Así han sido los diez mejores momentos de «La casa de papel»

1. Nairobi pone en marcha el mayor atraco de la historia

El plan de «El Profesor» (Álvaro Morte) para conseguir 2.400 millones de euros da comienzo al asaltar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y lograr que la policía no entre. Veinte minutos después, Nairobi (Alba Flores), una falsificadora profesional, es la encargada de poner en funcionamiento las rotativas para comenzar a generar dinero. Bajo la banda sonora de la quinta sinfonía de Beethoven, «El himno de la alegría», Nairobi da la orden de poner las máquinas a trabajar las 24 horas con el lema de «alegría, fiesta e ilusión». Así comenzaba el trabajo mejor pagado de la historia. Una de las secuencias que ha conseguido atrapar a los espectadores intensamente. Y es que Nairobi es de esos personajes que mantienen un registro tan característico que consigue que quieras fijarte en ella y solo en ella.

2. Denver es obligado a matar a Mónica

Mónica (Esther Acebo) roba un móvil de la chaqueta de Arturo en su despacho y, cuando pensaba que se podía llegar a salir con la suya y llamar al exterior, éste suena y Berlín (Pedro Alonso) lo descubre. Ordena a Denver (Jaime Lorente) que la mate, aunque el joven no es capaz de dispararle y, tras un acuerdo con la propia secretaria de la Fábrica, le dispara en la pierna para fingir su muerte y llevársela a un sitio seguro. Una escena con una gran tensión, con fundidos a negro para captar más nuestra atención y con una resolución que daría paso a una intensa trama entre estos dos personajes.

3. La inspectora Murillo dispara a un rehén

Cuando Moscú (Paco Tous) se entera de que su hijo Denver ha disparado a Mónica sufre un ataque de ansiedad. Por lo tanto, hijo y padre deciden vestir a parte de los rehenes como ellos para así subir a la azotea para que Moscú tome el aire y se recupere. De esta forma no serán reconocidos entre los demás. Sin embargo, Arturo (Enrique Arce), el director de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, escucha una conversación entre los dos atracadores y piensa que han matado a Mónica. Se pone de pie y comienza a gritar y a apuntarlos con la metralleta. Esta acción hace que la inspectora del caso, Raquel Murillo (Itziar Ituño), piense que es uno de los «ladrones» y da luz verde para dispararle. Hasta que se da cuenta de que es Arturo. Ha cometido un terrible error.

4. «El Profesor» utiliza sus mejores armas para escapar

Al grupo de atracadores se les ha escapado una pista. El coche con el que visitaron la Fabrica antes de apoderarse de ella tiene las huellas de Río (Miguel Herrán) y Tokio (Úrsula Corberó). Así que «El Profesor», el único que está fuera, tendrá que hacer todo lo posible por hacer desaparecer las pruebas que pondrían en peligro el plan que tantos años le costó diseñar. En este quinto capítulo, Álvaro Morte protagoniza una de las secuencias más impresionantes de la serie. El cabecilla del atraco tiene que entrar en un desguace y escapar del vigilante, quien lo descubre y amenaza con llamar a la policía. Éste se enconde en el maletero de un coche, aunque el vigilante sabe que está ahí y coge el coche con una grúa con intención de aplastarlo. Una secuencia con una tensión máxima en la que «El Profesor» consigue hablar por teléfono con Raquel mientras está en un maletero a cuatro metros de altura. Pero la mejor parte llegó al final cuando, por segunda vez, acude al desguace y se encuentra en el mismo sitio con la policía. Realiza una gran transformación a mendigo en una escena llena de matices para que no le descubran y consigue así llamar la atención de todos lo seguidores para siempre.

5. Berlín y sus «delirios de grandeza»

Con una personalidad arrolladora, Berlín -interpretado por un grandioso Pedro Alonso- ha protagonizado más de una escena que nos ha dejado boquiabiertos. Sin embargo, cuando la policía descubre su identidad por culpa de «El Profesor», nos da la oportunidad de conocer que «estamos ante un narcisista egocéntrico con delirios de grandeza». Un carácter que ha mostrado más de una vez, pero, en esta ocasión, Berlín piensa que ha sido un descuido de Denver el motivo por el cual la policía ha descubierto quién es. Decide ir a por él arrasando con todo lo que se encuentra en su camino. Ni Nairobi consigue detenerlo tras perseguirlo por toda la Fábrica. Este personaje es un auténtico volcán a punto de estallar: siempre hay una calma que precede a la tormenta.

6. «El Profesor» se vuelve a salvar

El personaje de «El Profesor» sigue captando nuestra atención capítulo tras capítulo, pero dentro de su particular lucha por borrar todas las pistas posibles antes de que la Policía las descubra, nos encontramos con otra de las escenas de más tensión y ritmo de la serie. El cabecilla de los atracadores consigue entrar en el coche de unos policías para hablar por radio en ruso, amenazar al vigilante del desguace que está a punto de revelar su identidad a través de un retrato robot y conseguir que lo borre. El cerebro de toda la operación se ha vuelto a escapar por los pelos y a nosotros nos encanta.

7. «¡Domingo de resurrección!»

Berlín va en busca de venganza. Se encuentra con Denver a la puerta del baño y, misteriosamente, nota como algo extraño pasa en ese lugar. Va puerta por puerta buscando algo, hasta que se encuenta con Mónica Gaztambide: «Te la mandé matar un viernes y hoy es domingo. ¡Domingo de Resurrección!». Grita mientras se ríe, mostrando, una vez más, una espectacular actuación. Se enfrenta a Denver, quien trata de proteger a la secretaria de la Fábrica y a la que deja con vida tras tener que atender una llamada de «El Profesor», una llamada que lo cambiará todo. Berlín es un personaje que nos tiene muy intrigados y del que no podemos dejar de querer saber más.

8. En marcha el «plan Valencia»

Después de que «El Profesor» le confesase a Berlín que había sido él quien había colocado el botón de la chaqueta en el coche -motivo por el que la Policía consigue su identidad-, éste pone en marcha el «plan Valencia». Un plan que indica la orden de disparar «a matar», pero no a los rehenes, sino a unos sacos preparados como cebo. Y, mientras, Nairobi dirige a un grupo de rehenes para que griten con todas sus fuerzas y que parezca que están asustados. Una secuencia en la que aparecen estos dos atracadores en compañía de Helsinki (Darko Peric) y Tokio, los encargados de disparar. Nervios, tensión, ritmo, adrenalina... esta secuencia no podía aunar más cosas. Es fácil verla una y otra vez y sentir la emoción.

9. El momento más feliz dentro de «La casa de papel»

La secuencia principal del octavo capítulo de la serie será una de las más recordadas: el momento en el que gran parte de los atracadores se empiezan a unir a la primera celebración de Moscú tras encontrar tierra. Además, Nairobi sumaba ya 400 millones de euros. «Ni siquiera había caído la noche de domingo cuando nos invadió un clima de euforia», destaca Tokio en la escena. Y así nos hemos sentido los espectadores. Aunque sean los malos de la serie, estamos deseando que se salgan con la suya y han conseguido que empaticemos con ellos y queramos reír y bailar al mismo tiempo. «Quién coño quiere el ruido del mar, esto es poesía». Nairobi siempre hace que sintamos ese «rock and roll» que tanto nos gusta y al que nos acostumbró desde el primer episodio.

10. Explosión de emociones

Dentro de la Fábrica, un grupo de 16 rehenes, capitaneados por Arturo –ese rehén que no deja de sacarnos de quicio a todos–, consiguen liberarse y activan varios explosivos plásticos en una de las puertas del sótano. Y se escapan. Los atracadores corrieron todo lo que pudieron, pero no los consiguieron detener. La tensión en esta escena no pudo ser mayor, sobre todo, porque con todas esas personas fuera de la Fábrica, incluido Arturo, la policía tendrá más fácil entrar en el lugar de los hechos y, por supuesto, indentificar a todos los atracadores. Aunque ya tan solo quedan unas horas para conocer más detalles.