Las mejores películas de 2016 para los críticos de ABC: denuncia y poesía, los temas del año en cine

«Spotlight» y «Paterson», las mejores de un curso de muy alta calidad

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«Paterson»: Tan poética, tan prosaica

El director Jim Jarmusch ha sorprendido este año a todo el mundo con una película como recién exprimida, como escrita en un folio, que te guiña el ojo. « Paterson» es la otra orilla del cine actual, tan grandote y poderoso, y sólo recoge los residuos de aparente monotonía de una joven pareja durante una semana, pero los convierte en un maravilloso ritual en el que se solapan la poesía, las luces de la mañana y de la tarde de una pequeña ciudad, las coreografías de la convivencia y las partes visibles e invisibles del amor y el respeto mutuo entre dos corazones tan distintos como complementarios.

El talento de Jarmusch convierte aquí el olor de la rutina en fragancia y nos muestra el puzzle de la vida, tan sencillo y viceversa, con su primoroso ordenamiento de piezas por colores, por sentimientos, ilusiones, leves cataclismos o decepciones y por toques de humor, sabores y rimas.

Aunque ha sido muy admirada la poesía de esta película, personalmente me enamora su prosa. Por Oti Rodríguez Marchante.

«Spotlight»: Horror, deshonor y vergüenza

Cuando uno salió de ver «Mystic River», cayó derrumbado sobre un banco. Una hora larga sin poder moverse, aplastado por el peso de una película terrible, tan buena que te destruía por dentro. Es la misma sensación con la que se salía de ver «Spotlight», esa tremenda denuncia, desgranada poco a poco, minuto a minuto, por unos periodistas de los de antes, de los que podían permitirse estar buscando un reportaje medio año. Tirando de un fino hilo convirtieron el ovillo en una masa informe que acabaría siendo la vergüenza y el horror de un hecho insólito.

Los valores de « Spotlight» son tan sólidos, tan aplastante y veraz su denuncia que dejaba petrificados a los espectadores con independencia de su religión. Pero, con ser durísimo el filme, lo que de verdad lanzaba una losa sobre el espectador eran esas cuatro pantallas finales con los nombres de todas las ciudades donde los curas habían abusado de los niños. El mundo entero estaba presente en ese deshonor de nuestra sociedad. Por José Manuel Cuéllar.

«Spotlight»: En caso de duda, Periodismo

En 2016 han confluido «El porvenir» y «La llegada». No puede ser casualidad que la exhibición filosófica de Isabelle Huppert y la reflexión metafísica de Amy Adams unan sus miradas hacia el tiempo. Pero el año comenzó en enero, como todos, con « Spotlight», oda al segundo oficio más viejo en la que Tom McCarthy no se pringa los dedos de tinta y denuncia, si excluimos su lección a los medios. Un puñado de redactores y jefes del «Boston Globe» siguen el consejo sagrado –«En caso de duda, periodismo»–, que ya no se escucha en las redacciones. Ganó los dos mejores Oscar de 2015 y parece vieja, pero está más vigente que nunca.

«La habitación» es otra pequeña joya sutil e inteligente, por dentro y por fuera, una pieza bien amueblada por Lenny Abrahamson, mientras que «Las furias», excesiva y teatral hasta el tuétano, es la prueba de que las tablas siempre tienen cabida en la gran pantalla con ebanistas de la talla de Miguel del Arco. Por Federico Marín Bellón.

«Elle»: La esfinge

¿Puede un actor elevar una película al podio? Claro que sí. Isabelle Huppert demostró, a la altura del sostenido plano final de «Merci pour le chocolat», que era, no solo quizá la mejor actriz del mundo, sino lo que los autoristas solían llamar un axioma del cine moderno. Y cuando tiene material para demostrarlo se queda sola, como en «La pianista», o como en esta inesperada cumbre tardía de un director como Paul Verhoeven que, habiendo sido acusado de misógino ha creado algunos retratos de mujer memorables. Y ninguno más que esta «Elle», una empresaria cuya zona de confort se ve sacudida cuando es violada. La evolución del personaje se deja en manos del rostro de esfinge de Huppert; su axioma, vamos a decirlo, es matar el nervio de la sobreinterpretación y no buscar la simpatía del espectador.

Tampoco lo hace el provocador Verhoeven que, pese a ser un maestro del escándalo, no podría haber rodado una película así en Hollywood. Por Antonio Weinrichter.

Denuncia y poesía

Con todas las reservas que se producen en esta clase de listas en las que son tan pocas las elegidas y tantas las ofrecidas, los críticos de cine de ABC han realizado su habitual resumen anual en el que han primado, como es habitual, los filmes de muy alta calidad. Hay que tener en cuenta que esta temporada la producción cinematográfica ha sido altísima pues había semanas en las que se estrenaban hasta 12 y 13 películas de un golpe.

De cualquier forma, la elección ha sido muy variada si bien la apuesta más votada ha sido el filme que ya ganó el Oscar a mejor película y mejor guión, « Spotlight», la denuncia de cómo se gestó la denuncia del abuso que los sacerdotes de Boston primero, y de medio mundo después, hacían de los niños. También ha tenido su puesto en el podio « Paterson», que en realidad es un canto a la poesía y a la calma, a la tranquilidad y a la belleza estética desde el mismo alma. No se esperaba algo así de Jarmusch que, a pesar de ser un excelente director, suele disparar a otros blancos. La formidable interpretación de Adam Driver ha convertido esta conmovedora película en una de las mejores del año.

El cine considerado de élite y muy culto también copa los primeros puestos en esta lista. El coreano, en plena expansión, tuvo su mejor ejemplo en «Ahora sí, antes no», de uno de los directores más de moda en el firmamento mundial, Hong Sang-soo. También la compleja «Elle», con Isabelle Huppert en estado de gracia (metió en la lista otro de sus trabajo, «El porvenir»), está entre las favoritas.

El cine español

Gente de indudable prestigio como Sorrentino, Ken Loach o Pablo Larraín están presentes en una lista con géneros muy diversos. A pesar de que no caben todas, ha habido filmes este año que han tenido una gran repercusión pues no se pueden olvidar filmes como «El renacido», «Trumbo», «Animales nocturnos», «Captain Fantastic» y tantos otros que han llenado la pantalla de películas de una gran calidad.

En cuanto al cine español, aunque ha sido menos contundente que el año pasado donde «Truman» puso el listón tan alto que ni las películas extranjeras pudieron con ella, también ha tenido un buen año, con filmaciones de gran calidad. Quizás el caso más sorprendente ha sido el de Raúl Arévalo que, aunque debutante en la dirección, no lo parecía tanto, no en vano declaró que en realidad lo que él siempre había querido hacer de pequeño era dirigir, y no actuar. El destino le llevó por el segundo sendero hasta que decidió tomar el primero con una película impresionante, por su calidad, por su talento y por sus silencios llenos de gritos rabiosos. «Tarde para la ira» es una de las favoritas para los Goya y es casi seguro que Arévalo se llevará el galardón a mejor director novel y, probablemente, su protagonista Antonio de la Torre, el premio a mejor actor.

Pero no solo Arévalo mostró su valía. Otro debutante (solo en cine porque en teatro su trayectoria es impecable) como Miguel del Arco trazó «Las furias» mientras Sorogoyen realizó otra obra monumental, «Que Dios nos perdone», donde de nuevo De la Torre y Roberto Álamo mostraron una gran altura. El infalible Alberto Rodríguez se sumó a la fiesta española con su excelente «El hombre de las mil caras».

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