Lince ibérico: se complica su reintroducción en la Sierra Norte sevillana por falta de conejo

Los estudios preliminares realizados en el marco del programa Life+Iberlince para la reintroducción y conservación del lince ibérico apuntan a la dificultad de proceder a la reintegración de la especie en el hábitat configurado por la Sierra Norte de Sevilla, con la falta de conejo -presa fundamental de animales predadores como el lince- como principal obstáculo.

A pesar de que, según ha recordado en una entrevista concedida a Europa Press el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta andaluza, José Fiscal, ya se han logrado hábitats propicios para el desarrollo, además de en Andalucía, en Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal, el programa sigue tanto en la búsqueda de nuevas superficies como en el estudio de la propia evolución de los espacios actuales en la medida en que se pueden ir conquistando nuevos territorios, siempre con la premisa básica de aumentar el número de ejemplares.

Para tomar una decisión técnica en el sentido de reintroducción «debe haber una certeza de que es posible que la especie se desarrolle en determinados espacios», ha expuesto Fiscal, que también ha manifestado la importancia del apoyo de la población, pues si los habitantes de un espacio elegido para el proyecto están en contra «difícilmente triunfará el mismo».

Así, cobra una importancia capital la labor de sensibilización de la población. Dentro de Andalucía, y al objeto de sumar nuevas zonas de reintroducción a las ya existentes en Guadalmellato (Córdoba) y el valle de Guarrizas (Jaén), se trabaja en la Sierra Norte sevillana, que cuenta con un apoyo «muy importante» de la población, pues más del 80% de la misma ve «bien o muy bien» que la comarca se establezca en espacio lincero.

Conectar zonas linceras

Sin embargo, «una cuestión esencial es que haya densidad suficiente de una presa básica como el conejo de campo para mantener a la población de linces», ha recordado el consejero, que ha señalado que por el momento no existen planes concretos ni fechas en lo tocante a la suma de otras superficies.

Esta dificultad «debiera ser subsanable no sólo en la Sierra Norte, sino en toda Andalucía», pues no solamente afecta al plan de recuperación del lince sino que supone un serio hándicap al ser una escasez base de toda la cadena trófica. Frente a ello, Fiscal asevera que «se trabaja, aunque es difícil encontrar una solución definitiva».

«Confío en que pronto se den resultados buenos. Ya va para dos años que el lince dejó de estar en peligro crítico de extinción: el que haya una población que roce los 500 ejemplares es una buena noticia y las previsiones son de seguir creciendo», ha manifestado el titular autonómico de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

En cuanto a la lucha para evitar el atropello de ejemplares, especialmente recurrente en carreteras andaluzas y principal causa de mortandad de la especie, Fiscal ha recordado que se han corregido ya numerosas zonas pero que, aún así, «poco a poco el lince va ganando territorio y suma puntos conflictos nuevos». «Se trabaja con el propio Ministerio y con la Consejería de Fomento, el mérito es compartido», subraya, recordando que hace un año fue a Bruselas a recoger el premio al mejor programa de recuperación de especies de Europa: «Tenemos los mejores técnicos del mundo en esta materia».

Por último, entre los objetivos, Fiscal alude a la reconexión de unas zonas linceras con otras, puesto que uno de los problemas históricos es que hay pocos ejemplares y la falta de unión entre superficies debilita la especie. Los técnicos, asegura el consejero, trabajan en desarrollar una estrategia y se dispone ya de un documento que se contrastará con la unidad Life «para ver si está en el marco de esta cuestión, conecta con las exigencias y pudiera incorporarse».