Octavia

Rodrigo regresa a la antigua casa familiar, en su Salamanca natal, tras 40 años de ausencia. Durante este tiempo ha estado luchando en varias causas, pacifistas o violentas, que han pretendido hacer un mundo mejor. Su regreso le obliga a enfrentarse con el clan familiar y con su pasado y, entre otras cosas, conoce a su hija Manuela, fruto de un instante de pasión.

El director Basilio Martín Patino (“Queridísimos verdugos”) regresa al cine tras 15 años de silencio con este filme que anuncia, además, su retirada. La película está en la línea de sus anteriores obras al recuperar su afán por la memoria de aquellos que lucharon por la libertad, aunque luego se pregunte si el esfuerzo sirvió para algo. “Octavia” es en realidad un encargo del Consorcio de Salamanca 2002 en motivo del nombramiento de esta ciudad como Ciudad Europea de la Cultura. Patino, salamanquino, realizó un filme de cuatro horas de duración que luego se vio obligado a recortar por la imposibilidad de ser distribuido. Esto hizo que la cinta perdiera gran parte de su significado y que el guión no tuviera la misma fuerza.