La principal causa de muerte en chimpancés en cautividad tiene origen cardíaco
La principal causa de muerte en chimpancés en cautividad tiene origen cardíaco - IPHP

Proponen electrocardiogramas para prevenir la muerte súbita de chimpancés

Hasta ahora no se habían establecido los rangos de referencia para esta especie: muchos veterinarios utilizaban los parámetros considerados normales en otros primates, como los humanos, explican desde la UCM

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La principal causa de muerte en chimpancés en cautividad tiene origen cardíaco, algo que guarda similitudes con la especie humana, aseguran desde el departamento de Fisiología Animal de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

«Numerosos veterinarios han descrito casos de muertes súbitas de origen cardíaco en grupos de chimpancés en cautividad, pero existe poca información sobre métodos de diagnóstico y prevención de dichas bajas», explica Luis Revuelta, investigador del citado departamento.

A diferencia de los que ocurre en humanos, estos ataques cardíacos no tienen que ver con la arteroesclerosis (endurecimiento de arterias), sino con procesos patológicos que predisponen a los animales a sufrir arritmias fatales, matiza Revuelta.

Probado en una comunidad de 102 chimpancés de un centro dependiente del Instituto Goodall en la República del Congo

Uno de los principales problemas para realizar un diagnóstico preciso de patologías cardíacas es la falta de valores de referencia específicos para la especie. En un estudio publicado en American Journal of Veterinary Research, Revuelta y un equipo internacional de científicos han establecido estos rangos de referencia, utilizando electrocardiogramas en una comunidad de 102 chimpancés del Centro de Rehabilitación Tchimpounga (República del Congo), que dirige Rebeca Atencia, doctora por la UCM.

«Hasta ahora, no se habían establecido los rangos de referencia para esta especie, por lo que muchos veterinarios utilizaban los parámetros considerados normales en otros primates, como los humanos», destaca Atencia.

Las pruebas se realizaron entre 2009 y 2013. Los animales, nacidos en libertad, eran de dos especies: centrales (Pan troglodytes troglodytes) y orientales (Pan troglodytes schweinfurthii). Fueron divididos en dos grupos en función de su edad: jóvenes, menores de diez años y adultos, mayores de diez, y todos fueron anestesiados antes de someterse al electrocardiograma.

«Realizar estas pruebas de forma preventiva en cada individuo puede ser crucial para prevenir posibles casos de muerte súbita», recalca el Revuelta.

Referencias humanas

Los resultados revelaron que usar las referencias humanas, como se hacía hasta ahora, puede no ser apropiado, puesto que los chimpancés registraron otros valores.

«En este estudio se observa claramente que en el electrocardiograma del chimpancé existen características específicas de conducción del impulso eléctrico y estructurales de la fisiología del corazón que dan lugar a un "electro" característico y diferente a otras especies de primates», subraya Revuelta.

Por eso, la prueba difiere tanto en aspectos morfológicos de las ondas como en rangos de referencia de los diferentes parámetros. De esta forma, lo que podría ser indicativo de patología en la especie humana según ciertas ondas, no lo es en los chimpancés.

En cuanto a los aspectos estructurales del corazón, «si tomásemos valores de la especie humana, el 30% de los chimpancés adultos y el 24% de los jóvenes se clasificarían con hipertrofia del ventrículo izquierdo», indica Atencia. Sin embargo, según los autores, no existe tal dolencia, ya que responde a la morfología propia de los ventrículos de los animales.

La frecuencia cardíaca disminuyó según aumentaba la edad del animal

Como la masa cardíaca aumenta con la edad, las pruebas reflejaron también que todos los parámetros relacionados con este cambio se incrementaban según el chimpancé iba teniendo más años, al igual que ocurre en otras especies. La frecuencia cardíaca, por su parte, disminuyó según aumentaba la edad del animal.

En cuanto a las patologías detectadas, varios chimpancés padecían bloqueos de rama (un defecto en el sistema de conducción eléctrica del corazón) y uno de ellos, parecía sufrir el síndrome de Wolf Parkinson White, de preexcitación de los ventrículos del corazón.

Los científicos de la UCM, el Instituto Jane Goodall (República del Congo), el Countess of Chester Hospital (Reino Unido), la Universidad Metropolitana de Cardiff (Reino Unido) y el International Primate Heart Project (Reino Unido) recomiendan utilizar las referencias indicadas en su estudio en futuras investigaciones, y usar el electrocardiograma como herramienta, tanto de diagnóstico como de prevención.

«Cuanta más información obtengamos sobre los aspectos fisiológicos del funcionamiento del corazón en esta especie, mayor conocimiento podremos tener del origen de la aparición de dichas arritmias fatales para poder realizar un diagnóstico precoz», concluyen los investigadores.

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