio»). En la segunda etapa de «Estudio Abierto» fue donde Lolita anunció que se casaba y que todo el mundo estaba invitado. Por eso se desbordó la iglesia y Lola Flores dijo lo de «Si me queréis, irse». En otra ocasión, la Faraona metió en un lío a su hijo. Íñigo le preguntó por Antonio y Lola contestó que estaba haciendo la mili. «Pero no va porque conocemos a un coronel…». Al día siguiente, Antonio Flores hacía de verdad la mili. Yendo. Íñigo siempre estaba ahí.

En 1977, Joan Baez actuó en «Esta noche… Fiesta» y dedicó «No nos moverán» a la Pasionaria. La actuación fue el 15 de noviembre y Dolores Ibárruri ya era diputada (había vuelto el 13 de mayo y las elecciones fueron el 15 de junio). Pero se armó un buen revuelo. El Rey preguntó después a Íñigo si había pasado algo con la dedicatoria. Un año antes, el 20 de marzo de 1976, Íñigo invitó a Solzhenitsyn a «Directísimo». «No cobró, sólo me pidió ir a una corrida de toros». En la entrevista se sorprendió de que los progres españoles llamaran dictadura a lo nuestro. Y empezó a explicar por qué no lo era comparándolo con la URSS. Juan Benet le contestó en «Cuadernos para el diálogo»: «Creo firmemente que mientras existan personas como Solzhenitsyn, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Solzhenitsyn no pudieran salir». Pero no todo eran premiosnóbeles. Hay que destacar la bazofia (esto es elogio) de «Fantástico». Porque mucho antes de que Chicho Ibáñez Serrador llegara con «El semáforo», Íñigo ya era un cazador de fenómenos.

José María Íñigo murió en su casa la madrugada del sábado a los 75 años mientras dormía, tras dos años de padecer un cáncer (y tras haber estado ingresado 20 días en el hospital de Sanchinarro). Dos años durante los que ha seguido trabajando. En «No es un día cualquiera», de RNE (Pepa Fernández anunció su desaparición), en «Hora punta» o en «Aquí la tierra». Y antes, en «¡Qué tiempo tan feliz!».

«Último grito» (1968) fue su primer programa. TVE había pedido a Pedro Olea un espacio musical para jóvenes. Otro nombre importante del espacio era Iván Zulueta. Presentaban Íñigo y la americana Judy Stephen. No volvería José María Íñigo a hacer un programa tan vanguardista y rompedor.

De 1970 es la primera etapa de «Estudio Abierto»; de 1975, «Directísimo»; de 1976, «Martes noche… Fiesta» (cambió de nombre al cambiar de día); y de 1978, «Fantástico». Todo lo que Íñigo hizo se siguió haciendo después en la televisión. Entrevistas a estrellas de Hollywood o españolas, actuaciones musicales y gente rara. No se les llamaba frikis, pero lo eran. En el «Mundo insólito» de «Estudio abierto» había un tío que rompía botijos con la cabeza. El mismo artefacto, con el nombre «¿Y usted qué sabe hacer?» se repitió en «Fantástico», contenedor dominical. Y ahí estaba «El conseguidor» (Julio Riscal disfrazado con capa roja y un sombrero con flores hacía realidad los deseos de los niños). Pero peor era el doctor Rosado. Aconsejaba apagar colillas en la base del cráneo para prevenir ahogamientos. El doctor acabó huyendo.

A Íñigo, que ha publicado 52 libros, le pasa en la televisión lo mismo que a Charlton Heston en el cine. Hay momentos en los programas del presentador y en las películas del actor que forman parte de nuestra infancia. Hay momentos Heston y momentos Íñigo. Uri Geller, el pendiente de Lola Flores, la primera actuación de Miguel Bosé, Libertad Leblanc pidiendo a Telefónica que le instalara un teléfono a la vez que se le salía una teta. También esa jornada electoral (15 de junio del 77) en que «Esta noche… Fiesta» duró cinco horas. Veinticinco artistas y Martín Villa porque se incluyó la intervención del ministro de la Gobernación.

En 2006 se fue a la República Dominicana a copresentar «Supervientes» (Telecinco) con Jesús Vázquez y tiró el peluquín. Perdió 24 kilos en tres meses y medio. Volvió a TVE para sustituir a Uribarri en Eurovisión.

Como Íñigo era una estrellaza en los 70 (desapareció del mapa de TVE con los socialistas), Pedro Lazaga le ofreció «Terapia al desnudo» (1975). La película es horrorosa, pero el beso entre Íñigo y Carmen Sevilla es otro momento para el recuerdo. Tanto como el de Charlton Heston y Kim Hunter, aunque Sevilla fuera más guapa que la mona.

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